Microplástico es, según la FUNDEU, la palabra del año en 2018. Nos hemos hecho asiduos a oír hablar de los microplásticos, imágenes en la televisión y noticias en prensa han dado buena fe de ellos, así como su presencia en océanos y mares de todo el mundo. No solo ocupan la superficie marina, sino que recientemente se ha descubierto que llegan sin ningún problema a sedimentos marinos de grandes profundidades. Con la caracterización de los materiales marinos tan avanzada, queda encontrar el porqué de la presencia de los residuos plásticos en el mar.
¿Quién los pone ahí?
Si bien se sabe que parte de esa contaminación llega en forma de vertido directo en los mares, otra parte llega al océano desde tierra firme. ¿De dónde sino iba a venir? Se ha estimado que hasta un 80% de los materiales provienen del interior, principalmente por una mala gestión de residuos. Por ello, cuando se caracterizan estos materiales en aguas dulces, polígonos industriales con sus vertidos, aguas de escorrentía urbana, zonas agrícolas y deposición aérea son objeto de evaluación para localizar el problema. Los ríos juegan un papel vital en la conducción de esos contaminantes hacia aguas más abajo. Se estima que entre 1,15 y 2,41 millones de toneladas de plástico llegan anualmente a los océanos a través de los ríos de todo el mundo.
Actualmente, dejando a un lado la reducción en el uso de los materiales plásticos, el único elemento capaz de controlar y reducir la presencia de microplásticos en nuestros ríos son las depuradoras. Publicaciones científicas en todo el mundo han caracterizado los materiales plásticos que llegan a depuradoras. Esta contaminación es especialmente rica en fibras de origen textil procedentes de lavadoras, partículas de origen cosmético y restos de neumáticos y pinturas de diversos orígenes.
Estudio en una depuradora en España
Aunque la cantidad de publicaciones científicas en el tema es amplia en todo el mundo, son pocas las publicadas con información de nuestro país. El grupo de investigación de ingeniería química y ambiental de la Universidad de Alcalá ha llevado a cabo la evaluación de la presencia de microplásticos en el ciclo que siguen las aguas residuales de una planta depuradora en España: decantador primario, colector secundario, fangos producidos en la planta depuradora y finalmente los fangos procesados para enmienda en agricultura.
Mediante espectroscopia infrarroja (FTIR) se han identificado mayoritariamente materiales comunes como el polietileno o el polipropileno en forma de fragmento y fibras de poliéster y de acrílico que son utilizadas masivamente en ropa por su resistencia y un más económico coste de fabricación. La parte positiva del estudio, es que los resultados indican que la eficiencia de la depuradora reteniendo los plásticos es alta, con casi un 94% de reducción entre decantador primario y secundario. Esta cifra se asemeja a la media de lo publicado en otros países. Sin embargo, según nuestros cálculos, ese 6% restante supone que una cantidad de 12.8 ± 6.3 micropartículas de plástico por litro acaba en el río. Para darnos cuenta del alcance del problema, solo hay que pensar en los aproximados 28.000 m3 de agua que pasan diariamente por la planta depuradora del estudio, así se alcanzan más de 300 millones de partículas de plástico emitidas al río diariamente (partículas en el rango 25-375 µm) por una sola depuradora.
La parte sólida retenida por las depuradoras típicamente se incinera para producir energía para la propia depuradora, otra parte puede ser llevada a vertederos como residuos y una gran parte es usada en agricultura como enmienda debido a su alto valor como fertilizante. La comparación llevada a cabo en el presente estudio indica poca variación entre el fango fresco y el que a posteriori se usara como enmienda, pasando de 183 ± 84 partículas por gramo de fango fresco a 165 ± 37 partículas por gramo en el sedimento de enmienda. Nuestros resultados indican que solo en los campos agrícolas de Madrid, donde el uso de fangos está limitado a 5 toneladas/año, se diseminan 1013 microparticulas, principalmente fibras, en los suelos agrícolas.
¿Cuál es el problema?
El principal problema de estos materiales es que al estar diseñados para durar, pueden ser detectados prácticamente intactos años después de su aplicación como algunos autores indican. Actualmente, los estudios llevados a cabo no indican una evidencia directa de los efectos dañinos que suponen estos contaminantes a los organismos que viven en suelos y aguas. Estudios indican que las concentraciones de microplásticos que se necesitan para causar toxicidad con cierta significancia estadística, se mueven algunos órdenes de magnitud por encima de los niveles muestreados en medio ambiente.
Por otra parte, la gran cantidad de materiales emitidas puede causar numerosos daños físicos y mecánicos a los organismos y su posible fragmentación en muestras más pequeñas no medidas por este tipo de estudios (<25 µm) hace posible su traslocación a las cadenas alimentarias en forma de compuestos químicos dañinos, siendo necesaria mas investigación en el tema.
Posibles soluciones
Todas las soluciones pasan por una mejora en la gestión completa de los residuos. Desde el control de la calidad de los materiales usados para evitar que acaben siendo degradados a materiales más pequeños, pasando por una mejora en la eficiencia en el filtrado de los residuos. Una mejora en la retención de de partículas en las aguas domesticas supondría una reducción de la presión que llega a las depuradoras. En estas últimas una mejora en los métodos filtrantes haría posible una reducción de estos materiales tanto en aguas circulantes como finalmente en la agricultura.
Si bien esta claro que todas estas medidas encarecerían los costes de la gestión, se hacen necesarias para reducir la emisión de estas partículas al medio ambiente, cuya presencia en un futuro no muy lejano será tenida en cuenta como contaminación y probablemente motivo de sanción por las administraciones. Un ejemplo de esto es que la Unión Europea ha creado una primera propuesta de seguimiento de la presencia de microplásticos en el contexto del tratamiento de aguas residuales por suponer un riesgo para la salud humana y el medio ambiente (TA/2019/0071).
Referencia bibliográfica: Fate of microplastics in wastewater treatment plants and their environmental dispersion with effluent and sludge. Carlos Edo, Miguel González-Pleiter, Francisco Leganés, Francisca Fernández-Piñas, Roberto Rosal. Environmental Pollution, 259, 113837, 2020.