1. Introducción
La Organización Mundial de Meteorología publica en 2012 el documento denominado Índice Normalizado de Precipitación, SPI (OMM-Nº 1090, M. Svoboda, M. Hayes y D. Wood, Ginebra).
Indica la OMM que “a lo largo de los años se ha debatido mucho sobre qué índices de sequía deberían utilizarse en determinados climas y para cuáles aplicaciones, y que se ha tratado de ofrecer orientación sobre este tema. Los científicos comprendieron que los índices debían ser sencillos y fáciles de calcular y tener pertinencia y significado desde el punto de vista estadístico. Además, el entendimiento de que los déficits de precipitación tenían diferentes impactos en las aguas subterráneas, el almacenamiento de agua en reservorios, la humedad del suelo, los bancos de nieve y los caudales fluviales llevó a los científicos estadounidenses McKee, Doesken y Kleist a elaborar en 1993 el Índice Normalizado de Precipitación (SPI).
El SPI (McKee y otros, 1993, 1995) es un potente y flexible índice sencillo de calcular; de hecho, el único parámetro necesario para su cálculo es la precipitación. Además, es tan efectivo para analizar los períodos y ciclos húmedos como los secos y puede calcularse para distintas escalas temporales, ofrecer una alerta temprana de la sequía y ayudar a evaluar su severidad.
El SPI se concibió para cuantificar el déficit de precipitación para varias escalas temporales, las cuales reflejan el impacto de la sequía en la disponibilidad de los diferentes recursos hídricos. Las anomalías de precipitación a largo plazo quedan reflejadas en las aguas subterráneas, los caudales fluviales y el almacenamiento en reservorios. Por ese motivo calcularon originalmente el SPI para escalas temporales de 3, 6, 12, 24 y 48 meses.
Los valores propuestos por la OMM para el SPI varían entre 2,0 y más para representar extremada humedad, de 1 a -1 para la normalidad, y menor de -2 para extrema sequedad.
Unimos a esto que el Centro Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, hace públicos de forma periódica gráficos y mapas de España representando estos índices, hasta 4 veces cada mes, y para una escala temporal de 1, 3, 6, 9, 12 y 24 meses. En este caso la escala de colores propuesta por el CSIC, y un mapa de ejemplo, es la siguiente:
2. Valores de índice normalizados
En el indicado documento de la OMM, se añade:
El SPI de 1 mes, por ejemplo, al final de noviembre, compara el total de precipitación de 1 mes para noviembre de ese año particular con los totales de la precipitación para noviembre de todos los años del registro. Los mapas de SPI de 1 mes contienen valiosa información, pero conviene analizarlos con prudencia.
El SPI de 3 meses ofrece una comparación de la precipitación a lo largo de un período de 3 meses con los totales de precipitación del mismo período de 3 meses de todos los años incluidos en el registro histórico. En otras palabras, un SPI de 3 meses al final de febrero compara el total de la precipitación de los meses de diciembre, enero y febrero de ese año concreto con los totales de precipitación entre diciembre, enero y febrero de todos los años contemplados en el registro para esa localidad. Al igual que con el SPI de 1 mes, el SPI de 3 meses puede malinterpretarse en regiones donde normalmente se dan condiciones secas durante algún período concreto de 3 meses.
El SPI de 6 meses compara la precipitación de ese período con el mismo período de 6 meses del registro histórico. Por ejemplo, un SPI de 6 meses al final de febrero compara el total de precipitación para el período de septiembre a febrero con todos los totales precedentes para el mismo período. El SPI de 6 meses indica tendencias de precipitación entre estacionales y el medio plazo. Un SPI de 6 meses puede ser muy eficaz para mostrar la precipitación en distintas estaciones. En nuestro caso el SPI de 6 meses será el elegido para analizar la información facilitada por el CSIC.
El SPI de 9 meses da una indicación de pautas de precipitación interestacionales en escalas temporales medias. Las sequías normalmente tardan una estación o más en desarrollarse. Los valores de SPI por debajo de -1,5 para estas escalas temporales generalmente se consideran un buen indicativo de que la sequedad está teniendo un impacto significativo en la agricultura y puede que también esté afectando a otros sectores.
Los valores positivos de SPI indican precipitaciones superiores al valor de la mediana, y los valores negativos indican precipitaciones inferiores. La sequía, según el SPI, empieza cuando el valor del SPI es igual o inferior a -1,0 y concluye cuando el valor se convierte en positivo.
3. Valores de índice SPI en España
El último dato aportado por el CSIC del SPI de febrero de 2022, para 6 meses, es el siguiente:
Como se observa una gran superficie de España está entre los tonos amarillo y naranja, hasta los tonos rojo intenso y oscuro que representa una situación muy seca y extremadamente seca. Otras zonas, las menos, se mantienen en tonos azules.
Es interesante comparar esta situación con la correspondiente hace un año, en febrero de 2021, donde se observa que la mayoría de España está en tonos azulados, y una proporción menor en tonos amarillos y rojos, y que, por lo tanto, las precipitaciones superaban a la media histórica.
La comparación revisada se refiere a un periodo de 6 meses, es decir, compara la precipitación de ese período entre septiembre y febrero con el mismo período de 6 meses del registro histórico, y por lo tanto desde septiembre a febrero de toda la serie histórica.
Si lo que deseamos es comparar el actual mes de febrero, únicamente, con todos los febreros y solo los febreros de la serie histórica, el resultado es sumamente preocupante:
Todas las imágenes correspondientes al periodo octubre de 2021 a febrero 2022, y donde se observa una evolución muy marcada hacia la actual sequía, son las siguientes:
En el siguiente vídeo se muestran todas las representaciones correspondientes a los meses desde enero de 2021 hasta febrero de 2022.