El Parlamento europeo aprobaba el pasado miércoles las nuevas reglas para la reutilización del agua. La legislación define los requisitos mínimos a nivel europeo para que el agua regenerada se use con fines agrícolas de manera segura, protegiendo a las personas y al medio ambiente. De forma específica, se pretende que este recurso sirva para reducir la sobreexplotación de los acuíferos, una de las principales amenazas de las masas de agua europeas.
En palabras de la italiana Simona Bonafè, responsable de la tramitación parlamentaria del texto legislativo. "Podríamos reutilizar hasta 6.600 millones de metros cúbicos de agua en 2025, en comparación con los actuales 1.100 millones de metros cúbicos al año. Esto requerirá una inversión de menos de 700 millones de euros y nos permitirá reutilizar más de la mitad del volumen actual de agua procedente de las plantas de tratamiento de aguas teóricamente disponibles para el regadío, evitando más de un 5% de extracción directa de las masas de agua y aguas subterráneas”.
La economía circular era una de las políticas más importantes en Europa antes de la crisis del COVID-19 tal y como nos explicaba esta semana Eduardo Perero. Junto con la mitigación y adaptación al cambio climático y la protección de la diversidad conforman las bases del Green Deal, una de las grandes herramientas en las que se debe apoyar la reactivación de la economía europea. El sector del agua ha demostrado su resiliencia en estos meses de confinamiento generalizado, pero se enfrenta ahora al reto mantener la calidad de los servicios con unos ingresos en riesgo y unas administraciones públicas con sus cuentas en números rojos.
La respuesta a la epidemia se aborda de forma detallada en el primer número de Smart Water Magazine Monthly, lanzado el pasado martes con una gran acogida entre la industria del agua global. Recordaremos siempre la portada protagonizada por el vicepresidente de Schneider Electric, Peter Herweck, como símbolo del comienzo de una ruta que esperamos larga y exitosa.