Los procesos de transformación que están experimentando las distintas organizaciones para adaptarse y aprovechar el valor que la digitalización y el uso de los datos pueden aportar a la mejor gestión de sus procesos internos y de negocio, están a la orden del día y, suponen, en muchos de los casos, desafíos a la hora de definir el roadmap idóneo para cada organización. La puesta en marcha del conocido PERTE del Agua, enfocado en la digitalización de la gestión del ciclo integral del agua, ayudará a acelerar este proceso en las empresas y operadoras que gestionan dicho ciclo y, casi igual de importante que lo anterior, deberá servir para fijar estándares y normas que permitan industrializar ese modelo para exportarlo. Así ha sucedido exitosamente con el modelo de digitalización de ciudades y territorios desarrollado en España.
Se antoja fundamental establecer determinados conceptos de base que ayuden en ese proceso de definición y transformación. Tenemos claro que la tecnología no es el fin, sino el medio que nos ayuda a afrontar los retos existentes en la gestión del ciclo del agua; esto será crucial (en muchas ocasiones no ha sucedido así, aquí el gran riesgo) para enfocar las decisiones en cuanto a cuáles son las tecnologías o herramientas que mejor, y de manera más escalable, serán capaces de atender a nuestras necesidades de negocio.
Por mi experiencia en ambos sectores, creo firmemente en las similitudes que, con las debidas excepciones, sendos procesos de transformación digital comparten, así como en la interrelación de información y datos que ambos, ciudades y gestores del agua, compartirán para resolver conjuntamente sus necesidades. Definición de casos de uso claros que recojan los retos de gestión actualmente existentes, generación de KPIs que ayuden en la toma de decisiones y fundamental, definir el conjunto de datos o dataseets que ayudarán a alimentar dichos indicadores y tomar decisiones acertadas. Todo esto no será posible sin la tan demanda interoperabilidad, no solo técnica para conseguir que las distintas plataformas compartan información entre sí, como la interoperabilidad semántica necesaria para que desde ambos lados se entienda la información que se demanda y se comparte. Estos procesos de interoperabilidad deberían ser normalizados para garantizar el éxito de esta transformación.
Tenemos claro que la tecnología no es el fin, sino el medio que nos ayuda a afrontar los retos existentes en la gestión del ciclo del agua
El papel clave que las plataformas digitales tienen para dar viabilidad al proceso definido anteriormente, debe vertebrarse analizando dos planos en la elección de las mismas. Desde el punto de vista funcional, las capacidades que dichas plataformas deben tener para ayudarnos en la gestión del ciclo de vida del dato. Adquisición y tratamiento de datos en tiempo real (provenientes de sensores o contadores inteligentes IoT), capaces además de interoperar con otros sistemas existentes en la organización (GIS, SCADAS, ERPs) para extraer esos datos actualmente aislados y que aspiramos a almacenar en un gran repositorio común (big data), que sea además capaz de ejecutar procesos o reglas de negocio predefinidas por la organización y que también pueda tratar esos datos de manera predictiva, mediante algoritmos de inteligencia artificial.
Y un segundo plano, este de orden técnico, donde priorizar las características técnicas que deben contener estas plataformas digitales, fundamentalmente orientadas a arquitecturas modulares. Esto, unido a un despliegue de las mismas en arquitecturas de microservicios y contenedores (kubernetes), garantizan la eficiencia de los recursos de computación y almacenamiento, así como la escalabilidad necesaria que debe de acompañar al crecimiento de nuestro negocio.
Destacar, nuevamente, la importancia de la interoperabilidad técnica y semántica entre plataformas, sistemas y datos. Entendemos que debería ser objeto de iniciativas de normalización y estandarización para guiar y garantizar el éxito de este proceso de transformación, basado en lo digital, de la gestión del ciclo integral del agua.