Como continuación del artículo introductorio sobre los elementos a considerar dentro del citado Plan, en este post analizaré algunos factores a considerar en la reutilización de aguas de cara a un futuro plan:
- Fuentes de agua a reutilizar.
- Situación actual de la reutilización de aguas depuradas en España.
- Importancia de los residuos generados en la reutilización de aguas depuradas.
- Propuesta de una nueva Directiva Europea en materia de reutilización de aguas residuales depuradas.
Cuando hablamos de reutilización aguas, normalmente pensamos en la relacionada con las aguas procedentes de las depuradoras. Sin embargo, entre las actuaciones para fomentar el ahorro de agua habría que considerar la reutilización de las aguas grises que reduzca el volumen del vertido al sistema de alcantarillado público, así como la reutilización de aguas de lluvia. Estas tres “fuentes de agua reutilizada: grises, de lluvia y depuradas” generarían un importante ahorro del recurso.
La reutilización de aguas residuales depuradas y regeneradas ha dejado de ser un recurso no convencional y se ha convertido ya en un elemento más del denominado mix-hídrico, que brinda una serie de oportunidades y beneficios evidentes tales como: permitir una mejor gestión de los recursos al liberar volúmenes comprometidos de agua de mayor calidad para otros usos, incluido el abastecimiento; incrementar los recursos disponibles en zonas costeras o garantizar una mayor fiabilidad y regularidad del suministro.
Entre las actuaciones para fomentar el ahorro de agua habría que considerar la reutilización de las aguas grises que reduzca el volumen del vertido al sistema de alcantarillado público, así como la reutilización de aguas de lluvia
De cara a un nuevo plan, es importante conocer con exactitud los recursos reutilizados y su calidad. Además, el conocimiento de todas la opciones organizativas y gestoras adoptadas por las distintas administraciones públicas permitiría establecer pautas, recomendaciones, criterios o modelos de gestión para el sistema de reutilización de aguas que posibilitaría el desarrollo de un régimen económico-financiero adecuado.
Hay que distinguir entre la reutilización directa de aguas residuales depuradas y la indirecta:
- La reutilización indirecta es aquella que se realiza tras el vertido del agua depurada a los cauces de agua y mezcla con el caudal circulante, con los límites de calidad establecidos por la correspondiente autorización de vertido.
- La reutilización directa (de agua regenerada) es aquella en que el segundo uso se produce a continuación del primero, sin que entre ambos el agua se incorpore a Dominio Público Hidráulico, con los límites necesarios para alcanzar la calidad requerida para diferentes usos (regulado por el RD 1620/2007).
Para la reutilización directa de las aguas depuradas, es preciso complementar los equipos de tratamiento con procesos de depuración avanzados (denominados habitualmente como terciarios) que reduzcan la cantidad de agentes patógenos que hayan sobrevivido a los tratamientos de depuración, así como reducir el nivel de sólidos en suspensión y turbidez. Pero en el caso de las aguas depuradas salobres es necesario aplicar tratamientos que eliminen las sales del efluente.
Debido a la dificultad para la gestión de las salmueras, un buen número de depuradoras cuentan con un tratamiento terciario no completado con una desalobración. Por este motivo vierten parte de sus recursos depurados al mar o al Dominio Público hidráulico, se mezclan con aguas de mejor calidad para su uso en riego, vierten las salmueras al medio acuático o bien utilizan el volumen para el riego sin alcanzar los niveles adecuados de calidad en cuanto al contenido en sales.
En consecuencia, la reutilización de aguas convierte un residuo en un recurso, pero no hay que olvidar que se generan nuevos residuos cuya correcta es gestión es tan importante como el fomento de las reutilización del agua.
Por otro lado, hay que considerar que existe una propuesta de Directiva sobre reutilización de las aguas depuradas que pretende introducir parámetros más exigentes en los usos de aguas regeneradas que los contemplados en la normativa española (Real Decreto 1620/2007, de 7 de diciembre). Estos parámetros más estrictos para eliminar ciertas bacterias y esporas puede suponer el tener que adaptar las plantas depuradoras para cumplir con estas nuevas exigencias, lo que conllevaría un coste económico y energético.