El acceso al agua potable y al saneamiento en áreas rurales de la región está limitado por condiciones estructurales y locales que invitan a la acción conjunta entre el sector público, privado y las comunidades. Desde el ámbito público, es importante propiciar el desarrollo institucional del sector con un enfoque específico de atención a la demanda rural. El rol de organismos internacionales y regionales en la promoción del acceso al agua potable y al saneamiento como derecho humano, servicio público y preocupación ambiental también es crucial para el mejoramiento de indicadores locales y globales.
La participación del sector privado y de la sociedad civil requiere incentivos y espacios de negociación para la consolidación de alianzas
La participación del sector privado y de la sociedad civil requiere incentivos y espacios de negociación para la consolidación de alianzas público-privadas, públicocomunitarias y privado-comunitarias con efectos en el largo plazo. En particular, los mercados de agua y saneamiento apuntan a mejorar la oferta de productos y servicios adaptados a las necesidades de las zonas rurales, y las iniciativas de responsabilidad empresarial apalancan compromisos locales de amplio impacto.
Asimismo, las comunidades rurales son ejecutoras y a la vez receptoras de los programas y proyectos de acceso al agua potable y al saneamiento, y por ello, las estrategias de intervención deben considerar una amplia participación comunitaria, atendiendo a sus necesidades y capacidades particulares (de operación, mantenimiento, gestión y pago). Las estrategias deben ser planteadas como intervenciones de largo plazo, previendo las estructuras de apoyo post-construcción y desarrollo comunitario.
En este contexto, los retos y las oportunidades que se vislumbran para un mejor desempeño y mayor acceso a los servicios de agua potable y saneamiento en el ámbito rural de la región, son los siguientes:
- Más y mejor información disponible para la toma de decisiones, con indicadores de cobertura, calidad y cantidad, y con datos sobre los niveles de entrega de los servicios y condiciones de la población vulnerable. La información objetiva y confiable es esencial para la maduración del sector, pero aún es necesario consolidar estándares e indicadores que se acompañen con las capacidades de reporte, almacenamiento y procesamiento de dicha información en las áreas rurales.
- Articulación de las funciones entre las diferentes instituciones públicas con responsabilidades en agua potable y saneamiento. Los marcos normativos deben ser coherentes con las políticas públicas y con los modelos de gestión, y es posible que coexistan diferentes alternativas de gestión (comunitaria, cooperativa y privada) acordes con la diversidad de intereses y contextos de las comunidades rurales.
- Diseño de programas y proyectos integrales, con enfoque de demanda y con participación de las comunidades en todo el ciclo de proyecto. Los programas de agua potable y saneamiento requieren reglas claras para adelantar los proyectos, en cuanto al financiamiento, las fases de implementación y los mecanismos de apoyo a la provisión de los servicios. El enfoque de demanda, matizado por una selección informada de los territorios a beneficiar, demuestra ser más adecuado para motivar la apropiación de las comunidades sobre los sistemas construidos. Los diagnósticos integrales de acceso al agua y al saneamiento, son buenos puntos de partida para el desarrollo de las acciones posteriores de fomento, mientras que las etapas de pre inversión e inversión deben integrar mecanismos de participación activa de las comunidades en la toma de decisiones sobre tecnologías apropiadas, tarifas y modelos de gestión.
- Fomentar la gestión del conocimiento orientado al acceso a agua potable y saneamiento rural. Es urgente mejorar la oferta de talento humano para el sector, vinculando a la participación de instituciones académicas en los procesos. La investigación y desarrollo de tecnologías apropiadas debe ser una prioridad, tanto en el diseño de soluciones de infraestructura y equipos, como en los métodos, procesos e instrumentos para la gestión. Las nuevas redes sociales y comunidades de práctica en la temática están empezando a dar resultados, pero aún es necesario fomentar los espacios de acompañamiento y aprendizaje horizontal.
- Apoyar iniciativas de solidaridad entre el campo y la ciudad. Desarrollar mecanismos financieros, de colaboración y de desarrollo territorial que incidan en la conservación de las fuentes de agua y en la mitigación de la contaminación, como los pactos de cuenca. Estos mecanismos deberían contar con apoyo de instituciones públicas y privadas que los hagan sostenibles en el largo plazo.
Los objetivos de acceso al agua potable y al saneamiento propuestos en la agenda post-2015 invitan a concentrar las intervenciones en el cierre de la brecha urbano-rural y en la superación de las inequidades. El mejoramiento del acceso a estos servicios en la región es factor clave para el desarrollo local pero requiere recursos económicos, talento humano y voluntad social y política. La colaboración intersectorial, intrasectorial, intercultural e interinstitucional puede ser el camino para alcanzar estos cometidos.