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Planificación y gestión de los recursos hídricos en España

Sobre el blog

Consuelo Mora
Doctora en Geografía y Antropóloga, Técnico Superior de Apoyo a la Investigación en la Universidad de Extremadura.
  • Planificación y gestión de los recursos hídricos en España

Artículo participante en el I Concurso del Blogs sobre Planificación Hidrológica en España

1. Estado de la Cuestión

Antes de introducirnos en este tema tan apasionado, complejo y transcendental para el desarrollo social y económico de los territorios, habría que señalar que el tema de los recursos hídricos hace tiempo que está enmarañado por múltiples conflictos (basados en intereses particulares) que suelen darse entre las comunidades autónomas, partidos políticos y/o usuarios del agua, que han generado, además de la pérdida de tiempo, despilfarro de recursos económicos. A todo ello hay que añadir una cierta desidia para guardar la imagen de España en distintos organismos internacionales, especialmente, en la Unión Europea. La propia U.E. ha impuesto sanciones por el incumplimiento de nuestras obligaciones relacionadas con la gestión del agua, ya que no se han cumplido una serie de objetivos en los plazos establecidos en la Directiva Marco. Mas a pesar de estas incidencias, también hay que decir, que en ocasiones se ha realizado un gran esfuerzo, tanto técnico como económico y de consenso, por parte de todos los agentes implicados, debido a la larga tradición española en el manejo de este fluctuante en el tiempo e irregular distribución espacial del recurso hídrico.

el tema de los recursos hídricos está enmarañado por múltiples conflictos (basados en intereses particulares) que suelen darse entre las comunidades autónomas, partidos políticos y/o usuarios del agua

No obstante, si bien es el Estado quien debe tomar todo tipo de iniciativa en lo relacionado con el agua, por su carácter de bien público, no debe ser el único protagonista del camino hacia al cambio y mejora, pues ha de estar acompañado por todos los entes implicados, es decir, las fuerzas políticas, los usuarios del agua y los movimientos sociales, contribuyendo entre todos a la formulación de plataformas de acuerdo.

Ahora bien, para ir contextualizando, hay que señalar que la Unión Europea es la institución que lidera el marco jurídico más avanzando para la planificación y gestión integral de los recursos hídricos, con la consiguiente adopción por parte de las legislaciones nacionales en cada uno de los países miembros de la Directiva Marco del Agua (DMA) .

También hay indicar que la Administración General del Estado está desarrollando un nuevo enfoque en la gestión del agua, desde una perspectiva sustentable y eficaz, creando nuevos métodos de regeneración y reutilización, en la modernización de regadíos, y lo más importante, en el fomento de la investigación y la incorporación de nuevas tecnologías para garantizar su calidad y disponibilidad, no sólo para el riego, sino además para la población local y un ambiente saludable, sin descuidar otros sectores de la economía.

Igualmente destacamos la importancia de los embalses y las infraestructuras asociadas al agua , a pesar de que estas construcciones tienen impactos negativos en los sistemas naturales, no podemos negar que son necesarios y se justifica su realización, máxime en áreas mediterráneas sometidas a una gran irregularidad climática inter-estacional e interanual.

2. La búsqueda de una política de agua sostenible: la Directiva Marco del Agua

En España contamos con una gran tradición en la elaboración y recopilación de datos sobre el agua, así pues, podemos presumir de la gran información aglutinada sobre nuestro patrimonio hídrico, por lo que el gran reto está en ordenar esta información y orientarla hacia la sostenibilidad, es decir, hacia una nueva cultura del agua, introduciendo el concepto de funcionalidad de las cuencas como elemento clave para la recuperación, gestión y mantenimiento de las mismas.

En los últimos años se ha progresado mucho en el uso de este recurso y en la mejora de la calidad, gracias a los numerosos y ambiciosos programas que han ido surgiendo

Ciertamente, en los últimos años se ha progresado mucho en el uso de este recurso y en la mejora de la calidad, gracias a los numerosos y ambiciosos programas que han ido surgiendo, cuyo objetivo común, es el de recuperar y mantener las cuencas en las mejores condiciones posibles, para asegurar las múltiples funciones del agua, y hacer un uso racional al servicio de un desarrollo más equilibrado.

Por consiguiente, tras la Directiva, la gestión del agua adquiere una sorprendente complejidad y trae consigo profundas reformas de los Derechos Nacionales y, lo que es más importante, la obligación a modificar arraigados hábitos y asumir una nueva concepción cultural de este vital recurso.

