Ya sea por su tamaño, por su proceso de formación, o por su espectacular imagen, los glaciares son formaciones que ya de por sí llaman la atención. Desde hace ya mucho tiempo, estas formaciones han resultado atractivas para su estudio, investigación y turismo. De cualquier manera, como bien sabemos, no son tan fáciles de encontrar y visitar, ya que al fin y al cabo sólo se encuentran en sitios con condiciones climáticas concretas, que, además, generalmente no son las más elegidas para ser habitadas.
Una de las características más llamativas de los glaciares es el color, dado que generalmente, tienen un color azulado muy especial. Pero, ¿a qué se debe este color? Muchas veces se piensa que proviene del mismo efecto que provoca que veamos el cielo azul, es decir, la dispersión de Rayleigh. Este efecto se podría resumir en que las distintas longitudes de onda se dispersan de diferente manera, y la que vemos nosotros es la radiación azul porque al ser radiación de onda corta es la que primero se dispersa. Pero esto no es lo que pasa en los glaciares. A pesar de que también se debe al comportamiento de la luz, no es la dispersión de Rayleigh la que lo explica.
Pero si el hielo es transparente, ¿porqué los glaciares son azules?
Aunque sabemos que los glaciares están hechos de hielo, este hielo no se ha dado por la simple congelación de una masa de agua (sería muy difícil que se congelara tal cantidad de agua), sino por la acumulación de nieve. Esta se va acumulando en la superficie, ejerciendo presión en las capas de más profundidad, compactando y unificando la nieve hasta formar lo que es el glaciar. La nieve es blanca debido a que la luz se refleja en ella por que las moléculas de aire hacen que cada copo de nieve actúe como un espejo, pero al formarse los glaciares esas moléculas de aire salen por la compactación, impidiendo así este efecto reflejo. De esta manera, se obtienen los macizos de hielo. Pero si el hielo es transparente, ¿porqué los glaciares son azules?
Las moléculas de agua en estado sólido vibran a una determinada frecuencia, la cual absorbe unas frecuencias de ondas entre el color rojo y el naranja, mientras que el resto de frecuencias atraviesan el hielo, haciéndonos ver el impactante color de los glaciares. La absorción que se da no es muy fuerte, por lo que se necesita mucho volumen de hielo para que se de este efecto, y por eso los cubitos de hielo son transparentes. El agua en estado líquido a pesar de vibrar con distinta frecuencia, actúa del mismo modo, siendo esta la razón de que el mar se vea azul. En resumen, la vibración de las moléculas de agua es la razón de que nuestro planeta se conozca como el planeta azul.
Actualmente, es común escuchar hablar de temas como el deshielo de los glaciares. Este deshielo se está dando por causas que no son naturales, es decir, está provocado por el ser humano. Los primeros impactos en los glaciares están recogidos a principios del siglo XX, y el fenómeno empeoró sin que se tomaran medidas. Estas maravillas son víctimas del calentamiento global, provocado principalmente por las emisiones de CO2, las cuales no se empezaron a regular hasta la década de los 90. Este deshielo tiene consecuencias importantes como el aumento del nivel de los océanos, que provocará que dentro de unos años haya zonas continentales totalmente sumergidas, la distorsión del clima o el desequilibro de las cadenas alimentarias. Hay estimaciones que indican que en unos 30 o 40 años los glaciares desaparecerán por completo. La necesidad de frenar el calentamiento global es inmediata, y no porque estemos perdiendo una de las maravillas naturales más impresionantes del planeta (que también), sino porque va a llegar un momento en el que la situación va a ser irreversible, y no estamos ni remotamente preparados para lo que puede suponer eso.