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El caso español. Agua y bosques: 7 aspectos que tal vez no conozcas (II)

Sobre el blog

Jacobo Maldonado González
Consultor Ambiental y pequeño empresario. Desde 1988, especializado en Uso y Gestión del Medio Natural, y Biodiversidad Urbana. Educador Ambiental. Ingeniero de Montes Asociado a ASEMFO. Asociación Nacional de Empresas Forestales.
  • caso español. Agua y bosques: 7 aspectos que tal vez no conozcas (II)

A continuación seguimos comentando los 3 aspectos que quedaron pendientes en la entrada anterior relativos a la celebración del Día Mundial de los Bosques el 21 de marzo de 2016. Os recordamos que este año estaba dedicado al tema de los bosques y el agua y la oficina de comunicación de la ONU había lanzado una nota informativa de gran éxito entre los medios de comunicación de nuestro país. Sin más dilación empezamos con los tres epígrafes.

5. El cambio climático está alterando el papel de los bosques en la regulación de los flujos de agua, e influye en la disponibilidad de recursos hídricos.

El razonamiento básico es el siguiente. Si el cambio climático está alterando el régimen de precipitaciones y temperaturas, el balance hídrico de un suelo forestal se verá alterado también ya que depende de estos dos factores. Si las temperaturas aumentan la evapotranspiración potencial lo hará también, incrementando la demanda de agua lo que asociado a una disminución de las precipitaciones y una mayor irregularidad de las mismas da como resultado un mayor grado de aridez. Es decir los territorios caracterizados como áridos aumentarán.

El clima mediterráneo es especialmente sensible en este sentido. La duración del estiaje aumentará y la aparición de sequías aumentará su frecuencia previsiblemente. Las masas forestales mediterráneas aprovecharán al máximo hasta la última gota disponible en forma de precipitación primaveral y otoñal. Sin embargo, los recursos hídricos que van a parar tarde o temprano a la red hidrográfica se generan a finales del invierno e inicios de primavera cuando los suelos están saturados. En estas fechas las lluvias acumuladas de otoño e invierno superan la capacidad de retención del suelo y la demanda de agua por la vegetación es muy débil debido a las bajas temperaturas invernales. Es el periodo en el que el agua se infiltra en el subsuelo. En consecuencia la aparición de otoños más secos y más cálidos en los que el balance entre precipitación y evapotranspiración sea inferior al actual será la clave directa en cuanto a la generación de recursos hídricos futuros.

6. Una mejor gestión de los recursos hídricos puede representar importantes beneficios económicos.

En entradas anteriores hemos hablado de la necesidad para nuestro país de desarrollar ciencia y saber en el campo de la selvicultura hidrológica. Definimos como selvicultura hidrológica el arte o la ciencia del cultivo y manejo de los bosques para la provisión de caudales de forma continua y sostenible. Dichos caudales pueden ser destinados a provisión de agua de calidad lo que abarata mucho los procesos de depuración. También es posible conseguir una mayor uniformidad de caudales disminuyendo el número de avenidas e incrementando parcialmente los caudales durante el estío lo que ahorraría caudales en necesidades básicas de embalsamiento (Este es un ámbito prioritario para investigar).

En el ámbito tradicional de la hidrología forestal, los beneficios generados por los bosques sobre los recursos hídricos son más conocidos y evidentes. Quizás el mayor de todos ellos es la disminución del número de avenidas y riadas pero sobre todo la eliminación de arrastres sólidos en las aguas después de fuertes eventos meteorológicos. En este caso, los daños ocasionados son de menor cuantía que en las riadas de lodos y cantos tan espectaculares que sufre el levante español deforestado. Los bosques de cabecera y en pendiente garantizan una mayor duración de la vida útil de los embalses manteniendo durante más tiempo su capacidad de embalsado. Menos conocida es la disminución de las necesidades de dragados en puertos y desembocaduras.

El papel de las masas forestales y sus beneficios económicos relacionados con la gestión de la escorrentía, se puede visualizar de forma espectacular en los paisajes olivareros, donde los suelos desnudos son arrastrados hacia los ríos durante el otoño y el invierno dando lugar a aguas achocolatadas cargadas de limos y lodos. En esos mismos lugares, cuando en vez de un olivar intensivo existe una dehesa ganadera, las aguas de los arroyos que las atraviesan bajan limpias y transparentes, especialmente en comparación con las del olivar. Nos resulta inexplicable como la práctica de mantener los suelos desnudos en los olivares se mantiene todavía en nuestro país (Estamos abiertos a cualquier explicación que nos convenza: “competencia de las herbáceas, facilidad de trabajo, eliminación de plagas,” pero con datos de producción asociados y de daños en las infraestructuras hídricas aguas abajo, en la biodiversidad local e hidrológica,...)

7. Los bosques desempeñan un papel crucial en la creación y el fortalecimiento de la resiliencia.

Primero debemos recordar la definición de Resiliencia. Según la wikipedia, siempre tan socorrida, Resiliencia es el término empleado en ecología de comunidades y ecosistemas para indicar la capacidad de estos para absorber perturbaciones, sin alterar significativamente sus características de estructura y funcionalidad; pudiendo regresar a su estado original una vez que la perturbación ha terminado. Las masas forestales son un ejemplo de ecosistema resiliente. Mucho más si el marco en el que medir esta capacidad es la propia masa: mecanismos tales como el cambio de estructura leñosa de la vegetación, de la composición en especies, de los estratos existentes, de su capacidad de desplazarse altitudinalmente, de su tan señalada y destacada capacidad de crear un microclima interior y un suelo que es parte esencial de esta resiliencia son algunos de sus estrategias resilientes más conocidas.

Las masas forestales tienen importantes mecanismos para favorecer su resiliencia que afectan al entorno en el que se encuentran donde también se favorece esta aptitud. Conceptos tales como pulmón verde de la ciudad, pantalla arbórea, bomba biótica, purificadores de aire, son ampliamente reconocidos por los ciudadanos hoy en día. En relación con los recursos hídricos de nuestro país, en la España Atlántica, los bosques harán que un % mayor del agua recibida en forma de precipitación pase en forma de infiltración a la red hidrográfica atemperando caudales y distribuyéndolos de forma más ventajosa a lo largo del año. En la España mediterránea el papel de los bosques estará más centrado en la protección de la fertilidad de los suelos evitando los arrastres y manteniendo su capacidad de retención de agua, aspecto esencial para los cultivos cuando escasean los recursos hídricos. Cada cm. de suelo perdido conlleva la pérdida de entre 0,5 y 1 litro de capacidad de agua almacenable y disponible para el cultivo. Este es un hecho especialmente relevante para los cultivos de leñosas y arbóreos como la vid, el olivo, los almendros y otros frutales. Si los recursos para riego disminuyen debemos basar la resiliencia de nuestros cultivos en la existencia de suelos profundos. Para ello necesitan la protección de nuestros bosques y de prácticas de cultivos consecuentes y lógicas.

Cumplido mi compromiso sobre esta segunda entrega quedamos a la espera de que surja un nuevo tema.