Mas hay que decir, sin con ello pretender justificar nuestro mal obrar ante el incumplimiento de nuestras obligaciones en los plazos establecidos, que estamos ante la presencia de un sector maduro, desarrollado, pero con cierta rigidez estructural que habría que modificar, ya no sólo con un análisis profundo, que viene realizándose desde hace más de dos décadas, sino con la consolidación del Pacto Nacional sobre el Agua, consensuado a todos los niveles, salvando los innumerables conflictos que han generado un retraso en el cumplimiento de nuestras deberes con la DMA.

3. Planificación y gestión hidrológica.

Los objetivos marcados por el PHN se basan fundamentalmente, en racionalizar los usos del agua, aumentar su disponibilidad y proteger la calidad, así como satisfacer las demandas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial, teniendo en cuenta el medio ambiente y los demás recursos naturales. Por tanto, esta planificación tiene un carácter estratégico, y debe incluir así mismo, las pautas y los reglamentos para facilitar la toma de decisiones.

El principio de unidad de cuenca y de planificación única para cada demarcación hidrográfica, es el de suma importancia, y así se contempla en la DMA. Del mismo modo, los estados miembros deben velar para que se elabore un plan hidrológico de cuenca para cada demarcación hidrográfica situada en su territorio, y si se trata de una demarcación internacional, deben garantizar la coordinación para elaborar un único plan hidrológico de cuenca, que debe tener muy presente los tres pilares básicos de la DMA, estos son:

  • La Conservación del medio,
  • Una Gestión eficiente,
  • Y la Participación ciudadana en la toma de decisiones.

Sin olvidar, lo que se conoce como conciencia ecológica o ambiental, donde se debe sensibilizar al ciudadano en el consumo eficiente del agua, sobre todo en épocas de sequía y se debe hacer lo mismo con respecto a la preservación de la calidad tras utilizarla.

4. ¿Qué precio se debería pagar por el agua?

Ante la situación en la que nos encontramos por la falta de escrúpulos y concienciación de que el agua es un recurso vulnerable, es imprescindible poner orden y frenar el descontrol, como el ocasionado por los numerosos pozos ilegales (se habla de medio millón, pero es difícil saber la cifra exacta), que sobre-explotan los acuíferos, y detraen para un uso particular un recurso que es de todos. Así pues, conocer bien quién consume el agua es clave para una buena gestión, como también, la utilización de instrumentos basados en el mercado, donde los usuarios paguen todos los costes, incluidos los medioambientales y de gestión, es decir, pagar el “precio real” del agua, garantizando así un uso razonable.

Parece evidente que considerar el agua como un bien público no está reñido con su gestión privada, pero siempre bajo el control del Estado

Ahora bien, habrá que plantearse una nueva estrategia sobre el agua, sin restricciones para los hogares, pero con un precio en función del destino prioritario o accesorio, estableciendo un límite básico de unos 40 litros por persona y día, que debería ser gratis para las familias necesitadas, los 20 litros siguientes de consumo extra entrarían dentro de una tarifa aceptable (para compensar el coste de llevar el agua hasta la vivienda). Los 20 litros adicionales de consumo ocioso habría que pagarlos al doble, y el destino del agua para uso lujoso como el llenado de la piscina debería subir al cuádruple y, en épocas de sequía, con prohibición de uso. En definitiva, se trata que quienes más consuman sin control financien el derecho al agua de quienes están en situación de desfavorecimiento social y económico.
En cuanto al riego, se ha demostrado que si los precios reflejan los verdaderos costes, los agricultores adoptarán medidas pertinentes para reducir el consumo de agua, fomentando el ahorro. Y para que esto se lleve a cabo es necesario que los gobiernos den a conocer las tecnologías y cultivos más convenientes, a través de la información, asesoramiento y formación.

5. Conclusiones

Es necesario desarrollar una serie de reformas estructurales, además de impulsar la inversión en todo tipo de infraestructuras, ya que desempeña un papel clave en la economía a corto y medio plazo, por lo que se hace imprescindible promover un plan de inversión pública, que teniendo en cuenta como está el actual contexto presupuestario, se deberá apoyar en la financiación privada. Es decir, ante la reducción de dotación presupuestaria, la inversión se habrá de llevar a cabo a través de un mayor desarrollo de los modelos de colaboración público-privada. Por consiguiente, parece evidente que considerar el agua como un bien público no está reñido con su gestión privada, pero siempre bajo el control del Estado, con garantías y transparencia.
 

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