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Efectos de la COVID-19 en el sector del agua

Sobre el blog

Carlos Cosín
CEO de Almar Water Solutions y presidente de la International Desalination Association (IDA).

Publicado en:

Portada iAgua Magazine
  • Efectos COVID-19 sector agua

Estamos viviendo tiempos difíciles en los que nos enfrentamos a una nueva situación de incertidumbre y con mucha especulación. Nadie sabe con seguridad lo que nos espera en un futuro cercano y, por tanto, debemos ser flexibles y estar abiertos a nuevos escenarios.

No obstante, hemos aprendido numerosas lecciones durante el confinamiento que nos serán sin duda útiles para el futuro: hemos experimentado que trabajar desde casa es más fácil de lo que pensábamos y que muchos viajes pueden ser reducidos sin apenas impacto. También hemos sido conscientes de que debemos priorizar lo importante en épocas de crisis, y dar paso a la buena gestión en épocas de bonanza para preservar nuestras compañías, entre muchas otras.

Son varias las conclusiones tras sesenta días trabajando de forma diferente. Por suerte o por desgracia, fui uno de los primeros infectados por la COVID-19 durante la primera semana de marzo, y aquello nos hizo reaccionar rápidamente. Gracias a la experiencia de compañeros de Abdul Latif Jameel con base en Wuhan, estábamos preparados y con los protocolos listos para realizar todo en un plazo mínimo de veinticuatro horas. Toda la compañía tenía herramientas de teletrabajo instaladas, información compartida en la nube, rutinas de trabajo establecidas e instrucciones claras.

Desde entonces, mantenemos prácticas y procedimientos de trabajo que nos demuestran lo eficaz de nuestro sistema, y mi experiencia me dice que trabajamos de una forma más ordenada y sacamos mucho más rendimiento, sin dejar de lado otras actividades como el deporte, la familia u otros hobbies. Ahora tenemos más tiempo para pensar, y hoy comparto con vosotros algunas de mis reflexiones sobre los efectos de esta pandemia en el sector del agua.

"Las empresas del sector del agua se revelan como un valor refugio para los inversores en tiempos de crisis económicas globales"

1. Efecto refugio en el sector

Tras un análisis del comportamiento de las empresas del sector del agua en los últimos meses, evaluándolas tanto por el método del valor de la acción como por su EV/Ebitda, y comparándolas con el resto de los índices del mercado, hemos podido sacar algunas conclusiones que quiero compartir con vosotros. Dejando a un lado el mercado asiático, cuyo efecto se distorsiona por impactos anteriores a la COVID-19, como la guerra comercial entre EE. UU. y China o el precio del petróleo, en general observamos que casi todas las empresas de agua tienen mejor comportamiento en ambas valoraciones que sus índices de referencia fuera del sector. Estas valoraciones, para las compañías de agua analizadas, revelan caídas mucho más suaves que las sufridas por los índices de otros sectores, llegando incluso a corregirse y reforzarse, como también ha pasado en el sector farmacéutico.

Este efecto positivo es aún más intenso, como ya nos imaginábamos, en compañías más enfocadas al sector servicios y con contratos a largo plazo, debido a sus flujos recurrentes. Sin embargo, en compañías más enfocadas a la consultoría, ingeniería o construcción, el efecto ha sido menor.

En general, también observamos que las empresas más enfocadas al sector municipal han estado más protegidas que las del sector industrial. Asimismo, se observa el buen comportamiento y resiliencia en compañías tenedoras de activos, las cuales han respondido de una forma muy sólida y estable.

Por lo tanto, las empresas del sector del agua se revelan como un valor refugio para los inversores en tiempos de crisis económicas globales.

2. Disponibilidad de activos en el mercado

El segundo gran efecto del sector del agua es que ahora hay una mayor disponibilidad de activos en el mercado. El apalancamiento de muchas compañías está obligando a la rotación de parte de sus activos en operación para aliviar situaciones muy estrictas de caja, y dotarse de circulante para sus operaciones actuales.

Presumo que este efecto se intensificará a medida que las consecuencias económicas y financieras del mercado se vayan agravando, y la crisis sanitaria dé paso a la crisis financiera con un serio parón en el consumo y la producción. Esto supondrá un severo recorte de presupuestos en infraestructuras, que obligará a muchas compañías sin liquidez a serios ajustes para sobrevivir.

El ejercicio ahora es valorar bien los activos más sanos y seguros, los cuáles serán los que más interés despertarán.

"Estamos viendo un proceso de búsqueda de socios con los que compartir riesgo y asegurar la inyección de capital para su continuidad"

3. Facilidad para asociarse y compartir riesgos con otras compañías del sector

El tercer efecto se ha dejado sentir en corporaciones o compañías que hasta hace pocos meses se sentían cómodas con sus estrategias de crecimiento dentro de un escenario de bonanza. Sin embargo, ahora estamos viendo un proceso de búsqueda de socios con los que compartir riesgo y asegurar la inyección de capital para su continuidad futura y su crecimiento frente a las incertidumbres venideras. Ampliaciones de capital, fusiones o adquisiciones estarán ahora más visibles, y nuevos jugadores con ganas de invertir en el sector estarán más activos que nunca, compartiendo actividad con compañías que les aporten experiencia, tecnología y presencia regional.

4. PPP y financiación privada, más necesarias que nunca 

En esta pandemia, con prácticamente todos los países volcados en la rápida recuperación, con masivas inyecciones de capital para atender la crisis sanitaria, con el alto nivel de desempleo creado y la necesidad de atender a las empresas con riesgo de liquidación, nos encontramos con un escenario desolador. Serán tiempos difíciles para sufragar, por un lado, las necesidades de inversión en infraestructuras de agua (ya muy reducidas y retrasadas) y, por otro, atender los objetivos de sostenibilidad, los cuales son ahora más necesarios que nunca. Los presupuestos de los gobiernos para los próximos años priorizarán aspectos como la salud, las pensiones y el empleo. Serán las empresas privadas las que deberán actuar de acicate y ayudar a los gobiernos a encontrar soluciones que atiendan las necesidades de infraestructuras de agua, continuando la senda de la sostenibilidad.

El interés en la búsqueda de asociaciones publico privadas es ahora más relevante que nunca, las cuales permiten inyectar liquidez en el sistema, aportar la experiencia de las empresas con su eficiencia, tecnología y buen hacer, y asegurar el empleo en los contratos a largo plazo. Solo así podremos salir de una crisis para la que no estábamos preparados. Aquellos gobiernos que realicen un análisis profundo de su situación y tengan la visión y la seria voluntad de trabajar conjuntamente con todos los interlocutores interesados, apostando por profesionales con experiencia, serán los que saquen a sus ciudadanos de esta crisis de una forma más sólida para afrontar el futuro con mayores capacidades. La alternativa sería dramática, con dos décadas de difícil recuperación de la riqueza perdida.