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La evolución de las tarifas en desalación (Parte II)

Sobre el blog

Carlos Cosín
CEO de Almar Water Solutions y presidente de la International Desalination Association (IDA).
  • evolución tarifas desalación (Parte II)

Tal y como comentábamos en la primera parte de este artículo, las tarifas en desalación han alcanzado mínimos históricos en el año 2018, gracias al avance de la tecnología, la disminución de costes, la experiencia de las empresas y la liquidez del mercado, llegando a superar la barrera por debajo de los 0,50 US$ el metro cúbico desalado. En esta segunda parte queremos desglosar esa tarifa y ver qué elementos la componen, para así entender mejor la elección de tarifas cuando se cierra un proyecto. 

El precio del agua desalada, reflejado en la tarifa, se compone de diferentes costes que podríamos agrupar en tres grandes bloques: Capex, opex y costes financieros (deuda y capital). Existen también otros componentes como los seguros y los impuestos, que varían ampliamente dependiendo del proyecto y la geografía, pero que no vamos a analizar aquí. 

1. Capex

Es el montante total de la inversión a realizar, que además de incluir la propia construcción de la desaladora, puede llevar asociados los costes de los terrenos donde se instalará la planta y los gastos de desarrollo anteriores a la construcción (estudios de viabilidad, ingeniería, gastos incurridos durante el desarrollo comercial, etc.).  El capex de una planta desaladora oscila entre los 0,65 y los 1,2 millones de US$ por cada 100 m3/día, y depende de muchos factores como son el diseño, la localización, el tamaño, el tipo de toma o la capacidad de almacenamiento. El capex se ha ido reduciendo durante los últimos 20 años llegando a cifras realmente competitivas en los últimos 2-3 años.

2. Opex

El opex o coste de operación incluye la mano de obra operativa, los costes de reposición de elementos, el coste de los productos químicos y, el más importante de todos, el coste energético.   

Este último factor ha evolucionado enormemente desde los años 90. A principios de la década de 1990, se introdujeron en desalación las turbinas Pelton como sistema estándar de recuperación de energía. Con ellas se disminuyeron los consumos de energía de los 8 y 10 kWh/m3 a niveles de 5-6 kWh/m3. Más tarde apareció una nueva generación de equipos de recuperación inicialmente denominados “sistemas de desplazamiento positivo”, hoy conocidos como “cámaras isobáricas” o “intercambiadores de presión”. Las cámaras isobáricas aprovechan hasta el 95% de la energía que permanece en las salmueras, aunque pierden un 1% para facilitar la evacuación de las salmueras ya despresurizadas. Paralelamente, para conseguir un mayor ahorro energético, los fabricantes de membranas están construyendo membranas que pueden operar a menor presión sin mermar la producción, o incluso incrementándola. El límite de los 3 kWh/m3 de consumo específico en la fase de ósmosis inversa puede considerarse como el objetivo a perseguir en el perfeccionamiento de los sistemas actuales, y las principales plantas se encuentran muy próximas al mismo. Ya existen muchas plantas que se han diseñado para trabajar en el rango de 3,2 kWh/m3.

Además del componente de los equipos, otro factor a tener en cuenta en el coste energético son los precios locales de la energía, los cuales son muy variables de unos países a otros. La distancia de transmisión, las tarifas de conexión y, posiblemente, las tarifas en la ubicación de la instalación, desempeñan un papel importante en el precio de suministro de la energía y, por tanto, en los costes de operación. Para plantas desaladoras de gran tamaño, la consideración de ubicar la instalación junto a una central eléctrica puede ser beneficiosa debido a las ventajas inherentes de dicha combinación.

Además del componente de los equipos, otro factor a tener en cuenta en el coste energético son los precios locales de la energía, los cuales son muy variables de unos países a otros

Otra consideración importante para optimizar los costes energéticos es cómo elegir las tasas de energía más adecuadas y la combinación de producción y almacenamiento. Una estrategia adecuada en la gestión de la producción puede reducir significativamente el coste del agua.

Y finalmente, el gran factor que dará un empujón a la optimización de las tarifas, es la combinación de la desalación con energías renovables. La oferta de energías renovables como fuente primaria de energía está superando a los actuales precios del gas o el petróleo, además de poseer la ventaja de la no emisión de CO2.

3. Costes financieros

Los costes financieros suponen una parte importante de los costes de la desalación debido a los grandes importes a financiar cuando se desarrolla un proyecto. Éstos se distribuyen normalmente entre el capital privado, que desembolsan los propios desarrolladores, y la deuda, que la aportan las entidades financieras. El apalancamiento entre uno y otro se configura en función del riesgo del país, del riesgo del proyecto y la flexibilidad del cliente, y suele oscilar entre el 30/70 y el 15/85 equity/deuda. Tras la inversión de este capital, se piden unos retornos que varían en función del riesgo del proyecto, siendo a veces, el endeudamiento más barato que la inyección de equity privado. La gran liquidez y madurez de los mercados financieros, unido a los bajos intereses de la deuda en los últimos años, ha ayudado sin duda a mejorar la competitividad de la desalación.

Debido a todas estas variables, los costes de producción del agua desalada pueden ser muy complejos, y las diferencias entre proyectos pueden no ser directamente comparables. Los costes de producción promedio de 1 m3 de agua desalada para proyectos de ósmosis inversa han variado ampliamente, siendo de 0,60 US$ /m3 para plantas de gran tamaño (325.000 m3/día) y de 1,25 US$ /m3 para plantas pequeñas (10.000 m3/día). Sin embargo, los costes pueden alcanzar hasta 3,20 US$/m3 para plantas de muy pequeña capacidad (menos de 4.000 m3/día), debido a las costosas peculiaridades de entrada, descarga y transporte específicas de sus ubicaciones. 

Por otro lado, los proyectos de desalación, desde que se conceptualizan, se encuentran con grandes desafíos como son los estudios de la demanda, el plan de viabilidad, la búsqueda de financiación, la regulación medioambiental del país y, a veces, la oposición de grupos de presión, lo que supone mucho tiempo para su desarrollo y cierre financiero (entre 2 y 4 años). Sin embargo, existe una amplia liquidez y apuesta de los mercados por el sector del agua, debido a la seguridad en los retornos económicos y sociales de este tipo de proyectos. Según la Organización Mundial de la Salud, las inversiones en agua y saneamiento generan beneficios económicos importantes, entre ellos un aumento estimado del 1,5% en el PIB mundial y un retorno de 4,3 US$ por cada dólar gastado en estos servicios.

Como conclusión podemos decir que la desalación con sus actuales tarifas, además de ser una técnica madura y demostrada para obtener agua potable en cantidad y calidad, cada vez se encuentra con menos barreras económicas y medioambientales debido a la mejora de su tecnología y procesos, siendo una solución sostenible y viable para luchar contra la escasez de agua en cualquier región del planeta.

Fuentes

  • The Cost of Desalination, Advising WorleyParsons Group.
  • Desalination and water treatment: A Review on Energy Consumption of Desalination Processes. Younes Ghalavand, Mohammad Sadegh Hatamipour, Amir Rahimi.
  • El consumo de energía en la desalación de agua de mar por ósmosis inversa: situación actual y perspectivas. Antonio Esteban y Manuel García Sánchez Colomer.
  • Global Water Intelligence. Volume 12, Issue 12, December 2011.
  • GWI & IDA Desal Data.