La tarea del historiador –dice Polibio– no consiste en impresionar a los lectores con el relato de hechos milagrosos o en inventar fábulas más o menos verosímiles… como hacen los autores de tragedias, sino en consignar con precisión cuanto realmente ha sucedido, ya se trate de cosas comunes o de cosas extraordinarias (II, 56, 10)
En un informe del Servicio de Vigilancia de Presas con fecha de 24 de enero de 1979 se indicó que debido a las excepcionales lluvias caídas en estos últimos días (…) la mayor parte de los embalses han pasado de estar vacíos a estar vertiendo. Se resalta para la isla de Gran Canaria que de 1 Hm³ de agua almacenada entre todos ellos, han pasado a 40 Hm³.
Aportamos a continuación el Mapa de Isoyetas Mes de Enero de 1979 (de 50 en 50 litros), realizado por un técnico que, según los que le conocieron, tenía la pluviometría de la isla metida en la cabeza.

Varios temporales continuados dentro del mismo mes. Al ocurrir de forma continuada, se puede considerar en conjunto como un temporal extraordinario. J.G. Jaime González Pérez, 1979 / Topógrafo. Servicio Hidráulico de Las Palmas [Ministerio de Obras Públicas]

[Detalle del mapa] Cumbre central de la isla-montaña de Gran Canaria: > 1.000 litros por m2 en enero de 1979 en la cuenca de la Presa de Cuevas Blancas

La batalla del agua en Gran Canaria tuvo lugar en el siglo XX y dejó importantes páginas de su historia en sólidas y perdurables obras de ingeniería hidráulica, destacando por encima de todas las estructuras las grandes presas de embalse con fábricas de mampostería, de hormigón mamposteado, de hormigón y de materiales sueltos. Hemos registrado 78 grandes presas que fueron construidas entre 1902 - 1984, aunque en la actualidad hay 73 grandes presas en explotación [sin vigilancia de presas].
Estas obras hidráulicas, las grandes presas en explotación, tienen en su mayoría una singularidad de edad y continuidad [fases de construcción y explotación] que merece ser puesta en valor desde un punto de vista cultural e histórico, pero el Cabildo de Gran Canaria ha dejado por escrito que ninguna presa de embalse jamás será declarada Bien de Interés Cultural si tiene filtraciones; pero también merecen ser observadas y analizadas desde un punto de vista de la seguridad. Como ya hemos indicado en otra entrada de blog, el Cabildo y su Consejo Insular de Aguas aceptan el riesgo de rotura o mal comportamiento de las grandes presas mediante la no actuación, aunque llegando a garantizar las condiciones actuales de seguridad de uno de los muros de presa más singulares que hay en la isla: la Presa de Chira [sin vigilancia de presas].
En Gran Canaria, un oasis de montaña con barrancos e interfluvios que tiene población, bienes y medio ambiente aguas abajo de los grandes muros de presa, dicen que llueve por barrancos, pero de vez en cuando las lluvias son excepcionales a escala insular y las presas de embalses pasan de estar vacías a estar vertiendo. A veces durante días.
La puesta en carga de la Presa de Cuevas Blancas tuvo lugar el 15 de febrero de
1956 a las 7,25 de la tarde. La presa estuvo seis días llena y, a tenor de las observaciones del vigilante, hubo un vertido por coronación durante los primeros cuatro días. Este fenómeno debió de ser importante porque las aguas excavaron un cauce a través del gigantesco depósito de escombros que hay aguas abajo de la presa desde su construcción entre 1938 y 1940. En la actualidad este depósito de escombros es Reserva Natural Especial [Espacio Natural Protegido]: depósito que seguirá ahí cuando la ley sea derogada, caiga en desuso o en el olvido.
Existen otras muchas cosas extraordinarias en la isla de Gran Canaria originadas por lluvias excepcionales, como p.e., vertidos por coronación en presas con macizos de coronación en precarias condiciones de estabilidad, pero que ya consignaremos con precisión en otro momento [el tiempo vence a los arqueólogos].
Por último, y para que nadie se ponga nervioso, en Gran Canaria las grandes presas en precarias condiciones de estabilidad no se han roto hasta la fecha por varias razones: porque la cal es lo que tranca y Dios existe. Pero seguimos sin vigilancia de presas, que también es una cosa extraordinaria.