Tras numerosos desastres naturales, como el huracán Katrina y el tsunami asiático, el experto británico en tratamiento de agua Michael Pritchard se planteó la necesidad de crear un sistema sencillo y manejable que garantizara el acceso a agua potable a todas esas personas que habían sufrido tanto y vivían en condiciones catastróficas, disparándose por la calle para conseguir agua potable para sobrevivir.
La mitad de la población mundial sufriría diarrea si no bebiera agua potable y muchos niños mueren a diario por esta causa en países subdesarrollados. Pero los desastres naturales azotan con más fuerza tanto países desarrollados como países en vías de desarrollo y en ninguno de los casos existe un plan de contingencia suficiente como para garantizar un bien tan fundamental como es el agua.
No fue un descubrimiento fortuito, sino que tras varios prototipos creó la maravilla que os presento a continuación: Lifesaver Bottle. Se trata de un dispositivo portátil de purificación de agua que posee poros de 15 nanómetros, impidiendo el paso de bacterias y virus.
Se preguntarán cómo funciona este dispositivo. Pues bien, es muy sencillo. Se introduce el agua contaminada en la botella, se bombea un par de veces, se abre el tapón de la botella y se bebe agua estéril y potable.
La vida media del cartucho de la botella son 6000 litros de agua. Una vez agotada su vida útil, se extrae el cartucho y se reemplaza por uno nuevo, pudiendo así ser utilizada con 6000 litros más.
No contento con su invento, Michel Pritchard ha implantado la misma tecnología en un bidón de 25.000 litros que podría ser utilizado por una familia de cuatro miembros durante 3 años.
Resumiendo, la clave está en potabilizar el agua en el punto de consumo, evitando así que mujeres y niños tengan que desplazarse grandes distancias en busca de un poco de agua potable.