Parecería que en estos momentos, previos a la campaña electoral, serían otros los intereses de nuestro sector, y de mayor profundidad y enjundia, que al que me voy a referir en estas líneas. Pero me gustaría recordar que un elemento básico en el que insistimos es el de facilitar los cauces de transparencia y de involucración y responsabilidad ciudadana. La divulgación de este problema y el recordatorio permanente del buen uso de los desagües domésticos es importante y hay alguna acción novedosa y digna de resaltar para el colectivo de los expertos en temas de agua.
¿Recuerdan al “Monstruo de las Cloacas”? Esa masa heterogénea y compacta de toallitas, bastoncillos y otros productos tirados por el baño que provocaba atascos y vertidos en nuestras redes de alcantarillado. Seguro que sí. Estoy convencido de que a estas alturas usted y yo, ciudadanos, somos más conscientes que hace unos meses de que tirar ciertos productos por el inodoro provoca graves problemas en nuestras redes de alcantarillado. Pero no debemos bajar la guardia, debemos continuar la lucha contra el “monstruo”, y en ello estamos.
Aigües de Barcelona, 2014. Toallitas WC en sistemas de elevación y depuración de agua residual.
Desde la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) llevamos tiempo trabajando en acciones de sensibilización relacionadas con este asunto, como por ejemplo el II Premio de Redes Sociales AEAS, y, lo es más importante, nuestra Comisión V (Aguas Residuales) trabaja activamente desde hace años en relación con esta problemática y ha realizado varias ponencias y publicaciones como el “Manual de buenas prácticas urbanas en sistemas de saneamiento público” (2012), redactado en el seno del CONAMA.
Hemos generado noticias en periódicos, revistas especializadas, intervenciones en programas de radio e incluso apariciones en el “prime time” televisivo. Por todo ello, y por otra serie de acciones de concienciación puestas en marcha por diferentes operadores de los servicios de agua urbana, algunos de ustedes ya sabrán que Valencia es pionera en multar con hasta 3.000€ a quienes hagan un mal uso de la red de alcantarillado, o que los malos olores de su comunidad de vecinos pueden ser causados por algún atasco en la red interior o que al arrojar toallitas por el inodoro se aumentan entre un 4% y un 6% los costes totales del ciclo integral del agua.
Sin embargo, hay muchos ciudadanos que todavía desconocen este problema, así que es nuestra responsabilidad recordarlo.
Aigües de Barcelona, 2014. Toallitas WC en sistemas de elevación y depuración de agua residual.
¿Cuál es el problema?
Ciertos productos que se arrojan al retrete o no se desintegran, o se desintegran mucho más lentamente que el papel higiénico, y de lo que sería deseable. Por tanto, en su transporte por las tuberías se enredan, formando marañas que terminan por crear atascos tanto en la propia instalación doméstica como en la red de alcantarillado y en las bombas que impulsan las aguas residuales. Esto provoca:
- Vertidos de aguas residuales al medio ambiente sin tratamiento, incrementando la contaminación.
- Puede afectar también a la calidad y continuidad del servicio de aguas residuales debido a, por ejemplo, la interrupción en el funcionamiento de los bombeos de impulsión.
- Además, estos atascos suponen un coste económico ya que requieren tareas adicionales de mantenimiento y un incremento de los gastos de reparación y sustitución de los elementos y equipos afectados.
Tomo algunas palabras de un experto, aunque podríamos recoger apreciaciones muy similares en otras partes de nuestra geografía; Iñigo González Canal, del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, “Las toallitas y otros tejidos en el saneamiento van avanzando como un cáncer en nuestras redes de saneamiento y bombeos, de tal forma que poco a poco van registrándose graves problemas donde nunca los ha habido (…) por este motivo es muy importante la concienciación de la población para que no arroje este tipo de productos por el inodoro y haga un uso responsable del mismo”
¿Qué podemos hacer y en qué se está trabajando?
Actualmente, existen en el mercado productos desechables, tanto biodegradables como no biodegradables. Sin embargo, no todos los biodegradables son aptos para tirar a la red de alcantarillado sin ocasionar problemas. La guía actualmente utilizada por los fabricantes proporciona unos criterios demasiado permisivos, por lo que los productos catalogados como “biodegradables” y aptos para tirar por el inodoro, no tienen realmente por qué serlo.
Aguas de Huelva, 2015. Monstruo de las toallitas. II Concurso Twitter AEAS.
Tanto las empresas fabricantes como las entidades gestoras y los expertos de laboratorio son conscientes de este problema. Por ello, se está trabajando en el desarrollo de una norma internacional ISO que permita a los fabricantes verificar que sus productos son realmente descargables, es decir, aptos para tirar por el inodoro.
Este grupo de trabajo ha celebrado a finales de este mes de octubre, en Londres, su última reunión. Allí se han discutido aspectos del actual borrador relacionados con la desintegración, sedimentación, biodegradabilidad, comportamiento en la red así como con la no utilización de ciertos compuestos en su composición o recubrimiento. La publicación de la normativa definitiva está prevista para mediados del año que viene.
Desde AEAS participamos en dicho grupo exponiendo las preocupaciones de las entidades gestoras españolas ─servicios municipales y empresas públicas, privadas y mixtas─ junto con industrias fabricantes y laboratorios. Entre todos estamos obligados a elaborar un estándar que permitiendo mantener el confort que otorgan estos productos, resulten inocuos para el medio ambiente y para nuestras infraestructuras de saneamiento, patrimonio público de todos.
Y para el futuro
Será fundamental que, usted y yo, como expertos en agua pero sobre todo como ciudadanos, usemos productos que lleven esa certificación ISO de productos aptos para tirar por el inodoro, cumpliendo así con nuestra responsabilidad y premiando a las empresas fabricantes comprometidas con la innovación, el medio ambiente, las infraestructuras públicas y la sociedad en general. En cualquier caso es oportuno recordar que el inodoro, y en general los desagües domésticos, no es una papelera ni un cubo de basura y que es preferible evitar su vertido.
