Agua y recursos hídricos no son sinónimos. Recursos hídricos es una traducción literal de “Water Resources” que son las fuentes naturales de agua y ecosistemas asociados. Los glaciares, lagos, ríos, humedales, acuíferos, etc. Son recursos hídricos y están interconectados en una cuenca. En cambio, el agua es un elemento H₂O que no incluye ecosistemas asociados.
Las traducciones literales de expresiones del inglés al español, sin embargo, no han venido aparejadas de una correcta interpretación. Por ello, es común observar que no se respeta su verdadero significado y se emplean muchas veces como sinónimos o bajo una denominación de “aguas” que parece querer englobar bajo un mismo nombre el agua y las fuentes naturales de agua.
Es muy diferente gestionar las intervenciones sobre los recursos hídricos, o sea las fuentes naturales de agua y ecosistemas asociados (como lo es un río o el mar, activados y alimentados por los ciclos hidrológicos naturales) que gestionar los ciclos hidrológicos, construidos o antrópicos, basados en el uso del agua extraída de las fuentes mencionadas. Un ciclo construido es, por ejemplo, el ciclo de agua creado para abastecer de agua potable y saneamiento a una ciudad o el ciclo hidrológico construido para abastecer de agua a un sistema de riego y drenaje. Esto es claramente explicado en la política Francesa de Gestión de Recursos Hídricos y de la Biodiversidad[1].
Los ciclos hidrológicos naturales y los recursos hídricos son alterados en cantidad, calidad y oportunidad, por las variaciones en el clima, por la intervención e interacción con los ciclos hidrológicos construidos (por la regulación de flujos naturales con obras hidráulicas, por extracción de agua de las fuentes naturales, por la devolución de agua al sistema natural, por contaminación) así como por las alteraciones, naturales o causadas por acción humana de las capacidades naturales de regulación de la escorrentía superficial y subterránea de las cuencas hidrológicas que captan agua de las precipitaciones.
La denominada “Gestión Integral de Recursos Hídricos” es precisamente la gestión de las intervenciones que como seres humanos hacemos sobre el ciclo hidrológico natural y las fuentes naturales de agua y sus ecosistemas. Como se señala, estas intervenciones generan grandes alteraciones en los ecosistemas y su biodiversidad, por lo que no pueden ser vistos solo como “gestión del elemento agua”, desconectados de su entorno. Esta gestión debe ser integral porque las fuentes naturales de agua y sus ecosistemas están interconectados entre sí a lo largo y ancho de una cuenca hidrográfica. Alterar glaciares, encauzar ríos, construir bocatomas, bombear agua de los acuíferos, construir grandes represas o embalses en los cauces de los ríos, bombear agua del mar, etc. son todos acciones de intervención en el medio natural, sobre todo en la fase terrestre del ciclo hidrológico y a veces en la atmósfera cuando se bombardean nubes con elementos para hacer llover.
Se interviene el ciclo natural al utilizar agua en las fuentes naturales, como navegar o generar hidroenergía, o para extraer agua de las fuentes o al alterar las capacidades de las cuencas hidrológicas o los caudales ambientales.
Muy diferente es ser gestor o administrador solo del agua extraída de las fuentes naturales, ya desprovistas de su ecosistema natural. En esta gestión la preocupación se vuelca casi solo al uso eficaz y eficiente del agua (H₂O) en cantidad, calidad y oportunidad para satisfacer los usos a los cuales va destinado. El gestor en estos casos tiene mejor control de las variables, puede llevar una contabilidad hídrica fina, medir cuanto ingresa y cuanto egresa en cada punto que desee, ejecutar las acciones de tratamiento de agua, recuperación de aguas ya utilizadas, reutilizar agua, disponer donde verter los excedentes y de qué calidad etc.
Sus variables no totalmente controlables son su dependencia a la disponibilidad de agua en las fuentes, demandas que exceden sus capacidades operativas y de inversión, el correcto funcionamiento de su ciclo hidrológico construido y efecto de situaciones eventuales externas como contaminación o fenómenos y eventos naturales extraordinarios que afecten el sistema construido. Como se señala al inicio, agua y recursos hídricos no son sinónimos. La no diferenciación entre ambos términos ocasiona muchos problemas en diferentes interpretaciones y definiciones de términos originalmente en idioma inglés. Uno de estos es la definición de “water governance”, traducido como Gobernanza del agua” en la cual no se hace una diferenciación clara entre agua y recursos hídricos.
