Cada 9 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Agricultura como recordatorio del papel fundamental que juega esta actividad en la alimentación de una población mundial en aumento y con recursos cada vez más escasos.
La crisis climática y sus efectos sobre la agricultura, unido al crecimiento demográfico, muy acusado en los países en desarrollo, evidencian la necesidad de una agricultura resiliente que siga produciendo alimentos suficientes en cantidad y calidad, adaptándose a los eventos climáticos devastadores cada vez más frecuentes.
La agricultura del futuro debe ser innovadora, sostenible y eficiente, que haga un uso eficiente de recursos naturales como agua o suelo. Es necesario comenzar cuanto antes; tenemos que actuar hoy para poder enfrentar las dificultades del mañana.
La agricultura resiliente viene de la mano de una innovación que se centra cada vez más en herramientas de recogida y análisis de datos que permitan anticipar riesgos y amenazas derivadas del clima. Las tecnologías de Big Data Analysis han permitido desarrollar modelos predictivos para conocer con precisión el cambio climático que debemos afrontar. El reto es llevar esas tecnologías a la producción agrícola. A medida que se vaya aportando información sobre los procesos agropecuarios, los modelos predictivos podrán anticipar la evolución de los sistemas agrícolas y permitirán mitigar los posibles efectos negativos del clima. Las nuevas tecnologías de gestión de la información han disparado la capacidad de adquisición de datos. El reto es generar un conocimiento útil para los productores, especialmente en las zonas más sensibles al cambio climático.
La agricultura del futuro debe ser innovadora, sostenible y eficiente, que haga un uso eficiente de recursos naturales como agua o suelo
Por suerte, la tecnología ha dejado de ser un patrimonio exclusivo de los países desarrollados, pero aún queda mucho por hacer. En Incatema hemos desarrollado un sistema de información geográfico (GIS) para gestionar la cuenca del río Cuvelai, entre Angola y Namibia, que sufre inundaciones devastadoras de forma periódica. Este sistema evalúa la vulnerabilidad de la cuenca ante las inundaciones, permitiendo situar las actividades productivas en función de los riesgos climáticos más lesivos. Es un sistema experto que incorpora el conocimiento local y que puede evolucionar en el tiempo a medida que los operadores van incorporando información de seguimiento en tiempo real.
Tecnología para la gestión eficiente del agua de riego
Uno de los recursos más necesarios y escasos para la agricultura es el agua para riego. Es necesario plantear como prioridad la gestión eficiente del agua en agricultura.
La aplicación de tecnología 4G a la automatización del riego es una solución que permite, mediante la conexión de los sistemas de riego a equipos de teledetección, programar el riego en función de las necesidades hídricas de cada parcela de cultivo, mejorando la eficiencia en el uso del agua y minimizando pérdidas por infiltración. Otra tecnología respetuosa con el medioambiente y que permite implantar sistemas de riego eficientes es la energía solar para el bombeo de agua frente a fuentes tradicionales, más contaminantes y poco accesibles para los pequeños productores de países en desarrollo. Hay que promover un regadío sostenible combinando la transferencia de tecnología con el desarrollo de las capacidades locales mediante la formación, tanto a nivel de usuarios como de gestores públicos.
Los desafíos a los que nos enfrentamos son enormes y por eso se impone el fomento de una agricultura sostenible y resiliente. Queda mucho por hacer, especialmente en la inversión en innovación y desarrollo tecnológico. Los organismos multilaterales como el Banco Mundial o las agencias de Naciones Unidas, y las agencias bilaterales de cooperación como la AECID, son decisivos porque, como principales agentes financiadores, están introduciendo los principios de sostenibilidad y optimización del uso de los recursos naturales como un requisito obligatorio en sus programas de desarrollo, contribuyendo a acelerar los procesos de modernización.