Hasta hace pocos años el modelo de ingeniería y construcción, más conocido como EPC, era el modelo contrato dominante en el sector del agua para las utilities/off takers o administraciones que tenían la necesidad de contratar infraestructuras de agua para dar servicio a sus clientes. Bajo este modelo, tanto la financiación para realizar los estudios preliminares, publicar los documentos de precalificación y hasta la adjudicación, cubriendo todas las disciplinas tanto técnicas, jurídicas y de garantías, como la inversión o la operación de las plantas son asumidas por estas administraciones o utilities.
El modelo EPC (Engineering – Procurement - Construction), a medida que la tecnología se hace más madura, sufre mayor nivel de competencia exigiendo un mayor control de costes con unos márgenes más estrechos.
Un BOT es un modelo de contrato que conjuga recursos públicos y privados para viabilizar infraestructuras de gran envergadura
or ello, estamos asistiendo a un cambio de tendencia hacia el modelo de desarrollo público-privado en el sector del agua con una mayor grado de involucramiento de las empresas privadas tanto en el riesgo financiero y técnico como el de operación. Si analizamos la situación, podemos destacar cuatro factores que empujan al sector público y privado a encontrarse para desarrollar la solución.
- El sector público tiene que atender una mayor demanda de agua y con mayores estándares de calidad, como consecuencia de un crecimiento de la población y del progreso en los niveles de vida.
- El sector público está afectado por una crisis financiera y energética que deriva en presupuestos cada vez más estrechos, menores niveles de inversión en infraestructuras y mayor inversión en servicios sociales debido a una población cada vez más envejecida.
- El sector privado está mejor cualificado para asimilar riesgos de una forma más eficiente y con unas mejoras tecnológicas que permiten mayores niveles de competitividad
- El sector financiero tiene un exceso de liquidez y busca nuevos nichos con mejores retornos garantizados a largo plazo.
Todos estos factores hacen que el sector vaya adaptándose poco a poco a un modelo de contratación público-privado que permita una distribución de riesgos más repartida para así optimizar el proyecto. La metodología de financiación sin recurso de proyectos con sus diferentes variantes (BOT, BOOT, etc.) se adapta muy bien a este escenario.
Un BOT (Build – Operate – Transfer) es un modelo de contrato que conjuga recursos públicos y privados para viabilizar infraestructuras de gran envergadura. De esta manera, un agente privado aporta recursos financieros y humanos para la construcción y operación de un activo, a cambio del derecho de explotación durante un largo periodo de tiempo que se instrumenta a través de un contrato de compraventa de agua por el que se paga una tarifa de agua por un caudal de agua diario durante un periodo a largo plazo (20-30 años) Tras ese periodo de concesión, el activo vuelve de nuevo a manos de la entidad pública.
Basic BOT project structure
Source: GWI
Otras variantes para este tipos de proyecto son BOOT: (Build – Own – Operate – Transfer), DBOT (Design – Build – Operate – Transfer) o IWP (Independent Water Project). Por otro lado, están aquellas variantes que no tienen la transferencia del activo al final del período del contrato: BOO (Build – Own – Operate) o DBFO (Design – Build – Finance – Operate).
Se dice que el mercado del BOT en el sector del agua comenzó con el Canal de Suez, pero desde la perspectiva de la industria del agua potable, es probable que los BOT más antiguos fueran pequeñas plantas de desalación construidas a principios de los años ochenta en la región del Golfo, en el Mediterráneo y el Caribe. Durante los años noventa se convirtió en un modelo más popular, ya que las empresas privadas europeas de agua comenzaron a desarrollar oportunidades en todo el mundo.
La expansión del mercado de la desalación ha pasado de ser muy puntual a mediados de los 90 a alcanzar el 47% en el año en curso según datos de Global Water Intelligence. Las causas se pueden atribuir a las barreras que implican las nuevas tecnologías, a las operaciones complejas y los altos costes de capital; sin embargo, la tendencia en los próximos 4 años seguirá aumentando.
Otros factores que están impulsando el modelo BOT han sido los fuertes apoyos de algunos gobiernos, como el chino, para lanzar su estrategia de tratamiento de aguas residuales a principios de los años 2000. Si bien, el marco jurídico no ha permitido la entrada de jugadores internacionales y se ha quedado repartido en el mercado local. Por otro lado, Brasil también hizo una apuesta seria del mercado de tratamiento de aguas residuales durante la última década. El tratamiento de agua sigue la misma tendencia que la desalación pero todavía no representa una parte significativa en el modelo de contratación.
Otros factores que están impulsando el modelo BOT han sido los fuertes apoyos de algunos gobiernos, como el chino, para lanzar su estrategia de tratamiento de aguas residuales a principios de los años 2000
Las mejores oportunidades en Europa para los proyectos BOT se han dado en Reino Unido, donde Escocia e Irlanda del Norte han utilizado el modelo para proyectos de aguas residuales. Méjico ha sido un gran referente con proyectos de conducción y agua residuales. Sin embargo, EEUU ha presentado muchas reticencias al cambio de modelo por al gran peso de las ingenierías para mantener el modelo de Design and Build (en los que la ingeniería y la construcción se hace a través de dos empresas diferentes), aunque ya se han dado los primeros pasos con las desaladoras de Tampa (Fl) y Carlsbad (Ca) y la conducción de Vista Ridge en San Antonio (Tx), ya con niveles de inversión importantes entre los 800-990 millones de dólares. Proyectos que han tenido que vencer barreras medioambientales muy importantes y gran oposición local, que han supuesto procesos muy dilatados en el tiempo y grandes costes de desarrollo.
Asimismo, el mercado de la reutilización, con gran potencial de crecimiento, también está siendo desarrollado bajo el modelo BOT. Algunos proyectos de reutilización se están dando en Taiwán, Omán o California. El modelo de privatización de Arabia Saudí, con el que nos vamos a encontrar en los próximos 10 años, se espera que gire en torno al modelo BOT como respuesta al impacto de los bajos precios del petróleo.
Este cambio de tendencia se ve reflejado en las cifras de CAPEX del modelo BOT en los últimos años y en el pronóstico para los próximos. En la siguiente gráfica, podemos ver como tuvo su punto más bajo en 2015, para coger impulso, y crecer en los próximos años hasta alcanzar la cifra de los 6.000 millones de dólares en 2020.
BOO/BOT market forecast: capital expenditure, 2013-2020
Source: GWI
Además, durante el 2016 el tipo de proyecto más demandado en BOT ha sido la desalación con un CAPEX de 1360,1 millones de dólares, seguido de proyectos de reutilización y depuración.
CAPEX by asset type, 2016
A modo de resumen podemos decir, que el modelo BOT se está implantando debido a su nivel de acomodación de riesgos entre las empresas privadas y los organismos públicos, generando una relación de win-win para ambas partes. Los gobiernos reciben financiación permitiendo que las arcas públicas no sufran de golpe una sacudida económica, y por su lado, las empresas privadas consiguen estabilidad al construir y operar las infraestructuras de una forma eficaz a largo plazo con ingresos predecibles y recurrentes.
Fuente: Global Water Market 2017 (Global Water Intelligence)