En el campo de la gestión de las intervenciones sobre las cuencas y fuentes naturales de agua (gestión de recursos hídricos), en un período relativamente reciente, se ha puesto de moda fomentar la aplicación de «soluciones basadas, en la naturaleza». Algo así como redescubrir que dependemos del medioambiente.
Es obviamente un gran acierto volver a mirar los orígenes de las fuentes naturales de agua y de sus ecosistemas asociados. Las cuencas hidrográficas, y todas las formas naturales de retención y conducción de agua, en forma de glaciares, nieve, lagunas, acuíferos, ríos, humedales, pantanos, esteros, etc. son los recursos hídricos que la naturaleza nos ha ofrecido siempre en forma gratuita. Las desafortunadas intervenciones que han degradado las capacidades de retención de agua de las cuencas hoy ameritan, por lo tanto, ser recuperadas.
Ello, sin embargo, no elimina las opciones de aplicar medidas mucho más drásticas para ayudar a retener más agua como son todas las prácticas mecánicas estructurales y las obras hidráulicas mayores como son los embalses. Estos se requiere para almacenar agua en épocas de crecidas, controlar inundaciones, estabilizar flujos y ganar altura para generar hidroenergía, desviar agua a otras cuencas y otras muchos usos. Sin represas, cientos de ciudades hoy deberían ser abandonadas.
Es obviamente un gran acierto volver a mirar los orígenes de las fuentes naturales de agua y de sus ecosistemas asociados
Eso no significa que estas obras hidráulicas no afecten el medioambiente. Como también lo hacen las megalópolis, las carreteras, el transporte, etc. No hay ciertamente ninguna intervención del ser humano que no afecte el medio ambiente. La única vía, por lo tanto, es saber como intervenir compensando los efectos negativos, tanto como lo hace un cirujano al intervenir un cuerpo humano.
Hoy hemos aprendido que es necesario compensar los efectos de nuestras intervenciones en el medioambiente y en este campo tanto las soluciones basadas en la naturaleza como las basadas en infraestructura gris se necesitan mutuamente. Es decir, NO son excluyentes.
Una represa construida en una cuenca degradada se colmata de sedimentos en poco tiempo. Sin tratamiento, con medidas que retengan sedimentos y mejoren las condiciones de escurrimiento, los ríos se llenan de sedimentos y afectan las bocatomas y la calidad del agua. A su vez, las obras deben ser construidas con todas las medidas para evitar los efectos negativos. Compuertas de fondo, sistemas para no cortar la migración de peces, dimensiones adecuadas, etc. Lo mismo con las zonas urbanas que deben ser más «verdes», más árboles, más parques, pistas permeables al agua de lluvia, etc.
Es decir, tanto las soluciones basadas en la naturaleza como las basadas en infraestructura gris deben sumar y no restarse entre sí. Ambas soluciones son dependientes entre sí.