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Cooperación e Ingeniería: respuesta a los problemas de la actual crisis del agua

Sobre el blog

Consuelo Mora
Doctora en Geografía y Antropóloga, Técnico Superior de Apoyo a la Investigación en la Universidad de Extremadura.
  • Presa en el Río Mosa (Wikipedia)

Artículo participante en el I Concurso del Blogs del Día Mundial del Agua

El agua es un bien social y económico de primera necesidad (por lo que su posesión y utilización ha sido históricamente, y es, causa de conflictos sociales), y por ello debe tener un tratamiento muy especial, ya que es vital para la supervivencia de todos los seres vivos del planeta, y para la estabilidad de las culturas y civilizaciones.

El agua puede ejercer como medio efectivo para promover el diálogo y la cooperación entre todas las partes implicadas, y de esta manera, fomentar un clima de confianza entre los países que comparten un mismo río

Así mismo, hay que señalar, que si bien el agua puede representar una fuente potencial de conflictos, sobre todo, en aquellas regiones donde escasea, también puede ejercer como medio efectivo para promover el diálogo y la cooperación entre todas las partes implicadas, y de esta manera, fomentar un clima de confianza entre los países que comparten un mismo río. Por tanto, es necesario trabajar conjuntamente, protegiendo este recurso y mejorando así el bienestar económico y social de las poblaciones que viven a ambos lados, consiguientemente, el primer requisito ineludible pasa por una buena voluntad por parte de los gobernantes, que deben promover la cooperación entre los diferentes estados que comparten las mismas aguas, y en ello juegan un papel fundamental los diversos gobiernos, tanto a nivel nacional como internacional, pues no se puede olvidar, que asegurar el abastecimiento de agua, en buenas condiciones y en cantidades suficientes, debe ser una de las prioridades políticas, tanto de los gobiernos locales, como regionales, nacionales e internacionales. 

Cabe resaltar, hoy especialmente, Día Mundial del Agua, la situación crítica en la que se encuentran los recursos hídricos mundiales, pues no sólo se trata de resolver un problema de un futuro lejano, sino que los problemas ya están presentes y afectan a la humanidad en este momento, donde la supervivencia de millones de personas exige una acción inmediata y eficaz, por lo que es necesario hacer un llamamiento para que se dé un enfoque radicalmente nuevo a la evaluación, al aprovechamiento y a la gestión de los recursos de agua dulce, y esto sólo puede conseguirse con una estrecha cooperación, y para que esta cooperación pueda desarrollarse sin incertidumbre, es necesario establecer un Marco Institucional estable, y no abandonarlo a merced de los intereses partidistas de los distintos representantes de gobiernos, con un gran compromiso político y una participación que abarque desde las esferas más altas de gobiernos, hasta las comunidades más pequeñas y básicas.

En consecuencia, se deduce, que para evitar enfrentamientos y llegar a una estrecha cooperación entre las distintas entidades o sectores involucrados, es necesario crear plataformas para la resolución de problemas, para la negociación, el aprendizaje social y la toma de decisiones conjunta.

Igualmente, hay que redundar en la importancia de la formación de una conciencia ecológica dirigida a sensibilizar al ciudadano en el consumo eficiente del agua, como también, la necesidad de pagar el precio real por el agua consumida (1) , que además garantiza un uso razonable, así como la protección de la calidad de la misma tras utilizarla.

Teniendo siempre presente, sin olvidar jamás, que no podemos negar el desarrollo económico y un aumento de la calidad de vida a los pueblos más pobres, ya que en la actualidad, disponemos de los avances técnicos suficientes para ofrecer a nuestros coetáneos las mismas oportunidades de las que los ciudadanos del primer mundo disfrutamos.

Asimismo, cabe mencionar, que para llevar a cabo una ordenación integrada de los recursos hídricos hay que tener en cuenta una amplia variedad de elementos (jurídicos, políticos, administrativos, participación pública, los planes de gestión, etc.) sin desatender los aspectos científicos, tecnológicos, económicos, culturales y sociales, tal y como se evidencia en el Convenio de Albufeira (1998) (2) , de tan buenos resultados en los puntos donde se ha aplicado, como es, en la gestión internacional de los ríos ibéricos transfronterizos de España y Portugal, pero recordando que hay que mejorar estos acuerdos institucionales, ya que aún existen dificultades relacionadas con las cuencas fronterizas.

