La sostenibilidad es hoy una prioridad estratégica e ineludible para las empresas y las instituciones públicas y la vía principal para mejorar la calidad de vida de las generaciones actuales, además de asegurar el futuro del planeta. Una herramienta de máxima utilidad para lograrlo es apostar por la digitalización.
En el sector del agua, la situación actual evidencia la necesidad de empezar a tomar decisiones drásticas en muchos países del planeta. Tal y como señala el Banco Mundial, cerca de 2.000 millones de personas no tienen acceso a servicios de agua potable de forma segura, 3.600 millones no cuentan con servicios de saneamiento seguros y más de 2.300 millones carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos.
Ante este panorama, agravado por el crecimiento demográfico, la «superindustrialización» con el derivado aumento de uso de agua, y el cambio climático, es preciso implementar soluciones que permitan hacer un uso más adecuado del agua.
Los gobiernos están aprobando planes y subvenciones para aumentar la eficiencia y la resiliencia del agua mediante la transformación digital. Esta se ha convertido en la principal forma de superar con éxito los retos actuales derivados del cambio climático y el crecimiento demográfico.
Las empresas gestoras se centran en la mejora de la gestión del agua y la eficiencia energética como puntas de lanza; una mejora que está intrínsicamente ligada a la digitalización. Dicha transformación digital conlleva la implementación de tecnologías que permitan reducir las pérdidas de agua, abordar con mayor efectividad los eventos extremos, mejorar la calidad y lograr un ahorro energético. Se trata de un enfoque integral para optimizar el uso del agua, mejorar la eficiencia y garantizar la seguridad hídrica a largo plazo.
Los gobiernos están aprobando planes y subvenciones para aumentar la eficiencia y la resiliencia del agua mediante la transformación digital
Y la banca multilateral no es ajena a este proceso. En la creencia de que, si se adoptan soluciones inteligentes para el agua, pueden construirse comunidades resilientes, adaptables y con seguridad hídrica para las sociedades actuales y las generaciones futuras, los bancos multilaterales han establecido estrategias para impulsar la implementación de las innovaciones en sus países cliente.
El Banco Asiático de Desarrollo (BAsD), cuenta con 68 países clientes en total y los tres sectores que concentraron el mayor número de sus operaciones entre 2021 y 2023 fueron transportes con 48.000 millones de dólares, agua con 30.000 millones y energía con 15.000 millones. Entre los tres, alcanzaron el 75% de la inversión del organismo. En el BAsD están convencidos de que la digitalización puede ayudarles a alcanzar sus objetivos de la Estrategia 2030 de una Asia y un Pacífico inclusivos, prósperos, sostenible y resiliente. En Asia Pacífico, cerca de 300 millones de personas no tienen acceso a agua potable segura, 1.200 millones carecen de saneamiento adecuado, y 80% de las aguas residuales por las ciudades se vierte sin tratar a las masas de agua.
El BAsD se dedica a ayudar a los organismos a mejorar su capacidad de planificar, diseñar, financiar y ejecutar proyectos, lo que incluye la aplicación de tecnología avanzada. Para ello, organiza sesiones para su e-marketplace para catalizar innovaciones y digitalización, que se materializan en una serie de seminarios web en los que empresas proveedoras de soluciones tecnológicas e innovadoras realizan presentaciones rápidas y en directo que posteriormente quedan disponibles en el propio e-marketplace. Este reúne a las partes interesadas de los países en desarrollo miembros del BAsD para aprender y debatir sobre las tecnologías digitales presentadas para lograr unos servicios del agua inteligentes, resilientes, seguros e inclusivos.
Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (con BID INVEST y BID LAB) busca resolver el reto del agua en Latinoamérica y Caribe, donde 160 millones de personas no tienen acceso al agua potable y 430 millones no tienen acceso a una gestión adecuada de las aguas residuales. En el BID, la iniciativa «Source of Innovation» nació con el objetivo de promover el desarrollo y la adopción de soluciones innovadoras para lograr unos servicios de agua y saneamiento y de gestión de residuos sólidos universales y gestionados de forma segura, implementa diversas estrategias como reforzar la capacidad de innovación de los proveedores de servicios, crear alianzas entre agentes públicos y privados que fomenten la innovación, la tecnología y el espíritu empresarial, promover la oferta de innovación con nuevos productos, proveedores y agentes especializados y desarrollar una cultura de innovación y espíritu empresarial en los agentes encargados de prestar servicios. Para ello ha movilizado 13.000 millones de dólares desde 2018 en veinticinco operaciones.
La banca multilateral está desempeñando un rol muy relevante que, además, abre numerosas vías de colaboración con el sector privado
Además, la política del agua del Banco Africano de Desarrollo (BAfD) consiste en mejorar la seguridad hídrica de África y transformar sus recursos hídricos para fomentar un crecimiento y un desarrollo socioeconómico sostenible, ecológico e integrador. En el continente, un 39% de la población en las áreas urbanas carece de acceso a un agua potable de calidad, y el 63% no cuenta con un saneamiento adecuado. Como resultado, la Facilidad del Agua del Banco Africano contempla 99 proyectos en 40 países para la mejora de las infraestructuras y servicios vinculados al agua y saneamiento.
Respecto a la digitalización, el BAfD ayuda a los países miembros de la región a desarrollar programas prácticos que permitan la digitalización de sectores tradicionales, como la agricultura, la sanidad, la educación y la gobernanza.
En la misma línea, el Banco Mundial ha creado su iniciativa Digital Water con el objetivo de apoyar a las empresas operadoras de agua a transformarse digitalmente. Les ayudan a identificar sus retos, proporcionándoles después hojas de ruta específicas para estos, que les permitan emprender «el viaje digital» del agua. Los resultados pasan porque las operadoras de agua puedan incorporar soluciones digitales como la medición inteligente, la facturación electrónica, la teledetección, la integración y supervisión de datos, el SIG, el mantenimiento predictivo, la detección activa de fugas en redes de distribución, la ciberseguridad y plataformas digitales en sus flujos de trabajo, avanzando así hacia la modernización del agua y el saneamiento.
Además, en 2023, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) hizo un histórico anuncio durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023, para el financiamiento de USD 4 mil millones de dólares en recursos para la seguridad hídrica, la gestión de sequías y el acceso seguro y equitativo al agua y saneamiento. Según la memoria de la CAF de 2023, este fue el año en que se consolidaron grandes tendencias globales como la IA, la digitalización y la propia institución implementó a nivel interno una nueva estrategia de tecnología basada en tres pilares: mejora de procesos, datos para el conocimiento, y cambio cultural y soluciones digitales. También en 2023, CAF firmó una alianza con organismos como META y Google y con gobiernos nacionales para el impulso de la agenda digital en la región, que incluye el uso de IA y realidad virtual, y la adopción de herramientas tecnológicas para impulsar la innovación pública. De esta manera, la pauta por el binomio agua y digitalización queda clara.
En definitiva, la transformación digital no solo ha comenzado, sino que la adopción de tecnologías aplicadas al agua se está acelerando, pero no conviene olvidar que es importante adaptar la visión de las instituciones y de las empresas de agua y saneamiento, así como su estructura, para poder aprovechar plenamente los beneficios de la digitalización.
Los proveedores de servicios de agua y saneamiento y los reguladores enfrentan los mismos desafíos y, frente a estos, la banca multilateral está desempeñando un rol muy relevante, lo que, además, abre numerosas vías de colaboración con el sector privado.
