Los impagos y las trabas burocráticas y financieras a los proyectos de mejora de regadíos y de caminos están poniendo en una situación límite a más de cien comunidades de regantes y miles de agricultores andaluces, que se encuentran en una situación desesperada.
Así se lo hemos trasladado a la Junta de Andalucía, a la que hemos advertido del riesgo de convertir la modernización en una verdadera tragedia financiera para los regantes en lugar de en un proceso de futuro para mejorar la competitividad y sostenibilidad de su actividad.
Ninguna comunidad asociada a Feragua ha recibido desde el 2011 el abono por parte de la Junta de Andalucía de las ayudas concedidas, a pesar de que en muchos casos son obras ya financiadas, ejecutadas y pagadas por las comunidades de regantes. Al tiempo de no pagar, la administración andaluza retiene los avales presentados por nuestras comunidades, incrementando el coste financiero de los proyectos.
Del mismo modo, desde esa fecha, Feragua ha podido constatar que los expedientes de modernización han quedado paralizados, como consecuencia de que la administración andaluza –y particularmente los servicios centrales de la Consejería de Agricultura- ha empezado a poner todo tipo de trabas administrativas, algunas verdaderamente absurdas, máxime cuando esos obstáculos los han puesto después de que sus propios técnicos hubieran aprobado los pliegos de los concursos y participado en las mesas de contratación y, en muchos casos, certificado las obras ejecutadas.
En otros casos, las dificultades proceden del aumento de las garantías financieras hasta unos niveles inasumibles, de modo que, de pasar de exigirse un crédito por el importe no subvencionable del proyecto, ahora las comunidades tienen que lograr financiación por su volumen global, lo que les obliga a endeudarse más y en peores condiciones, cuando no les cierra directamente el acceso al crédito.