La reciente decisión de Veolia de adquirir el 30% que aún mantenía CDPQ en Water Technologies and Solutions (WTS) por 1.750 millones de dólares (~1.500 millones de euros) representa un claro fortalecimiento estratégico para la compañía en su objetivo de liderar el sector global de tecnologías del agua. Sin embargo, aún está por vers si esta ambiciosa operación cumplirá plenamente con las expectativas de los inversores en un contexto económico desafiante.
Water Technologies and Solutions fue creada originalmente en 2017 como una empresa conjunta entre Suez y CDPQ, pasando a formar parte de Veolia tras la fusión de esta última con Suez en 2022. Según lo indicado por Veolia en su última presentación trimestral, la adquisición total de WTS permitirá simplificar la estructura corporativa, optimizar procesos operativos e impulsar significativamente las iniciativas de innovación y desarrollo.
Desde el punto de vista financiero, la valoración de esta operación es atractiva, alrededor de 11 veces el EBITDA proyectado tras alcanzar las sinergias previstas, estimadas en aproximadamente 90 millones de euros anuales hacia 2027. Veolia destaca que estas sinergias tienen un riesgo de ejecución reducido, dada la experiencia y éxito previos en operaciones similares. Sin embargo, cabe recordar que estas proyecciones están sujetas a condiciones de mercado y a la ejecución efectiva por parte de la compañía.
Veolia Water Technologies mostró solidez financiera durante el primer trimestre de 2025, registrando ingresos estables de 1.156 millones de euros. La compañía anticipa una aceleración progresiva a lo largo del año, gracias especialmente a la obtención reciente de contratos significativos en sectores clave como energía y semiconductores, que suman más de 750 millones de dólares.
Entre estos contratos destaca especialmente uno de 550 millones de dólares en el Medio Oeste de Estados Unidos, donde Veolia se encargará del diseño, construcción y operación durante 16 años de una instalación avanzada para tratar agua ultrapura y aguas residuales de una importante fábrica de semiconductores. Este proyecto, que empleará tecnologías avanzadas de ultrafiltración y ósmosis inversa, permitirá reciclar diariamente alrededor de 8.000 metros cúbicos de agua, contribuyendo al objetivo estratégico de relocalizar la fabricación de semiconductores en Estados Unidos.
Asimismo, otro contrato significativo, valorado en 34 millones de dólares, implicará la instalación de la tecnología patentada MemGas™ en la planta de tratamiento Southeast de San Francisco, transformando biogás en biometano. Esta iniciativa convertirá a la instalación en un centro de recuperación de recursos, con una producción estimada de 68 GWh/año de energía renovable, ayudando a cumplir las metas climáticas de la ciudad.
Además, Veolia ha firmado tres contratos estratégicos por cerca de 170 millones de dólares en Brasil y Emiratos Árabes Unidos, destinados a la eliminación avanzada de sulfatos en operaciones offshore de petróleo. Estos proyectos, que incluyen asociaciones clave con MODEC y Seatrium en Brasil, fortalecen aún más el liderazgo de Veolia en soluciones avanzadas para el tratamiento de agua en plataformas offshore.
Con ingresos globales de 4.973 millones de euros y un EBITDA de 612 millones en 2024, Veolia Water Technologies se mantiene como líder mundial en áreas clave como membranas, reutilización y desalación, con operaciones en 44 países, respaldadas por 38 centros tecnológicos y 11 laboratorios dedicados a la investigación e innovación. El plan estratégico GreenUp de la compañía prevé un crecimiento anual del EBITDA de al menos un 10% hasta 2027 y un aumento del 50% en los ingresos de tecnologías del agua hacia 2030, incluyendo cerca de 1.000 millones de euros destinados a tratamientos relacionados con PFAS y otros contaminantes emergentes.
Aunque las acciones de Veolia registraron una caída moderada del 1,18% en la semana posterior al anuncio, según los datos al cierre del mercado, los fundamentos estratégicos de la adquisición permanecen firmes, impulsados por tendencias globales como la escasez de agua, la adaptación al cambio climático y la relocalización industrial.
Desde iAgua seguiremos atentos al desarrollo de esta operación estratégica y al impacto que pueda tener en la evolución futura del mercado global del agua.