Ayer dio comienzo el famoso Carnaval de Venecia con el 'Vuelo del ángel'. Sin embargo, la noticia que copa los titulares de todos los medios es otra: la ciudad de los mil canales se está quedando sin agua.
Imagen de Meteoweb.eu.
Una insólita marea baja tiene la culpa de esta particular estampa, en la que abundan las góndolas y otros botes típicos de la urbe estancados en el lodo.
Imagen de 3bmeteo.
Los pronósticos del servicio de mareas del Ayuntamiento veneciano avisan: estos días, el agua se encuentra en niveles mínimos, con unos 60 centímetros de promedio.
Además de un problema para el sector turístico, la falta de agua supone una dificultad para el tránsito por los canales. Es el caso de los vehículos de emergencia como hidroambulancias o lanchas de bomberos, que ya no pueden desplazarse rápidamente. De hecho, algunos de los canales más pequeños se han cerrado al tráfico, mientras que el Gran Canal sigue abierto. Los malos olores generados por el barro y el agua estancada se suman a la lista de inconvenientes por la baja marea.
Imagen de 3bmeteo.
No es la primera vez que se da esta situación, aunque los venecianos están más acostumbrados a las inundaciones que a las sequías. En 2016, la caída del nivel del agua alcanzó los 66 centímetros, mientras que en en 2008 y 1989 los niveles disminuyeron 90 centímetros.
Turistas encima de una pasarela para entrar en San Marcos en una época de marea alta (Wikipedia/CC).
Corso dil Popolo invadido por las aguas altas (Wikipedia/CC).
Los medios locales afirman que la sequía se debe a "fenómenos astronómicos" como la Superluna azul de sangre de hace unos días, aunque también achacan la situación a la negligente gestión que durante un siglo ha maltratado al centro histórico de la ciudad italiana.
Hay que tener en cuenta que la influencia de la Luna no es suficiente para explicar mareas tan bajas (o tan altas). Contribuyen también algunas dinámicas atmosféricas más difíciles de predecir, como altas presiones y viento fuerte del noreste.
Por suerte, el Carnaval sigue adelante y no se esperan mayores consecuencias.