Todos los países con excepción de Chile tienen legalmente establecido que la gestión de las intervenciones sobre los recursos hídricos y agua debe considerar la cuenca como territorio de gestión con el fin de alcanzar metas preestablecidas. Según el país y las circunstancias, el diseño de las organizaciones y sus objetivos varían con el tiempo.
Las organizaciones de gestión de RH por cuenca reciben diversas denominaciones. A veces por el nombre del equipo técnico que la conforma, tal como agencias de cuenca o de agua (Francia y Brasil), Organismo de Cuenca, Corporación de cuenca, etc. En otros casos se denominan por la estructura de participación que se establezca (y según si las cuencas son o no transfronterizas) tales como Consejo de Cuenca, Consejo de Recursos Hídricos de cuenca, Confederación de cuenca, Mesa de Agua, Comisión de Cuenca, Parlamento del Agua, etc.
En Europa la mayor preocupación fue y es controlar la contaminación y proteger los ecosistemas acuáticos, no solo en cada país sino también entre países (origen de la Directiva Marco Europea del Agua, año 2000). Para otros es acordar inversiones en obras hidráulicas para aumentar la disponibilidad de agua, sobre todo frente a sequías prolongadas. Con la presencia inundaciones tienen como objetivo estar mejor preparados para enfrentarlas. En forma más reciente está el aplicar soluciones basadas, en la naturaleza (cosecha de agua, recarga de acuíferos, recuperación de humedales, por ejemplo) y aumentar fuentes de agua. En otros tiene que ver con una mejor distribución del agua, respetando prioridades, medio ambiente y usuarios aguas abajo.
Los equipos técnicos de dichas organizaciones y sus fuentes de financiación se conforman según las metas por alcanzar. Por ejemplo, en Europa, siendo el énfasis mayor el control de la contaminación y proteger los ecosistemas acuáticos, se estableció el criterio contaminador-pagador, la cobranza por multas y por uso como fuente de ingresos y la agencia como agencia financiera para ayudar a las empresas a invertir para controlar la emisión de contaminantes. Estas agencias tienen una larga trayectoria y presupuestos importantes por estar en países industrializados y tienen muy buenos resultados. Sin fuentes seguras de financiación no existirían
En América Latina la situación actual de estas organizaciones es muy variada
En América Latina la situación actual de estas organizaciones es muy variada. A veces no nacen con objetivos definitivos, salvo los de coordinación, diálogo, etc. Nacen con carencia de fuentes seguras de financiación y se les asigna roles y atribuciones poco claras. Todo ello las limita en su efectividad.
Muchas están pobremente equipadas a nivel de soporte técnico si alguno y carecen de atribuciones u roles que les permitan cumplir con las expectativas. Carecen de apoyo de equipos técnicos con financiamiento adecuado y asegurado y mucho menos con financiamiento para ejecutar los planes de gestión aun cuando hayan sido formulados.
Otras organizaciónes por cuenca son solo de carácter consultivo, es decir, sin poder de ejecución. En todos los casos se encuentra que las que realmente son útiles son las que disponen de fuentes de financiamiento y proyectos concretos sobre los cuales debatir.
Un modelo interesante es el Consorcio Intermunicipal de las cuencas PCJ (Piracicaba, Jundiai, Capivari), localizada en el estado de São Paulo, que tiene la mayoría de ingresos por transferir agua a la ciudad de São Paulo y aportes de industrias locales. Disponiendo de fuentes de financiamiento, los debates se hacen sobre como invertir mejor los recursos… La organización tiene personería jurídica y capacidad de ejecución. La financiación y autoridad para ejecutar acuerdos le da sentido a las reuniones del comité de la cuenca.
El denominarlos «Consejos» de cuenca «a priori» hace referencia solo a una parte de estas organizaciones. Al calificarlos de Consejos, muchas veces se tiende a creer que basta dialogar para lograr gestionar las intervenciones en una cuenca y sus recursos hídricos.
Se crean básicamente como lugar de debate, conciliación de intereses, participación, etc. en general. Cuando no se precisan objetivos concretos, se crea incertidumbre sobre su alcance y nace una oposición a su creación o funcionamiento.
Por ello ese nombre no es el más aconsejable para crear dichas organizaciónes, mucho menos si no se precisa claramente sus objetivos ni con qué soporte técnico y económico funcionarán, si solo son consultivos o son resolutivos, etc. Muchas, veces, se crean expectativas falsas entre miembros de los consejos que piensan que sus ideas tendrán eco… y no pasa nada.
En resumen: Las organizaciones de gestión de intervenciones sobre las cuencas y sus recursos hídricos son necesarias, pero deben crearse con objetivos bien definidos.
No deben nacer ignorando lo ya establecido en cada cuenca ni cuáles son las necesidades mayores a superar. Deben contar con legalidad, sumar y mejorar lo existente, tener fuentes de financiamiento, estar diseñados acorde con las necesidades u características de cada cuenca y sus actores y establecerlas a medida que se demuestre su necesidad y con el convencimiento y compromiso de los actores locales principales.
Y en Chile, ¿cuáles son los principales objetivos que se mencionan para justificar su creación? ¿Es suficiente el objetivo de distribución de agua y la acción de las JdV, asociaciones y comunidades?