Ayer martes iAgua publico una noticia sobre la publicación de las bases de la 3ª convocatoria del agua urbana, después del éxito de las dos anteriores convocatorias. Una tercera convocatoria que inicialmente cuenta con 50 M€, con posibilidad de incrementarse.
Ahora ya podemos decir que el agua urbana va en primera, segunda y tercera velocidad. El problema lo tenemos en la velocidad que alcanza la digitalización del sector del regadío, porque representa el 80% del uso del agua. Reducir estas diferencias debe ser objetivo del sector del regadío, y también del sector de agua urbana y del resto de la sociedad.
A finales de mayo compartí un post, que de momento acumula 1.533 visualizaciones, y que titulé “Lecciones aprendidas de meses de sequía y PERTE. La Cantidad y la Calidad del agua no Registrada. En el avatar de ese post ya comparaba la calidad y el precio del agua de abastecimiento con el agua para regadío.
En este post voy a comparar un par de Precios del agua relacionados con el agua urbana y otro par relacionados con el agua de regadío. He intentado buscar precios que sean representativos.
Las personas no estamos acostumbradas a trabajar con crecimientos / escalas logarítmicas. En la escala lineal existe la misma distancia entre 5 y 6, y entre 6 y 7. Mientras que en la escala logarítmica existe la misma distancia entre 10 y 100, que entre 100 y 1.000. En esta escala, es más importante el orden de magnitud, donde nos encontramos, que el valor exacto.
1. Agua urbana
En mi post de principios de septiembre compartí el informe de INE donde se podía ver el coste unitario del agua por comunidades autónomas con los datos del 2.022. Así el coste medio se sitúa en valores de 1.92 €/m³, con el valor máximo en Cataluña con 2,96 €/m³ y el mínimo con 1,24 €/m3.
2. Agua embotellada
Si analizamos el precio del agua embotellada en un supermercado podemos encontrar precios que pueden oscilar entre 0,3 €/l y 1,2 €/l, que incluso se pueden llegar a multiplicar por 3 en el caso de que estemos comprando el agua en algún local de ocio. Para ser conservadores considero 0,4 €/litro, que equivale a 400 €/m³. Con esta diferencia de precio, se puede entender las campañas a favor del agua del grifo.
3. Agua de regadío modernizado
En este punto considero agua de regadío presurizado en la que existen bombeos, o agua procedente de nuevos recursos de agua (desalación o agua desalada). Aquí la casuística de precios puede ser muy variada, pero he considerado una concesión de 5.000 m³/ha/año, a un coste de 1.000 €uros, que representa 0,2 €/m³. El agua procedente de desalación puede estar en 0,6 €/m3, y el agua regenerada en 0,3 €/m³. En determinadas localizaciones se dice que “el agua más cara, es la que no se tiene”.
4. Agua de regadío tradicional
La semana pasada se celebró una presentación por parte de la CH Ebro en la que planteaban una reducción de concesiones en los regadíos de la cuenca de un 12 % de media. Durante los días posteriores se han sucedido algunas noticias de la oposición por parte de los regantes.
Para este tipo de regadíos he supuesto una dotación de 9.000 m³/ha/año y un precio de 150 €/ha que equivalen a 0,02 €/m³. Veremos la capacidad de adaptación de estos regadíos tradicionales a la reducción de dotación, porque se establece por los organismos de cuenca, o porque no hay agua en los embalses.
Si representamos en una gráfica con una escala lineal estos cuatro precios, nos encontraremos que el precio del agua urbana casi no se aprecia y que los precios del agua de regadío ya no se aprecian. Por esa razón, en la siguiente figura represento la gráfica en una escala logarítmica. A la escala logarítmica le ha aplicado cuatro símbolos: botella de agua, jarra de agua, aspersores, riego por surcos.


Entre el agua de regadío tradicional y regadío modernizado (bombeos y/o nuevos recursos de agua) hay un ratio x10. Entre el agua urbana y el riego modernizado hay un ratio próximo x10, y entre el agua embotellada y el abastecimiento urbano hay un ratio x100. Así podremos decir que el agua embotellada es 24.000 veces más cara que el agua para producir alimentos. Muy pocas personas en el mundo tienen la capacidad financiera para producir sus alimentos mediante agua embotellada.
La agricultura usa importantes cantidades de agua para producir alimentos, y como no puede ser de otra forma, el precio de los alimentos dependerá del precio del agua para la agricultura.

He consultado algunos datos que tenía de dos CCAA. Una con un precio elevado del agua urbana y con regadíos poco modernizados, aquí el precio del agua urbana es 100 veces superior al precio del agua de riego. He consultado otra CCAA con un precio menor del agua urbana y con un precio superior del agua de riego, y me da un ratio de 15.
La ratio entre el precio del agua de urbana respecto al agua de riego lo podemos considerar como un índice de estrés por el uso del agua. Entre los lectores de mi blog, hay personas con mucha experiencia y datos, y seguro que podrán calcular este valor para diferentes ámbitos territoriales.
Si a este índice le unimos el número de habitantes, zonas urbanas y zonas rurales, que es un variable fundamental para los políticos que toman decisiones, podremos entender las tensiones que se han generado, se generan y se generarán por el uso de agua.
