El ser humano siempre ha querido volar y encontró en las aves su fuente de inspiración. Sin las aves no hubiéramos tenido esa motivación y tampoco habríamos comprendido, poco a poco y con muchas caídas, cómo volar.
A día de hoy, esa forma de observar la naturaleza, tratar de comprenderla e imitarla para afrontar problemas, en nuestro caso, del mundo del agua, se le conoce como Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN).
Si tratamos de utilizar las SBN para dar respuestas a los problemas de gestión del agua urbana en nuestras ciudades, la primera herramienta con la que deberíamos contar son los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS). Como con las aves y los aviones, los SUDS tratan de reproducir las dinámicas que se producen cuando una gota de lluvia toca tierra. Es decir, igual que el terreno y la vegetación retiene el agua de lluvia allí donde cae, los SUDS gestionan la escorrentía en origen. Con estas técnicas, nuestras ciudades serían más resilientes, ya que se adaptarían mejor al cambio climático y al crecimiento de las mismas; pues complementan al sistema convencional, contribuyendo tanto en calidad como en cantidad.
Figura 1. Definición de SUDS.
Si nos fijamos en nuestras ciudades podemos comprobar que no mantienen la hidrología natural y las consecuencias más inmediatas son las inundaciones urbanas. El problema radica en la fuente, pues hemos sustituido el terreno y la vegetación (con reducciones del 70 % en la generación de escorrentía) por soluciones impermeables como el asfalto o el hormigón (con solo el 10 % de retención en origen). Para acomodar esa diferencia de escorrentía, se han construido colectores que, con frecuencia, ven excedida su capacidad, generando inundaciones urbanas. Además, se ha trasladado el problema aguas abajo, dado que las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDARs) también sobrepasan su capacidad de tratamiento y se producen las descargas del sistema unitario (DSU).
Para tener una idea de lo que significa ese proceso de impermeabilización de nuestras ciudades, se puede utilizar el ejemplo de Madrid, con datos de fácil acceso en la red. Si se considera una política que incluya SUDS a escala de ciudad análoga, por ejemplo, a la propulsada por Nueva York y se captan los primeros 25 mm de lluvia; entonces se gestiona en origen aproximadamente 170 hm3 anuales, reduciendo en un 80 % las entradas de escorrentía al sistema de alcantarillado municipal, de tipo unitario.
Figura 2. SUDS a escala ciudad en Madrid.
El primer beneficio sería facilitar el funcionamiento de las EDARs, ya que se dan las siguientes condiciones [Perales-Momparler & Andrés-Dómenech, 2007]:
- Reducción de costes al reducirse el volumen de los influentes en las mismas.
- Reducción de costes al no alterarse frecuentemente el patrón de contaminantes para el que la depuradora ha sido diseñada.
- Reducción del número de vertidos (DSU) a la entrada de la depuradora por incapacidad de la misma.
Además del control de la cantidad, los SUDS ofrecen el control de la calidad, pues su diseño está orientado a reducir los contaminantes presentes en de la escorrentía. De este modo, el agua de lluvia que no se dirige a las EDARs, también recibiría un proceso de tratamiento antes de ser vertido al medio receptor, contribuyendo así a mejorar el estado de las masas de agua.
Asimismo, los SUDS proporcionan beneficios sociales, como es la generación de empleo verde (tanto en su construcción como en su mantenimiento) o la mejora del paisaje urbano; y beneficios ambientales, al reducir la factura energética, las emisiones de CO2, el efecto urbano isla de calor, entre otros.
Figura 3. SUDS a nivel distrito con LEGO.
En este punto, quizás os planteéis… ¿Cuáles son las barreras que tienen los SUDS para ser una realidad en España si tantos y tan cuantiosos son sus beneficios? En las respuestas obtenidas en la encuesta que realicé en mi Trabajo Fin de Máster (podéis hacerla si queréis, os dejo el link) se obtuvieron, por orden, las siguientes: su no obligatoriedad del marco legislativo, el desconocimiento de los SUDS, la falta de referencias técnicas, la falta de proyectos que evidencien sus beneficios, la necesidad previa de contar con sistemas convencionales, el teórico sobrecoste económico, la falta de tradición y el clima particular de algunas regiones de España.
¿Cuáles son las barreras que tienen los SUDS para ser una realidad en España si tantos y tan cuantiosos son sus beneficios?
La “no obligatoriedad del marco legislativo” fue vencida con la aprobación del RD 638/2016 (donde se lee “Las nuevas urbanizaciones, polígonos industriales y desarrollos urbanísticos en general, deberán introducir sistemas de drenaje sostenible”), propulsando así el cambio de paradigma del enfoque convencional del drenaje urbano hacia un drenaje que incorpore SUDS como solución habitual. Sin embargo, contribuiría sustancialmente que los SUDS estuvieran presentes en la escala jurídica municipal.
El concepto SUDS está corriendo como la pólvora gracias a jornadas como RedSUDS 2017 (donde estuvieron presentes más de 200 profesiones, + info), cursos especializados (como el ofrecido por el IIAMA, que va actualmente por su cuarta edición, + info), charlas y publicaciones en revistas de impacto, paliando así el “desconocimiento de los SUDS”. Además, los SUDS requieren de profesionales con perfiles diferentes (ingenieros, arquitectos, paisajistas, químicos…) y, por ello, aún existen campos en los que se podría profundizar.
Respecto a la “falta de proyectos que evidencien sus beneficios” me gustaría mencionar los proyectos europeos AQUAVAL y E2STORMED (os aconsejo la lectura de El agua en Benaguasil. Un viaje en el tiempo, disponible en el siguiente link), en los que se construyeron y monitorizaron SUDS en Benaguasil y Xàtiva (Valencia). Con la difusión de estos proyectos se pueden resolver ciertas dudas que se tienen acerca de los SUDS, como es que estas técnicas son efectivas en el clima mediterráneo. Además, conforme el número de proyectos que incluyan SUDS aumente, creo que el nexo “necesidad previa de contar con sistemas convencionales” y la “falta de tradición” se irá diluyendo.
Respecto a la “falta de proyectos que evidencien sus beneficios” me gustaría mencionar los proyectos europeos AQUAVAL y E2STORMED, en los que se construyeron y monitorizaron SUDS en Benaguasil y Xàtiva (Valencia)
Por último, la “falta de referencias técnicas” que resuelvan el how to do SUDS en España es uno de los principales retos; desde unas recomendaciones para saber qué técnicas son las más adecuadas, hasta la planificación de las labores de mantenimiento, pasando por criterios y procesos de diseño. Con estas herramientas, se facilitaría la labor de los profesiones de la ciudad y el agua y se podrían contar con los SUDS como solución habitual en el drenaje urbano.
Personalmente, creo que se han dado grandes pasos para reducir estas barreras, por lo que me pregunto… ¿Cuándo aterrizarán los SUDS en nuestras ciudades a gran escala?