Al igual que en otros ámbitos de nuestra sociedad, la digitalización de los procesos y servicios del agua esta generando cambios muy significativos en la manera en la que gestionamos los recursos hídricos. Las tecnologías digitales están ofreciendo soluciones innovadoras para mejorar la distribución del agua, monitorear su calidad, detectar fugas, gestionar las infraestructuras, controlar la demanda y, en general, optimizar el uso de los recursos. Aunque los beneficios de la digitalización para una gestión más eficaz y eficiente del agua, especialmente en el caso de las empresas de servicios de agua, han atraído la atención de los medios de comunicación y la sociedad, el papel de la digitalización en la mejora de los esquemas de gobernanza del agua está aún poco analizado y discutido.
Conviene recordar que un adecuado modelo de gobernanza del agua es fundamental para abordar los desafíos derivados del cambio climático, el crecimiento demográfico, el envejecimiento de las infraestructuras, entre otros fenómenos, y que están poniendo de manifiesto la existencia de una creciente crisis del agua en todo el mundo. La gobernanza del agua abarca el sistema integral de toma de decisiones y la implementación de políticas relacionadas con la gestión de los recursos hídricos. En base al modelo de gobernanza del agua desarrollado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su “Water Governance Initiative” de 2015, ésta debe regirse por tres principios básicos: eficiencia, eficacia e inclusividad, incluyendo la participación igualitaria y equitativa de diversos actores, como gobiernos centrales y locales, organismos reguladores, organizaciones no gubernamentales, grupos comunitarios y el sector privado. En consecuencia, el establecimiento de marcos eficaces de gobernanza del agua resulta fundamental para establecer las políticas, regulaciones y directrices que rigen la asignación, distribución y utilización de los recursos hídricos a diferentes escalas (ej. a nivel de cuenca, región, municipio, etc.). Además, un buen modelo de gobernanza debe garantizar que la gestión de los recursos hídricos persigue, además de mayores cotas de eficiencia y eficacia, la consecución de objetivos sociales y ambientales que satisfagan las necesidades de las diferentes partes interesadas, incluido el medio ambiente. En consecuencia, los modelos de gobernanza del agua son claves para abordar los futuros desafíos sociales y económicos derivados de la crisis del agua, y la digitalización debería servir como instrumento catalizador de mejoras en los marcos de gobernanza del agua en términos de mayores cotas de eficiencia, eficacia e inclusión-equidad.
Como se ha comentado, la digitalización en el sector del agua generalmente se ha visto como una forma de mejorar la capacidad de procesamiento de información y el suministro de datos más confiables y actualizados para la toma de decisiones, lo que en última instancia debería facilitar los principios de eficiencia, eficacia y equidad que deberían guiar cualquier modelo de gobernanza del agua. Las tecnologías digitales, como la Inteligencia Artificial (IA), Internet de las Cosas (IoT) y el análisis machine learning, permiten transformar datos en tiempo real en información procesable para sistemas de toma de decisiones semiautomatizados y/o totalmente autónomos que monitorean y controlan entornos físicos (ej. gemelos digitales). Estos avances, en última instancia, pueden conducir a modelos de gobernanza del agua más eficientes y efectivos en la gestión de los recursos hídricos. Así, la mayoría de los estudios centrados en la digitalización de los servicios del agua han destacado estas cuestiones como los principales impulsores de la digitalización. La creciente necesidad de adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes y la mejora de la resiliencia de la infraestructura, las ganancias de eficiencia y el ahorro de costes, y la necesidad de adaptarse a las regulaciones gubernamentales (ej. ambientales) también han sido ampliamente discutidos como factores que explicarían la creciente digitalización de la gestión del agua.
Por el contrario, el estudio de los impactos sociales de la digitalización y sus potenciales impactos en los niveles de inclusión, equidad y sostenibilidad en la gobernanza de los recursos hídricos, no han atraído hasta el momento la misma atención. Aunque la digitalización puede redundar en un mayor acceso a información y una comunicación más rápida entre los agentes decisores en la gestión del agua, recientes estudios sostienen que la digitalización puede derivar en problemas de inequidad y sostenibilidad cuando la tecnología no es neutral y genera compensaciones indeseables entre grupos sociales o territorios. Otros estudios han identificado la falta de estandarización y los problemas relacionados con la interoperabilidad, las necesidades de alfabetización digital, la privacidad de los datos y la ciberseguridad como potenciales fuentes de inequidad y limitación de la participación ciudadana en las decisiones. Asimismo, la implementación de herramientas digitales (como sistemas automatizados basado en IA) sin una adecuada y suficiente participación de los agentes sociales en las decisiones de gestión de los recursos hídricos, puede derivar en impactos negativos en términos de equidad y sostenibilidad a medio y largo plazo.
El objetivo de esta reflexión es, al igual que está ocurriendo en otros ámbitos de nuestra sociedad, invitar a los lectores a reflexionar sobre los impactos de los procesos de digitalización en el sector del agua a todos los niveles (económico, social y medioambiental) a corto y largo plazo. Más allá de los evidentes beneficios que la digitalización puede generar para un determinado sector o grupo social, la digitalización de nuestros modelos de gobernar los recursos hídricos requiere atender los tres principios antes citados de eficiencia, eficacia e inclusión para evitar potenciales efectos negativos.