Buscando información sobre la factibilidad de usar filtros de membrana para agua potable en zonas periféricas en la ciudad de Lima, Perú, me encontré con el tema de los microplásticos que me parece interesante poder compartir.
Los microplásticos no solo provienen de los productos plásticos desechados, sino que se desprenden de productos en uso de una manera continua. En 2020, los investigadores informaron que se descubrió que los biberones de polipropileno para bebés con procedimientos de preparación contemporáneos causan una exposición a los microplásticos en los bebés que van desde 14.600 a 4.550.000 partículas per cápita por día en 48 regiones (1).
Tal es el volumen existente que ya forma parte de nuestros alimentos. Recientemente se han encontrado microplásticos en frutas y verduras, con la mayor concentración en manzanas (233.000 partículas de plástico por gramo de manzana), lo que da como resultado una ingesta diaria estimada de 462.000 partículas de plástico para adultos y 1.410.000 partículas de plástico para niños (2).
Aunque no se sabe con certeza la magnitud del efecto de los microplásticos sobre el organismo humano, lo que es cierto es que contienen compuestos químicos diversos. Muchos de estos compuestos son potencialmente dañinos al ser humano. Recientemente se han encontrado casos de pacientes con microplásticos en los pulmones y en la sangre.
El Dr Nasir Mahmood de la universidad Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT), Australia nos dice: “Los microplásticos de menos de 5 milímetros, que pueden tardar hasta 450 años en degradarse, no son detectables ni eliminables a través de los sistemas de tratamiento convencionales, lo que da como resultado millones de toneladas que se liberan al mar cada año. Esto no solo es dañino para la vida acuática, sino que también tiene impactos negativos significativos en la salud humana”.
Afortunadamente, de acuerdo a un artículo denominado “Magnetic material mops up microplastics in water” publicado por la Universidad RMIT, un equipo de investigación perteneciente a ella ha descubierto un procedimiento para remover microplásticos de las aguas residuales. Para ello han desarrollado un componente del tipo de “Metal–organic framework” (MOF) que absorbe los microplásticos contenidos en el agua.
Los MOF son compuestos de iones metálicos y moléculas orgánicas que forman entramados estructurados. Estos materiales avanzados se pueden comparar con esponjas con habilidades únicas: ser capaces de absorber, retener y liberar moléculas de sus poros. Los MOF han captado una atención cada vez mayor debido a su aplicabilidad en la remediación de aguas. “Este MOF en forma de polvo, tiene la capacidad de absorber microplásticos 1.000 veces más pequeños que los detectables actualmente por las plantas de tratamiento de aguas residuales existentes”, nos dice Nicky Eshtiaghi, miembro del equipo investigador.
El procedimiento es simple, el MOF absorbe los microplásticos y debido a que contiene hierro este puede ser separado usando imanes. Queda en manos de los ingenieros el diseñar la infraestructura para su puesta en producción de manera industrial.
Fuentes:
(1) Li, D., Shi, Y., Yang, L. et al. Microplastic release from the degradation of polypropylene feeding bottles during infant formula preparation. Nat Food 1, 746–754 (2020).
(2) Gea Oliveri Conti, Margherita Ferrante, Mohamed Banni, Claudia Favara, Ilenia Nicolosi, Antonio Cristaldi, Maria Fiore, & Pietro Zuccarello. 2020. Micro- and nano-plastics in edible fruit and vegetables. The first diet risks assessment for the general population. Environmental Research, Vol. 187.