También, desde aquí, quiero reivindicar, hoy, Día Mundial del Agua, que todas las naciones tengan acceso a ella en cantidad suficiente y en óptimas condiciones, para alcanzar una mayor calidad de vida. Donde al menos, todos los seres humanos tengamos las necesidades mínimas cubiertas, tanto en saneamiento como en abastecimiento.

La creación de infraestructura y la distribución de los recursos de agua ha resultado ser clave para el progreso humano y económico

Del mismo modo, es oportuno evocar a la historia, que ha puesto de manifiesto que la creación de infraestructura y la distribución de los recursos de agua ha resultado ser clave para el progreso humano y económico, como así queda reflejado en los países cuya economía y nivel de vida es bastante aceptable, mientras que en los territorios que carecen de infraestructuras están sometidos a los vaivenes de la naturaleza, trayendo consigo, desgracias, miseria…, en fin, lo que engloba el término pobreza. Situación ésta, que no podemos permitir, cuando disponemos de un elevado nivel tecnológico, que podría evitar, como ya hemos mencionado, la muerte de millones de personas por falta de suministro de agua potable.

Si bien es cierto, que hay que tener presente los grandes fallos producidos en nuestro pasado más reciente, cuando a mediados del siglo pasado proliferan por todas partes las construcciones de grandes presas, tanto en países ricos como en países en vías de desarrollo, también hay que considerar, que el agua, además de origen de la vida, es el motor de la economía y de la sociedad, sin olvidar, ciertamente, que estas infraestructuras han afectado negativamente al medio natural, pero del mismo modo hay que señalar, que de nuestros errores hemos aprendido, comenzando a tener en cuenta, de modo riguroso los efectos ambientales que producen estos grandes embalses. Por lo que quedaría más que justificada estas construcciones y las que se vayan a llevar a cabo en adelante en pro del desarrollo económico y social, con la garantía de que toda nueva edificación estaría sometida a los criterios establecidos por la Directiva Marco del Agua (3).

Así pues, por todo lo expuesto, se puede deducir, que la ordenación integrada de los recursos hídricos se formula y aplica, no sólo desde el objetivo único de protección ambiental (que está muy bien, pero que no es el objetivo exclusivo ni final), sino también, teniendo en cuenta la perspectiva de objetivos múltiples (incluida la asignación y ordenación de los recursos hídricos y la infraestructura hidráulica). 

Considero necesario, coherente y aplicable un paradigma de desarrollo socioeconómico sustentable, es decir, teniendo en cuenta el medio ambiente pero sin negar el desarrollo y bienestar al resto de la humanidad.

Si bien es cierto, que la Tierra es el planeta donde vivimos y que de ella dependemos todos los seres, y que el agua es la sangre que circula por sus venas, y que las venas son su ríos, y por tanto hay que cuidarlos, no es menos verdad, que toda la humanidad tenemos derecho al acceso al agua para poder vivir. Además, el agua es un recurso renovable, porque fluye, y su no aprovechamiento (de una manera racional y sostenible), son oportunidades perdidas, con lo que supone el detrimento de un desarrollo económico y una disminución de la calidad de vida. Y sobre todo, porque no podemos negar a los países menos desarrollados la oportunidad que se les brinda con los avances científicos y las mejoras tecnológicas actuales. En definitiva, considero necesario, coherente y aplicable un paradigma de desarrollo socioeconómico sustentable, es decir, teniendo en cuenta el medio ambiente pero sin negar el desarrollo y bienestar al resto de la humanidad.

(1) Es decir, costes que supone captar, almacenar, distribuir y depurar el agua una vez utilizada, sin contaminar y degradar los ríos, el litoral o los acuíferos.
(2) Convenio sobre Cooperación para la Protección y el Aprovechamiento Sostenible de las Aguas de las Cuencas Hidrográficas Hispano-Portuguesas.
(3) Es la norma del Parlamento Europeo y del Consejo de La Unión Europea, por la que se establece un marco de actuación comunitario en el ámbito de la política de aguas.