Por ejemplo, “La Asociación Mundial del Agua (GWP) definió la gobernanza del agua como “el rango de sistemas políticos, sociales, económicos y administrativos implementados para desarrollar y manejar los recursos hídricos”. No queda claro en esa definición si la denominada “gobernanza del agua” se refiere a la de gestión del agua extraída de las fuentes o de la gestión de las fuentes naturales de agua y ecosistemas asociados (recursos hídricos). Tampoco parece ser un término muy afortunado, ya que la gobernanza se ejerce entre personas con relación a alcanzar alguna meta común pero no se ejerce directamente sobre un elemento natural. Es como decir gobernanza del aire o de un metal. Además, se indica que se debe desarrollar” y “manejar” los recursos hídricos , ambas expresiones no muy adecuadas “Water Resources Development”; en inglés se refiere sobre todo a la etapa de inversiones en grandes obras hidráulicas. Cuando es traducida literalmente al idioma español no significa nada porque los recursos hídricos no se “desarrollan”. El ser humano o un territorio si se desarrolla en función de la disponibilidad de recursos hídricos, pero no “desarrolla” tales recursos. Sin embargo, muchos utilizan la expresión “desarrollar los recursos hídricos” sin preocuparse mucho para definir a qué se refieren. “Manejar” los recursos hídricos no es una expresión acertada tampoco. Lo que se hace es gestionar las intervenciones que se realizan sobre los recursos hídricos, reconociendo que se refiere a las fuentes naturales de agua y ecosistemas asociados. La definición sigue señalando que: Además, “la gobernanza del agua está estrechamente relacionada con aquellas instituciones políticas, sociales y económicas que son importantes para la gestión y el desarrollo de los recursos hídricos. Una gobernanza efectiva del agua supone una gestión sostenible e integrada de los recursos hídricos.”. Se repite la expresión desarrollo de recursos hídricos y además se habla de gestión “integrada” cuando debe decir Integral. La gestión debe ser con un enfoque integral, pero el resultado de la gestión debe ser integrado en el territorio objeto de la gestión de intervenciones sobre sus recursos hídricos .
Inclusive la famosa y repetida definición del término en inglés “Integrated Water Resources Management (IWRM)”, traducido literalmente del idioma inglés como “Gestion Integrada de Recursos Hídricos (GIRH)[1], adolece de las mismas falencias de interpretación. “La definición que da la Asociación Mundial para el Agua (GWP) de la GIRH, hoy la más aceptada, indica que : La GIRH es un proceso que promueve la gestión y el desarrollo coordinados del agua, el suelo y los otros recursos relacionados, con el fin de maximizar los resultados económicos y el bienestar social de forma equitativa sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas vitales.”
En principio, lo que debe ser “Integrado” es el resultado de la gestión y no la gestión en sí misma. Esta debe ser integral y articulada, pero no “integrada”, ya que integrar significa juntar en un solo sistema todos los instrumentos de gestión. En segundo lugar, la definición vuelve a utilizar el término “desarrollo” y le adiciona “coordinado” y lo aplica al agua, el suelo y otros recursos relacionados. No aclara si se refiere solo a la gestión de las intervenciones sobre las fuentes naturales de agua y sus ecosistemas asociados o incluye también la gestión del agua extraída de las fuentes. Tal como está redactado, es poco comprensible saber a qué se refiere y cuáles son sus objetivos.
Sería más asertivo y comprensible para la mayoría, quizás decir que “la gestión integral de los recursos hídricos es la gestión de las intervenciones que nosotros como seres humanos hacemos sobre el ciclo hidrológico natural, las cuencas y sus fuentes naturales de agua y recursos asociados, con el fin de utilizar el agua en las fuentes y/o extraer agua de las mismas para diferentes usos, con el fin de maximizar los resultados económicos y sociales resultado de su utilización en forma equitativa sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas vitales.”(definición propia)
En resumen, parece que es tiempo de cuestionar las definiciones clásicas de muchos términos que se utilizan en el campo del agua y los recursos hídricos, sobre todo aquellos que son traducciones literales del idioma inglés al español.