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Tus aguas residuales hablan de ti

Sobre el blog

Alberto Vizcaíno
Productor de sostenibilidad. En ocasiones doy charlas, escribo en blogs o hago fotos.
  • Tus aguas residuales hablan ti

Si has trabajado en alguna empresa medianamente seria te habrá tocado enfrentarte en alguna ocasión al reconocimiento médico. Ese trámite con el que se determina, más allá de la titulación o la trayectoria profesional si eres o no una persona apta para trabajar. Comienza en un momento de intimidad con un frasquito en el que recoges tu agüita amarilla. Una maravillosa situación en la que constatas, una vez más, que sólo un ingeniero de caminos canales y puertos pudo diseñar el cuerpo humano: difícilmente otro colectivo profesional hubiese puesto en el mismo sitio las instalaciones de desagüe y las infraestructuras de esparcimiento.

Ahora te toca recorrer la ciudad con el recipiente y su valioso contenido. Porque el lumbreras de tu jefe no pudo contratar un servicio de prevención que tuviese un centro cerca de tu casa, de la oficina o, al menos, en mitad del trayecto. Y deseas que la bolsa de la frutería en la que has confinado la preciada carga llegue intacta a destino. Resultaría fatal que un empujón en el transporte público derramase la mercancía, evidenciando que –otra vez más- has olvidado que no es una buena idea cenar espárragos la noche antes del análisis de orina.

Esa muestra puntual determinará tu estado de salud. Sabes que también cogerán aguas de proceso, accediendo a tu torrente sanguíneo con una aguja, pero el análisis de vertido es imprescindible para conocer si tu maquinaria interna funciona adecuadamente. Al menos lo suficiente como para poder seguir en activo. El análisis de orina dará mucha información sobre tu estado de salud, los tratamientos que estás recibiendo y las drogas que consumes.

Pero eso no es lo único que sale por el desagüe de tu casa. Junto a los desechos de tu organismo tus aguas residuales domésticas arrastran los restos de jabones, champú, pasta de dientes, cosméticos… con los que maltratas tu piel y al planeta: una mezcla de principios activos, aditivos, microplásticosque acabarán en el medio natural, contaminando las aguas e incorporándose en la cadena alimentaria. Quizá algunos de ellos vuelvan a tu casa en forma de pescado.

Y tenemos la lavadora… una máquina de generar aguas que arrastran los detergentes y lo que el proceso de lavado arranque de tus prendas. ¿Vistes plástico? Miles de microfibras saldrán por las cañerías de tu casa de camino… sí, has adivinado, a la red trófica de un ecosistema cuyos productos pueden acabar en tu plato.

¿Seguimos ampliando la escala? Tus aguas residuales no son únicamente las que generas en tu ámbito doméstico. Hasta aquí teníamos el resultado de tu metabolismo, de los aportes extraordinarios que necesitas para mantener un cierto estado de salud, de metabolizar los excesos… el resultado de tus decisiones de compra en productos de belleza o en relación a las prendas de ropa con las que te vistes. ¿Dónde vives?

Tu medio de transporte genera emisiones. De acuerdo, si vas en bicicleta son el resultado de tu respiración, quizá alguna emisión furtiva de metano de vez en cuando, nada digno de contaminar el agua… salvo el propio desgaste del neumático contra la calzada. Poco en comparación con la deposición que generan los miles de tubos de escape que te rodean: partículas de diversos tamaños, restos de combustión incompleta, fluidos de algún manguito que pierde líquido de frenos, el aceite que deja escapar una tuerca mal apretada… Una buena mezcla de todo tipo de sustancias que tapizan el pavimento y acabarán por escurrir hacia el alcantarillado, si es que algún día se decide a llover. Por supuesto mezcladas con las colillas de tabaco y la carga retenida en su filtro lista para disolverse en el agua de los charcos, los restos del agüita amarilla de tu mascota y otras cosas que tu vecino no recoge de la suya. Esas tarjetas de los parabrisas que los niños del cole de tus hijos no han cogido para intercambiar como si fuesen cromos de poquémones –seguro que en la hora del recreo ponen a competir balcones contra melones como si tal cosa-...

Con un poco más de zoom aparece el vertedero donde acaban los residuos de generaste y nadie pudo rescatar para su valorización. Aquí se supone que el problema del agua se soluciona mediante depuración y recirculación, pero alguien tiene que gestionar esa carga contaminante para que no acabe en el subsuelo.

Y ampliando el círculo llegamos a la fábrica de la que salió esa pantalla donde estás leyendo esto. Sí, quizá te podrías haber decantado por una tablet ecológica en cuya fabricación se hubiese considerado la peligrosidad de las materias primas. Pero no. No hay mucha oferta de productos electrónicos respetuosos con el medio ambiente. Y la mala noticia es que con tu elección has contribuido a que una buena lista de sustancias peligrosas saliesen por los desagües de alguna fábrica de algún país con una legislación más o menos laxa en materia de vertidos de aguas residuales.

Sí, es cierto. Tenemos muchos retos pendientes en materia de depuración: España no da a sus aguas residuales el tratamiento que debería, no tenemos las instalaciones preparadas para los desafíos que generan los avances en la medicina y los contaminantes emergentes... pero tú decides en gran medida cómo serán tus vertidos.

Puedes elegir cenar o no espárragos la noche antes del reconocimiento médico. Puedes mantenerte alejado de las drogas, puedes dejar de tirar colillas al suelo. También tienes la opción de alargar la vida útil de tus dispositivos electrónicos, contribuyendo a la reducción de los impactos que genera su fabricación. Puedes comprar ropa hecha con tejidos naturales: la lavadora las va a destrozar igual, con la diferencia de que las fibras que escapen por el desagüe podrán ser degradadas en procesos biológicos por los microorganismos, bien de los tratamientos de depuración, bien en los ecosistemas.

Puedes decidir si tu próximo coche tendrá motor diésel, gasolina, si será híbrido o si directamente serás capaz de prescindir de un vehículo en propiedad.

Tus vertidos hablan mucho de ti. De tu estado de salud, de tus hábitos de consumo, de tu modo de vida y de las decisiones que tomas sobre cómo quieres que sea, a medio y largo plazo tu calidad de vida ¿buscas soluciones sostenibles integrales o te dedicas a poner parches a final de tubería?

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