Un hallazgo reciente demuestra que la contaminación con microplásticos se ha extendido a todos los rincones de la Tierra y por primera vez se han encontrado partículas concentradas en muestras de hielo del Pasaje del Noroeste, en el Ártico canadiense. Las aguas son tanto receptoras como vehículo de transporte de desechos y es evidente que en las últimas décadas las actividades de los humanos han afectado gravemente la vida marina en los océanos. Debido a la importancia del agua para la Tierra, la contaminación de los océanos es un gran problema que afecta a los ecosistemas marinos y al bienestar humano.
Tendemos a descomponer el mundo en unidades que existan independientemente, pero todas las cosas están interrelacionadas en un conjunto inseparable. El agua es esencial para todos los procesos internos del cuerpo y es el principal constituyente de todo ser vivo. Todos los procesos relacionados con la vida, desde los de una célula hasta los de un ecosistema, dependen del agua.
Ante este panorama, parece ser que el descubrimiento y la consiguiente confirmación de la existencia de agua en la Luna facilitará los planes de la NASA de establecer colonias fuera de la Tierra, algo que los científicos llevan barajando durante varios años ante la posible devastación de los recursos terrestres. Se confía en que este hecho propiciará nuevos avances tecnológicos.
Por otro lado, desde que John Harington inventara el retrete moderno que funciona con agua, en 1597, hasta el año 2018 no se ha tratado de encontrar la manera de “reinventar el inodoro”. En noviembre de 2018 se presentó un retrete que no necesita agua, no está conectado a ningún sistema de alcantarillado y es capaz de transformar los desechos humanos en fertilizantes. Una alternativa ecológica que podría utilizarse en aquellos países del mundo cuyos sistemas de saneamiento son deficientes.
Según los últimos datos de la ONU, el 60 % de la población mundial no cuenta con instalaciones sanitarias adecuadas. Más allá de que sea una cuestión de dignidad humana, la falta de acceso a las condiciones sanitarias pone también en peligro la vida de los seres humanos además de suponer una carga sanitaria y económica para las comunidades más pobres y un daño para el medio ambiente.
Visto todo lo anterior, está claro que no avanzamos, de forma rápida, en soluciones tecnológicas con el fin de paliar los problemas sanitarios y de polución, nos dedicamos a buscar nuevas fuentes de recursos exteriores a la tierra que terminarán siendo devastadas.
Desde luego, somos resultado del Universo y aún nos queda mucho por investigar sobre cómo se formó el agua y qué mecanismos la dispersaron por el cosmos. Pero conocerlo no solo es fundamental para comprender la evolución de los planetas y las estrellas, y saber más sobre los orígenes de la vida, sino también para preservarla.