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Valorización ecosistémica en el sector del agua. ¿Qué narices es eso?

Sobre el blog

Antonio García Pastrana
Gerente de Servicios de Aguas. Interesado en: Agua, sostenibilidad, medioambiente, RSE, comunicación, redes sociales, TIC, innovación, creatividad, y en general en todo lo que nos ayude a dejar un mundo mejor a nuestros hijos.
  • Valorización ecosistémica sector agua. ¿Qué narices es eso?

Valorización ecosistémica, ¿qué es eso con ese nombre tan raro? y ¿en el sector del agua?

Para ir por partes trataré de dar mi visión, también por partes y en el mismo orden que las preguntas anteriores.

Esto surge tras un encuentro casual con Luís López-Cózar, Socio Director de la empresa Azentua, una de las sociedades pioneras en este asunto de la “valorización ecosistémica”, que en una distendida conversación me introdujo en este concepto. Yo a su vez he tratado de imaginar su aplicación en el sector del agua.

¿Qué es la valorización ecosistémica?

Este concepto está asociado a las teorías de la economía ambiental, que trata de incluir en la economía clásica los costes de los daños medioambientales y los valores de los recursos naturales o las buenas prácticas medioambientales, asignándoles un valor monetario.

El que la teoría económica estándar haya ignorado este planteamiento, ha sido identificado como una causa fundamental de la actual crisis ecológica.

Por tanto este modelo intenta promover las prácticas medioambiental y socialmente sostenibles, valorando económicamente las prácticas dañinas como pérdidas monetarias, al igual que la generación de recursos y bienes medioambientales como ganancias económicas.

 

Principio nº 4 del Cumbre de la Tierra de 1992: “Para alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente debe ser parte del proceso de desarrollo y no puede ser considerado por separado”

Estos planteamientos ya se recogieron en 1992, en la segunda Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro y 20 años después en la cuarta cumbre (también en Rio de Janeiro), denominada Conferencia de Desarrollo Sostenible+20. En esta última se proclamó la Declaración sobre el Capital Natural. Esta declaración fue un llamamiento para que el Capital Natural fuese mantenido y mejorado como un bien económico, ecológico y social crítico.

El término de “Capital Natural”, por tanto, debe ser entendido como un concepto amplio, global y unificador que integra el medio natural y los impactos y/o beneficios que genera a la sociedad. El término, así entendido, debe incluir los bienes naturales de la Tierra (suelo, aire, agua, flora fauna y otros) y los servicios de los ecosistemas derivados que hacen posible la vida humana. Los bienes y servicios del Capital Natural tienen un valor de miles de millones de dólares cada año y proporcionan alimentos, fibra, agua, salud, energía, seguridad climática y otros servicios esenciales para todos. Actualmente, ninguno de estos servicios, ni los bienes constitutivos del Capital Natural que los produce, están siendo adecuadamente identificados, medidos y valorados en comparación con los “capitales tradicionales” (capital financiero, capital manufacturado, capital intelectual y capital humano).

Ponerle valor a nuestro medio natural y sus servicios es difícil. En los modelos económicos clásicos, la naturaleza es considerada a menudo como "sin valor". Por ejemplo:

¿Qué valor le damos a la polinización de cultivos? y ¿al agua que emanada de los ecosistemas forestales?, o ¿qué valor le damos a que desaparezcan?. 

 

La valorización ecosistémica consiste en ponerle un precio a estos eventos, es decir se trata de monetizar el Capital Natural para que sea tenido en cuenta en los resultados económicos de las empresas y organizaciones. Con la finalidad de conseguir aumentar los beneficios económicos aumentando al mismo tiempo los beneficios medioambientales y sociales.

¿Cómo se hace esto?

¿Qué hay que hacer para conseguirlo? y ¿cómo los cambios en nuestro entorno natural pueden afectar positiva o negativamente a los costes e ingresos de una empresa, organización o proyecto?

Lo primero es consensuar un lenguaje común de entendimiento y diálogo. Esta es una de las razones por la que se lanzó el Protocolo del Capital Natural (Julio 2016), como un marco estandarizado diseñado para generar confianza, información creíble y procesable, que los directivos de las empresas necesitan para tomar decisiones.

Reúne y se basa en una serie de enfoques ya existentes para ayudar a las empresas a medir y valorar el capital natural y, mediante su armonización, permite que las compañías de todo el mundo puedan beneficiarse de la comprensión de sus relaciones con la naturaleza. El esquema de valoración que plantea el Protocolo sería el siguiente: Identificar los bienes naturales y sus servicios derivados, medirlos y valorarlos con el fin de determinar los riesgos y oportunidades para el negocio y la sociedad.

El Valor Económico Total

El VET es la suma del valor de uso y el de no uso.

El valor de uso se puede dividir en:

  • El valor de uso directo se reconoce de manera inmediata a través del consumo del recurso biológico o de un servicio que presta el mismo y puede estar incluso asociado a un valor en el mercado (por ejemplo, la visita a un curso de agua como podría ser un embalse, una laguna o un río).
  • El valor de uso indirecto está relacionado con los beneficios que recibe la sociedad a través de los servicios ambientales de los ecosistemas y de las funciones del hábitat (por ejemplo, el valor que tiene el ecosistema acuático como uso para la pesca deportiva).
  • El valor de opción contempla el valor de los usos potenciales, conocidos y desconocidos, en el futuro (el valor que tiene el curso de agua para sus futuros usuarios potenciales, por ejemplo, la opción a visitarlo en un futuro, aunque no tenga la intención de visitarlo inmediatamente).

