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¿Estará el agua en debate de la COP25?

Sobre el blog

Gabriel Caldés
Consultor Senior (MBA) Gestión Hídrica, Dirigió creación ECONSSAChile S.A, Consejero del CPI Chile. Autor del libro La Industria Sanitaria en Chile. Asesor de FCh, EH2030. Consultorías en Latinoamérica y BID.
  • ¿Estará agua debate COP25?

Durante la "gran sequía de 1968-1969" que duró solo dos años, la prensa de los días 19, 20 y 21 de julio de 1968, destacaba algunas medidas que se exigían por la academia y sectores productivos para enfrentar este fenómeno climático. Los titulares de la prensa informaban de la inquietud por el desperdicio del agua en el riego agrícola y del agua potable en algunos barrios, además se exigía una regulación del agua, incluso se estudiaban medidas para racionalizar el agua potable en las ciudades afectadas pero la falta de información era importante como para tomar medidas de este tipo. De la lectura de estos artículos emergen conceptos como una inadecuada gestión hídrica por parte de la autoridad, una preocupación por la falta de una Política Hídrica Nacional y se manifiesta la preocupación por el avance del desierto desde el norte hacia la zona central del país.

Después de medio siglo transcurrido (51 años) el país ha cambiado significativamente, no solo en población que se expandió de 8,8 millones en 1968 a 18,1 millones en la actualidad, con un una economía de menos de los US$ 4.500 por persona, a los US$ 25.000 por persona, si no que además, se realizaron cambios políticos, sociales, culturales y valóricos y hemos tenido importantes avances tecnológicos y científicos. A pesar de la anterior, nuevamente estamos enfrentando una "gran sequía", pero esta lleva más de 8 años y es consecuencia, por una parte, de los efectos del cambio climático global producido por el "Homo Sapiens" y por otra, una escasez hídrica producida por el mismo “Homo Sapiens” como consecuencia de un desarrollo productivo y económico no sustentable que permitió un aumento en el uso y consumo de agua en forma permanente y desenfrenada, sin tener la información adecuada y una fiscalización apropiada, llegando a la sobre explotación de una parte importante de los acuíferos de la zona centro- norte del país y la disminución de la oferta hídrica de la zona centro- sur.

Según la "Transición Hídrica: El Futuro del Agua" de Fundación Chile, un 44% de las causas que generan los problemas hídricos tienen su origen en la gestión y gobernanza del agua, Esto quiere decir que el cambio climático ha venido a agravar una situación que ya estaba instalada.

Tal como sucedió hace 50 años atrás, resurgen temas similares en este nuevo conflicto, como la falta de una política hídrica nacional que incentive los acuerdos y colaboración de los involucrados para implementar soluciones e integradas y no por sector, proteger las fuentes de agua, adecuar la forma de gestionar el recurso hídrico e incorporar tecnología para levantar información (Blokchain), etc. Nuevamente, la falta de agua nos ha sorprendido mal preparado, con un modelo rígido y obsoleto que no visualizaba conceptos como escasez hídrica o dalta de agua estructural, protección y conservación del medio ambiente y de las fuentes de agua o conceptos como sustentabilidad, cambio climático o economía circular.

Existen cambios que no requieren de modificaciones normativas o legislativas para ejecutarlos, como el diseño de una política del agua o implementar las organizaciones de usuarios en las cuencas, la incorporación de tecnologías en el consumo, el riego y en la fiscalización para evitar el mal uso y entregar información pública y confiable del consumo y calidad del agua o el comportamiento de los glaciales y fuentes de agua.

Es cierto que a partir de la década de los años 90 se promulgan normas que dan origen a una institucionalidad medio ambiental, de protección de calidad del agua de acuerdo a sus usos, se crea un Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y de Servicios Sanitarios que permitieron una seria de logros. como el incremento de la cobertura urbana de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas servidas tratadas, que están cercanas al 100% y ha existido un importante avance en lo rural, Estas y otras normas han logrado una disminución de la contaminación de los cursos de agua y en general, ha mejorado la calidad de vida de las población. Si bien lo anterior son avances concreto, no han sido suficiente, las amenazas ambientales tienen un desarrollo con mayor celeridad que nuestra capacidad de adaptación hídrica

La modificación del Código de Aguas que se encuentra actualmente en el parlamento, está quedando obsoleta, su probable aprobación en algunos años más no aportará mucho, llegará tarde ya la seguridad jurídica ya no es lo central, hoy debemos aspirar a la seguridad hídrica y no solo para los propietarios de derechos de agua, sino que de toda la población. Por otra parte, la falta de acuerdos y de políticas públicas en esta materia no han sido legitimadas y cada cuatro años se modifican sin tener vigencia en el largo plazo.

Es fundamental lograr un desacople del uso del agua del crecimiento económico y podamos producir más con menos agua, para lograr un desarrollo más sostenible.

Lo difícil de comprender, es la incapacidad social y política que hemos tenido como país de resolver el conflicto hídrico a través del diálogo y lograr acuerdos mínimos de una problemática que se viene manifestando hace varias décadas y de la cual existen suficientes antecedentes y casos concretos que están advirtiendo un futuro poco alentador (para ser terrorista) que indican que el país será uno de los países más afectados por el cambio climático global.

La COP25, que se realizará en el país, tiene como objetivo terminar la reglamentación y condiciones para la aplicación del Acuerdo de París, que debe entrar en vigencia el año 2020, por eso su lema es "TIEMPO DE ACTUAR". A pesar de la situación descrita anteriormente, hasta el momento no está confirmado que los recursos hídricos vayan a estar en el debate o tener una comisión de trabajo en el evento. Esto significa que existe la posibilidad que el tema del agua no esté en el debate más importante del cambio climático del planeta, aun cuando existe un amplio consenso que el agua son el recurso natural que se verá más afectado.

Es necesario no perder esta oportunidad de exigir a la autoridad acordar una hoja de ruta de largo plazo, con el objeto de iniciar una transición hídrica efectiva y legitimada. Es tiempo de actuar.

El agua se está quedando fuera de este evento, sin saber cuál podría ser su fundamento, pero sería una demostración más de la falta de liderazgo y de la apatía social por avanzar con la urgencia que se requiere en este tema. Estos dos elementos (liderazgo y participación social) fueron los más importante en la reforma del modelo energético del país, que hoy nos tiene como líderes internacionales en el cambio de una matriz energética tóxica con producción de altos niveles de C02, a una matriz más limpia y sostenible con energías renovables de menores costos y amigable con el medio ambiente.