Han transcurrido ya muchos años desde la desaparición del profesor Ulises Flynn. Tampoco nadie sabe nada sobre el paradero del doctor Randolph Latimer. Hay muchas especulaciones al respecto. Como suele ocurrir en estos casos, hay muchas teorías que intentan explicar el desarrollo de los hechos que tuvieron su cénit en el enfrentamiento final entre ambos. Fuera como fuere, lo único cierto fue que lo que triunfo, por lo menos durante un tiempo, fue el sentido común. Los Tratados Internacionales que llevaron a cabo los gobiernos sobre el Cambio Climático y el uso sostenible de los recursos, en particular el del agua, derivaron en mantener durante décadas la coherencia en el Planeta Tierra. Las generaciones que se sucedieron fueron capaces de mantener esta coherencia mientras la memoria histórica permaneció en alza.
Para ello, se creó la Fundación Ulises Flynn. Su presidenta fue durante los primeros años, su más estrecha colaboradora, Karen Grant. Ella llevó a cabo una extensa campaña de concienciación mundial hacia la figura del profesor, sobre su trabajo y su obra. Los libros de texto de todas las escuelas del mundo llevaban su biografía y su historia, en una nueva asignatura creada por las necesidades acuciantes del momento: asignatura sobre El Cambio Climático. Ya nadie ponía en duda que el hombre había influenciado muy directamente en que este se estuviese produciendo, más allá del hecho de que la propia naturaleza fuese capaz de transformar el Clima cuando así lo necesitase. Pero la aceleración de este cambio producida por medios artificiales y no naturales ya era un axioma totalmente contrastado que había dejado de ser una teoría para ser un hecho científicamente constatado. Desde la teoría de la relatividad, ningún otro atestiguamiento científico había revolucionado el mundo con tanta rapidez como el legado que había dejado tras de sí el profesor Ulises Flynn a sus contemporáneos.
La Fundación Ulises Flynn, para comenzar con su campaña de propagación de las historias que recogían los hechos y obras del profesor, editó y publicó sus aventuras primeramente por separado para hacerlas disponibles a todo tipo de personas independientemente de sus recursos. Estas historias fueron versiones extendidas con datos adicionales y retazos nuevos que diferían en buen grado de lo que anteriormente ya se había publicado en otros medios. Después recopiló todas ellas en un libro póstumo que tituló “Los Crímenes del Agua: Las Aventuras del Profesor Ulises Flynn”.
Sobre la difusión, traducción y publicación de sus obras a todos los idiomas existentes, podríamos, de hecho, abrir un capítulo aparte. Pero lo verdaderamente importante de todo esto es que, si tan solo una de sus historias hubiese sido leída por una sola persona, entonces, sin ningún tipo de dudas, ya se habrían cumplido las palabras del Talmud que dicen "Quien salva una vida salva al mundo entero".
Y saber eso seguro que le dará paz eterna al profesor Ulises Flynn, donde quiera que este, ya sea vivo o muerto.
Enrique Castellanos Rodrigo
PD: La Fundación Ulises Flynn ha hecho disponible todas las aventuras del profesor en versión extendida, con detalles únicos y definitivos que nunca antes han sido publicados. Más información aquí