Gran parte de los fenómenos naturales no tienen por qué convertirse en desastres. Los fenómenos o eventos naturales sean o no «extremos» no son desastres «naturales». Los desastres originados por estos fenómenos o eventos recurrentes son lamentablemente, y en gran parte, causados por la propia población y sus gobiernos.
Nada, pone mejor en evidencia la ineptitud de una sociedad y sus gobiernos que la ocurrencia de un evento natural, sea recurrente o no en el tiempo, que debería ser bienvenido, como es un aporte de agua a las fuentes naturales como glaciares, lagos, ríos, acuíferos, etc. y valles sedientos, pero que se convierte en tragedia.
La ineptitud, corrupción, inestabilidad, ocupación de puestos claves con personajes ineptos, desprecio a los límites que impone la naturaleza y otras falencias políticas y administrativas… son los directos responsables de los desastres ocurridos en los cauces y valles de la costa peruana.
Ocupación de cauces, estrechamiento y estrangulamiento de cauces, no construcción de defensas de riberas adecuadas (solo acumular material inestable), puentes con bases débiles, deforestacion, vertimientos de toneladas de basura en los cauces y otras aberraciones contra la naturaleza... pasan factura.
El agua de lluvia y la descarga no contrataran abogados ni se enfrascaran en largos juicios para recuperar sus cauces. La población no puede hacer retroceder el agua a palos, ni gritando más fuerte, ni bloqueando caminos, ni incendiando… De nada sirven los lamentos y llantos, ni las acciones de protestas y reclamos, ni reclamos a funcionarios que alguna vez, quizá, pretendieron impedir que se ocupen zonas de riesgo ni arrojen basura a los cauces.
La combinación perfecta de gente que necesita terrenos, de corrupción, de vendedores de terrenos y alcaldes, de inacción, de ignorancia, de soberbia, etc., etc., pasan la factura.
El daño generado es inmenso, no solo sobre las personas afectadas. También lo es a la naturaleza. Las toneladas de basura vertidas al mar, la perdida de oportunidades de recarga de acuíferos, la contaminación de cauces, la proliferacion de enfermedades, entre muchos otros efectos negativos, es producto directo de cero prevención
No hay ni se exigen estudios de impacto ambiental cuando las acciones negativas son solapadas. Ningún estudio de impacto ambiental se aprobaría para ocupar los valles fértiles de la costa peruana, con ciudades como las actuales Ni siquiera pasan por algún control.