Esta entrada del blog es la primera de una serie de entradas que iré realizando con lo que he ido aprendiendo durante 30 años trabajando en la gestión del ciclo integral del agua sobre la importancia del ANR y los métodos para su optimización.
Para poder definir el concepto de ANR (Agua No Registrada) en las redes de abastecimiento y distribución de agua potable, primero es conveniente definir conceptos básicos como el Volumen de agua distribuido, que es el volumen de agua inyectado a las infraestructuras de abastecimiento y distribución de agua, que al discurrir por las redes se puede dividir en consumo autorizado y consumo no autorizado o pérdidas.
El consumo autorizado es el volumen de agua utilizada por los clientes, por el suministrador y por otros usuarios autorizados, que puede ser a su vez un volumen registrado o no registrado según se disponga de medidores directos o indirectos del volumen, o de sistemas de estimación del volumen no medido.
Se consideran pérdidas, o consumo no autorizado, aquellas que se pueden presentar como pérdidas reales en conducciones e instalaciones o como pérdidas aparentes debidas a los fraudes en la medición y la imprecisión en los medidores.
Una vez vistos los conceptos anteriores, se puede concluir que el ANR (Agua No Registrada) es la suma de las pérdidas (aparentes y reales) más el consumo no autorizado, o lo que es lo mismo, es la diferencia entre el Volumen de agua distribuido y el Consumo autorizado registrado, es decir todo volumen de agua distribuido que no es consumo autorizado y registrado.
Se puede concluir que el ANR (Agua No Registrada) es la suma de las pérdidas (aparentes y reales) más el consumo no autorizado
El Agua Registrada puede ser de particulares, como consumos domésticos, industriales, comerciales, institucionales, y puede ser de consumos públicos como riego de parques y jardines, suministro a bomberos y abastecimiento de fuentes.
Los consumos de Agua No Registrada deben ser clasificados en potencialmente registrables o no registrables, y los esfuerzos de los gestores se deben encaminar a conseguir aumentar el registro de los consumos registrables y a disminuir los consumos no registrables.
Es importante controlar el Agua No Registrada mediante el aumento del Agua Registrada, ya que produce una subida de ingresos al recuperar m3 de agua a precio de venta, contribuyendo a la mejora de la rentabilidad del servicio y al desarrollo al disponer de mayor capacidad financiera para acometer las inversiones en renovación de infraestructuras. También es importante aumentar el agua registrada porque contribuye a la distribución equitativa de los costes entre los usuarios al mejorar el registro de lo que realmente consumen, pero lo que no se debe hacer es caer en la trampa de querer aumentar el agua registrada aumentando el agua consumida por los usuarios sin que realmente la necesiten como por ejemplo aumentando la presión de la red para que salga más agua cada vez que abran el grifo.
Por supuesto que lo más importante es controlar el Agua No Registrada mediante su disminución propiamente dicha, porque permite mejorar la sostenibilidad del sistema mediante el ahorro de recursos naturales y el descenso de los costes del servicio a largo plazo, al tener que introducir menos agua en el sistema, ahorrando por tanto en costes de adquisición, tratamiento y transporte.