Kamila es una niña africana que siempre ha tenido mucha curiosidad. Quizás debido a su escasez, una de las cosas que más le llamó siempre la atención fue el agua. Se preguntaba dónde iría cuando se vertía en el suelo y se escapaba a través de las grietas que marcaban la reseca tierra como profundas cicatrices. Y efectivamente, siempre se escapaba hacia abajo, como si tuviera voluntad propia. Parecía que era algo vivo, pero asociado al bienestar, a la salud. Algo propio de los ricos o de los afortunados. En las raras ocasiones en las que vio llover se quedaba ensimismada contemplando esa sinfonía global, con una extraña certeza de continuidad de movimiento, de conexión del fluido entre el cielo y el interior de la tierra. De que todo era parte de un círculo mágico. No podía ser casualidad. Cuando se agrupaban pequeñas gotas sobre una superficie, estas tendían rápidamente a colapsar unas con otras, predestinadas a reunirse y moverse para formar un hilo, un arroyo. A circular en un viaje infinito que Kamila intuía que conectaba todo el mundo, incluso el que no conocía. Esa conexión debía tener un significado. Solo le faltaba encontrarlo. Qué pena que en su pueblo fuera tan difícil acceder a ese recurso.
Antonio García Pastrana es directivo de una empresa que gestiona el servicio del agua en la Mancha. De la generación de Félix Rodriguez de la Fuente, del que admira su amor por la naturaleza y su capacidad de fascinar como comunicador. Siempre ha tomado su trabajo como algo vocacional. Su posición le ha permitido conocer la importancia del recurso, al que considera un bien preciado al que muchos infravaloran. Desde estudiante sabía que debía hacer algo, que no era suficiente con desempeñar perfectamente la actividad profesional. Sabe observar y es un buen estratega. Desde hace tiempo se dio cuenta de la importancia de otras cañerías de distribución, de las posibilidades de difusión de un mensaje en las redes sociales. Y como parte de ese círculo mágico, quizás fue la corriente la que lo arrastró a la aventura de escribir, difundiendo opiniones técnicas, comentarios, iniciativas. El cauce de sus mensajes, entre otros, es una plataforma de profesionales que pretende el fomento y la difusión de esta actividad, denominada iAgua. Y de la misma forma que la cohesión de las gotas que maravillaba a Kamila, los mensajes de Antonio empiezan a crecer, a resonar cada vez con más fuerza. Empiezan a drenar a través de un misterioso tejido que conecta el mundo y a empaparlo todo. El pasado verano difunde una campaña denominada #SummerWaterPeople, encaminada a dar valor a este recurso. Los miembros de la plataforma envían fotos en sus vacaciones relacionadas con el líquido elemento. Fotos de embalses al 20% de capacidad, cepillados de dientes con el grifo cerrado, fuentes de pueblos perdidos… de repente el goteo se convierte en un torrente y la actividad de un pequeño grupo de profesionales se convierte en Trending Topic. Mucha gente que no sabe de lo que se trata empieza a preguntarse qué es eso de la gente de agua. A esa campaña suceden artículos de divulgación en un lenguaje sencillo: Alcantarillas y Arte, Bombillas de Agua para celebrar el día mundial del medio ambiente. Otras campañas a favor del uso del agua de grifo (#aguadelgrifo), frente al del agua embotellada -más de cien veces más barata y generadora de puestos de trabajo y de recursos-, iniciativas para no tirar las toallitas hipotéticamente descartables por el WC...
Menos de dos años después del comienzo de su andadura en redes, Antonio es doblemente premiado en Madrid por el mejor blog y como mejor influencer (compartido con Ignasi Servià) en el ámbito del agua. En la misma ceremonia se premió a una ONG, ONGAWA, por su actividad en la gestión de un recurso en el pueblo africano de una niña que ya es amiga nuestra. Gracias a ello, podrá crecer sana, quizás estudiar y propagar el mensaje de la gente del agua.
Kamila tenía razón. Todos somos –literalmente- waterpeople. El mensaje de Antonio siguió el recorrido del círculo mágico que intuyó Kamila, el camino del agua. ¿Vas a la unirte a la corriente?
(Artículo publicado en la sección Barricada Cultural del periódico Ciudad Real Digital el 25/01/2018)