El valor de no uso es aquel que no está relacionado con el uso actual o potencial de un recurso y se divide en:

  • El valor de herencia o legado tiene en cuenta el valor asociado al hecho de que las generaciones futuras podrán hacer uso del bien (el curso de agua puede ser visitado por las generaciones futuras, es un legado que se traspasa).
  • El valor de existencia es el valor que se da a un bien o recurso por su mera existencia (el valor del curso de agua no por su uso presente o futuro, sino por su existencia como tal).

Existen diversos métodos de valoración económica que pueden ser aplicados en la valoración de servicios ecosistémicos. Los métodos más utilizados son:

  • precios de mercado
  • costes evitados
  • función producción
  • precios hedónicos
  • valoración contingente

Con este tipo de estudios una empresa puede identificar y cuantificar los riesgos y oportunidades que derivan del conocimiento intrínseco de su entorno ambiental y cuantificar económicamente su precio/coste.

Sólo conociendo el valor monetizado de su medio ambiente es como podemos valorarlo y como podemos tomar las decisiones adecuadas para su correcta gestión.

Así es como una empresa u organización podrá contribuir, de manera efectiva, a la sostenibilidad y al crecimiento de su entorno.

¿Cómo se puede aplicar este modelo al sector del agua?

Tras la explicación más técnica de los apartados anteriores, ahora se trata de echarle imaginación y ver cómo se puede aplicar este modelo al sector del agua.

Tras varias semanas dándole vueltas al asunto, me di cuenta de que en el sector ya hay muchas prácticas que pueden englobarse dentro de este concepto. Es decir que de alguna manera ya se han desarrollado actividades, que buscando como finalidad el menor impacto medioambiental, están generando un valor económico positivo. Pongamos dos ejemplos muy extendidos:

La valorización de los lodos de las EDAR:

Hasta hace poco los lodos eran un residuo, que vertidos de forma incontrolada producían un coste económico por su gestión y un coste medioambiental al Capital Natural por efecto de la contaminación. En cambio, su valorización para producir gas, y posteriormente energía, y el compostaje posterior, generan un beneficio económico directo al gestor, y un beneficio medioambiental al evitar procesos de contaminación.

La reducción de las pérdidas de agua en su distribución

El desarrollo de nuevas tecnologías y métodos de trabajo para reducir las pérdidas de agua en los procesos de transporte y distribución. Tiene un efecto directo de mejora sobre el Capital Natural, ya que reduce el consumo de agua para hacer las mismas actividades. También generan una mejora económica directa, ya que reducen los costes de tratamiento del agua (energía, reactivos, mano de obra) además de permitir aumentar la demanda atendida sin necesidad de usar más recursos. Por ejemplo se pueden plantar más tomates sin necesidad de usar más agua.

Tras conocer estos ejemplos, ahora toca echarle creatividad e imaginar. Ser juguetones, y sin ponernos límites, tener ideas atrevidas y disruptoras, que generen beneficios económicos. Y así mejorar nuestro entorno social y medioambiental.

Me voy a atrever a dar alguna idea que pueda parecer algo irreal, aunque nunca se sabe lo que el futuro nos deparará:

Que ocurriría si en nuestras ciudades dejásemos de usar farolas convencionales y usásemos farolas con bombillas de agua. ¿Cuál es el valor económico de realizar esto? ¿cuál es el valor medioambiental? ¿cuál es el valor social?. A lo mejor nos sorprenderíamos. Si alguien se atreve a hacer los números que los comparta. Yo dejo algunas ideas en el artículo “Una bombilla de agua para iluminar el Día Mundial del Medio Ambiente”.

Y las tapas de los registros de alcantarilla y otras arquetas de servicios. Si en lugar de poner las archiconocidas tapas de “Agua”, “Fundiciones….”, pusiésemos tapas con motivos más creativos y artísticos. O si diesen información práctica sobre la ciudad, a modo de paneles informativos. ¿Nos hemos parado a valorar económicamente esta nueva prestación de las tapas de registro?, y ¿cuál sería su valor social? ¿podría generar nuevas actividades sociales y/o económicas?. Puedes encontrar algunas ideas en el artículo, “Creando arte en las alcantarillas” 

Un último ejemplo, y si antes de verter las aguas de los efluentes de una EDAR creamos una laguna donde las aves acuáticas puedan instalarse. ¿Tendría un valor medioambiental, social y educativo? y, ¿podría generar beneficios económicos?. También dejo algunas ideas en el artículo “Biodiversidad gracias a la depuración de aguas. La laguna de Navaseca, un oasis en La Mancha” 

Conclusión

A pesar de que de forma intrínseca el sector del agua, por su naturaleza, tiene una tendencia natural a introducir prácticas de valorización ecosistémica, estamos en unos tiempos en los que la escasez de los recursos naturales, los efectos del cambio climático y el creciente aumento de la demanda de bienes y servicios relacionados con el agua, hacen preciso que seamos aún más imaginativos y creativos para idear nuevas fórmulas de valorización ecosistémica.

Debemos de hacer evolucionar nuestra gestión para que sea más eficiente y rentable, desde un punto de vista económico y que a la vez colabore a la preservación del medioambiente y sus recursos...

... dale una vuelta a ver que puedes hacer tú.

Gracias por haber dedicado unos minutos a leer este post y gracias también anticipadas por compartir tus reflexiones.

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Hasta la próxima.

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