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Cosas del agua I. El cuchillo que corta el agua

Sobre el blog

Ana Alejandre
Escritora , editora y crítica literaria. Licenciada en Derecho. Directora-editora de Editanet http://www.editanet.com y http://www.editanet.org .Colabora como articulista y crítica literaria en Diario Siglo XXI , y en República de las Letras (ACE)

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  • Cosas agua I. cuchillo que corta agua

Cosas del agua

Además de la serie "La literatura y el mar", inicio otra serie titulada "Cosas del agua", en clave de humor, sobre las noticias científicas, aparecidas en la prensa nacional o extranjera, relativas a descubrimientos relacionados con el agua y sus múltiples propiedades, aplicaciones y usos, muchas veces incomprensibles para quienes estamos lejos de la ciencia y sus complejas leyes que siempre nos dejan atónitos porque, aun siendo verdad, parecen pura ficción.

Esta serie irá alternándose con la otra dedicada a "La literatura y el mar" y, desde ahora, espero que sea aceptada por esta docta audiencia con comprensión y tolerancia por el atrevimiento de que temas tan serios sean tratados con humor, asombro y e incredulidad de todo profano, pero siempre con el mayor respeto al fascinante universo científico y sus intrincados secretos solo aptos para iniciados.

El cuchillo que corta el agua

La noticia que va a servir de pretexto para este texto no tiene desperdicio y más miga que una hogaza de pan de dos kilos para familia numerosa.

Pues bien, se trata de que han inventado un cuchillo que corta el agua -si Moisés lo hubiera tenido a su alcance, cruzar el Mar Rojo hubiera sido coser y cantar-. Sí, no pongan esa cara estupefacta que es la que se nos queda a todos los neófitos en ciencias -y en muchas cosas más- cuando leemos noticias semejantes.

No, no crean que se trata de una broma, sino de algo muy serio, científico e indescifrable para los los ciudadanos de a pie -con o sin juanetes-, pues esta noticia ha sido comunicada por la Universidad Estatal de Arizona (EE.UU.) que ha demostrado que se puede separar una gota de agua en dos de forma limpia -limpia si es agua clara, claro-, segura y eficaz, con un cuchillo superhidrófobo como se corta un filete por la mitad. La noticia ha sido publicada, primero, en la revista PLoS ONE y, después, en la prensa española. Se le considera un invento que podría ser de mucha utilidad para el avance de la biomedicina. Tal como está explicado en dicha noticia se expresa en este texto sin añadir nada de mi cosecha por ser neófita en estos temas propios para quienes manejan, predominantemente, el hemisferio izquierdo, ya que, en mi caso, sólo utilizo el derecho y, algunas veces, dudo si utilizo alguno de ellos.

Naturalmente, la noticia se la comenté a mi amiga Trini -ustedes, amables lectores, ya la conocen en su peculiar idiosincrasia y si no la conocen no saben lo que se pierden-, y me ha dicho que no pega ojo por las noches pensando en este enigma: ¿Para qué sirve cortar una gota de agua en dos mitades?, porque es la mar de curiosa, la muchacha. Además, me pregunta si también sirve para cortar el vino, el aceite el perfume -ahí sí le vería la utilidad para no gastar demasiado perfume con lo caros que son y lo "agarrada" que es esta mujer para gastar de lo suyo, pero no de lo ajeno-, y cualquier otro líquido que se ponga por delante.

A esas preguntas no he podido responder porque no tengo idea de ese tema y de la utilidad que se le pueda dar, aunque los científicos -que son muy suyos-, tendrán que justificar el dinero y el tiempo gastado en inventar ese artilugio que me parece una cosa más propia de quienes no tienen mucho que hacer y se dedican a buscarle tres pies al gato.

Y digo yo, ya puestos a decir, que los expertos que comentan la noticia están maravillados, desde luego que hay gente "pa tó" -o también dicho en su otra versión: "tie que haber gente pa tó" como se le atribuye a Rafael el Gallo cuando le presentaron al filósofo José Ortega y Gasset y preguntó a un tercero "quién era aquel gachó con pinta de estudiao"y cuando le explicaron que era filósofo y en qué consistía, él respondió con esa frase que ha llegado hasta nuestros días-. El descubrimiento se hizo colocando una gota de agua sobre un material superhidrófobo, es decir, que es sumamente resistente al agua como es el caso del Teflón, material que cubre sartenes, cacerolas y se usa, también, para revestimientos de aviones, cohetes y naves espaciales. La gota se coloca en forma de bola, sin mojar la superficie.

Usaron un cuchillo hecho con polietileno y zinc y tratado con nitrato de plata y una solución superhidrófoba llamada HDFT. De esta forma, cuando el cuchillo de marras se usó sobre la gota de agua, esta se dividió en dos mitades, unida cada una a un aro de alambre. Pero, cuando se levantaba el cuchillo lo más mínimo, la gota recuperaba su forma original. O sea, no era la gota la que se partía, sino más bien lo que se quebraba era la paciencia de quien mantenía el cuchillo sobre ella para mantenerla dividida en dos.

Según los expertos, esta maravillosa invención para cortar gotas de agua podría ser muy útil en el campo de la biomedicina. Así sería más fácil y rápido separar las proteínas mezcladas con fluidos biológicos que son imprescindibles para obtener la información genética precisa para detectar con prontitud las primeras señales de una enfermedad, con una sola pequeña gota de muestra.

Por supuesto, lo expertos sabrán qué hacen y para qué. Para los ciudadanos corrientes y molientes, esto de cortar una gota de agua en dos es tan inútil, incomprensible y absurdo como embotellar la luz solar para llevársela de recuerdo de las vacaciones. Puede ser distraído, pero poco útil.

En fin, lo del cuchillo que corta el agua me está dando la impresión que solo es algo útil para quienes les sobra tiempo porque no han dado nunca "un palo al agua" y se pueden distraer cortando las gotas de agua en dos mitades o pensando en el sexo de los ángeles. Con el cuchillo de marras y un litro de agua tienen la diversión asegurada para un mes, por lo menos.

Se lo diré a mi amiga Trini para que se lo diga a su marido que le encanta hacer todo tipo de experimentos raros. Así, mientras él corta el agua, gota a gota, ella puede dedicarse a "cortarles trajes" a todas sus amigas por teléfono, sin que el maromo experimentador le diga que corte la conversación porque lleva horas hablando. O para estar horas viendo "Sálvame"( Limón o Naranja) que viene a ser lo mismo para "cortarle trajes" al personal.

Sí, para algo puede servir ese invento. Todo es cuestión de encontrar a alguien adecuado para experimentarlo. Trini todavía se acuerda del olor a chamusquina que tenía su casa, un día, cuando llegó de la compra y su maridito estaba experimentando cómo quemar algunas de las tarjetas de créditos de su mujer, a las que había prendido fuego después de rociarlas con gasolina y haberlas cortado antes en tiritas finas tipo juliana.

A Trini le dio un soponcio y un amago de divorcio que le duró meses, después de darle un par de bofetadas a su marido. Solo se le pasó cuando consiguió que él le renovara las tarjetas, pero aumentando el límite de gasto permitido.

Es que Trini es mucha Trini y corta más y mejor "el bacalao" que pueda hacerlo el cuchillo ese a las gotas de agua. Habría que patentarla - a Trini, no a la gota de agua-.