El viernes realicé en una encuesta en Twitter preguntado cuál debería ser la tercera entrada sobre bulos relacionados con la sequía. Después de casi 20 horas de encuesta, 4.255 visualizaciones y 44 votos, la opción más votada, con un 48 % de los votos, fue “Produciremos alimentos en secano”.
Cuando vienen episodios de sequía, es fácil decir que la producción vegetal se debe centrar en el secano, y que se debe reducir la superficie de regadío. Pero, desgraciadamente, estamos diciendo una cosa que no es cierta.
En 2004 visité Death Valley en California, un valle situado en el desierto de Mojave que tiene un régimen de humedad desértico (precipitación media de 60 mm/año) y es característico por ser el punto más bajo de todo América del Norte con 86 m debajo del nivel del mar.
Hace muchos años que mi familia tiene fincas de cereal de secano, en una zona de precipitación media próxima a 300 mm/año, y, por lo tanto, somos muy conscientes de que en estas condiciones existe una reducción muy importante de la producción, que incluso condiciona la sostenibilidad económica de las explotaciones, y que reduce de manera muy importante el número de cultivos posibles. En condiciones de secano, sin aporte de agua de riego, muchas zonas no podrán realizar ni cultivos de sandía o de manzana, como comparto en el avatar.
En determinados secanos se podrán implementar técnicas agronómicas de conservación de suelo y agua para mejorar su rentabilidad, pero no se podrá concentrar la producción vegetal.
Según la web del MAPA, el regadío en España representa un 22,85 % de la superficie, pero acumula un 65 % de la producción final vegetal. En este escenario, difícilmente podemos mantener los niveles de soberanía alimentaria si reducimos de manera importante la producción de alimentos en condiciones de regadío.
Esto que he explicado, de una manera cualitativa, lo compartiré de una manera cuantitativa para el cultivo del almendro con varias figuras de Joan Girona del IRTA, investigador del programa en uso eficiente del agua y compañero de la comisión del agua del COEAC.
Si volvemos a Death Valley podemos tener un punto en que la precipitación está muy próxima a cero, y que la producción de materia seca de almendra también está muy próxima a cero.
En esta serie de tres imágenes se presenta la suma de agua de lluvia y el agua de riego. Pero recuerdo que no toda el agua de lluvia es agua que el cultivo puede aprovechar, por eso existe el concepto de precipitación efectiva. También recordar que 1 mm, equivale a 10 m³/ha.
Después de analizar diferentes ensayos sobre el cultivo del almendro, Joan estimo una función de producción para el almendro. Se trata de relacionar la producción de almendra grano con el aporte de agua, en forma de lluvia o de riego. En cultivos extensivos como el maíz o la alfalfa, esta función es lineal.
Al final podemos concluir que si no hay agua (lluvia + riego) no hay producción de alimentos. Si estamos en una situación de sequía es porque hace meses que las aportaciones naturales en forma de lluvia son bastante inferiores a los valores normales, por lo que en condiciones de secano la producción es muy inferior y en algunos casos se llega a pérdida total de la cosecha.
Si los recursos de agua son inferiores por el episodio de sequía, la producción de alimentos en regadío se debe adaptar. A menudo defiendo la producción en condiciones de regadío, pero esta debe realizarse de una manera planificada, técnica, digitalizada, sostenible, etc,.
Hace dos posts hablaba de que en Cataluña había una dotación por habitante de 115 l/hab/día y que en alguna se estaban realizando campaña para intentar alcanzar los 90 l/hab/día. Siempre digo que el abastecimiento de agua de boca es la primera demanda que se debe garantizar, pero que esta solo es la parte visible del iceberg, el agua para la producción de alimentos es una cantidad mucho mayor.
Compartiré un artículo científico de Blas, Alberto Garrido y Bárbara Williarts de 2018 en el que se compara la huella hídrica de diferentes tipos de dieta, entre España y USA. Como puede verse en el artículo, hay tres tipos de huella hídrica en la producción de cualquier producto. Huella Verde (Volumen de agua de lluvia), huella azul (Volumen de agua de recursos superficiales o subterráneos), y huella Gris (volumen de agua requerida para diluir los contaminantes).
Me gustaría destacar:
- La huella hídrica total de la producción de alimentos en este estudio se estima en 5.423 l/hab/día, en la que la parte más importante es huella verde. Hay aporte de agua de lluvia tanto a los cultivos de secano como de regadío.
- La huella de azul asociada al riego presenta valores diferentes, pero es más importante en España que en USA. Presenta unos valores que podríamos situar entre 600 y 1300 l/hab/día. Necesitamos 115 l/hab/día de agua urbana, pero la huella hídrica azul para producir alimentos puede ser 10 veces mayor. No me importa tanto el valor exacto, sino el orden de magnitud de agua necesaria para la producción de alimentos.
Algunos economistas a veces simplifican el problema diciendo que la producción de alimentos se realice fuera, y para mí esto tiene dos limitaciones principales.
1. La producción de alimentos debe ser estratégica, y no dejarla en manos de terceros países. Los países tienden a garantizar la mayor parte de la producción de alimentos. En estos lugares pueden llegar guerras (Ucrania), episodios de sequía (Argentina) o inundaciones (Australia o Italia) que condicionen la producción de alimentos. Me gustaría compartir el post en el que explico los problemas que presenta el río Parana, uno de los ríos más caudalosos del mundo.
2. Si se pierde el regadío se pierde el conjunto de externalidades positivas que aporta el regadío, y que recordé hace varias semanas en un artículo para la revista Intercuencas de Fenacore.
Como tienen relación directa con este post, me gustaría acabar compartiendo dos actos que se realizaran el 14 de junio.
1. La Universidad de Lleida, como uno más de los actos del 50 aniversario de la ETSEA, nombrará el próximo 14/06 doctor Honoris Causa a Elías Fereres y el día anterior se organiza la Jornada Agua y Agricultura.
2. El cambio Climático y la gestión del agua en el sector agrario.
Jornada organizada por el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña “El cambio Climático y la gestión del agua en el sector agrario”, con la participación de
- Gabriel Borràs, Oficina Catalana del Canvi Climàtic.
- Joan Gaya, Enginyers Industrials de Catalunya
- Ignasi Servià, Enginyers Agrònoms de Catalunya (COEAC)
- Joan Esteve, Raimat
- Antonio Enjuanes, Departament d'Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural
- Miguel Ángel García Vera, Confederación Hidrográfica del Ebro