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Presa del Caidero de la Niña (Gran Canaria)

Sobre el blog

Jaime J. González Gonzálvez
Geógrafo contemplativo de presas. Una visión de las obras hidráulicas y no simples definiciones (Gran Canaria / Islas Canarias). Información al público, educación y crítica creadora. © textos y fotografías
  • Presa Caidero Niña (Gran Canaria)

Caidero de la Niña es una presa de embalse de planta recta de 124 m de longitud en coronación ubicada en la garganta terminal de la Caldera de Tejeda: el Barranco de la Aldea. La primera gran presa de hormigón mamposteado construida en Gran Canaria tiene una altura sobre cauce de 46 metros (62 m con cimientos). Su historia la convierte en uno de los monumentos de ingeniería más importantes de las Islas Canarias. 


Barranco de la Aldea

En 1950, los Ingenieros José María Valdés y Díaz Caneja, José Luis Fernández Casado y Manuel Lorenzo Blanc, como vocales de la Asesoría Geológica de Obras Públicas, realizaron una visita a Gran Canaria de cara a la construcción de la Presa del Caidero de la Niña en el barranco más importante, con gran diferencia, de todas las Islas Canarias. Esta visita al Barranco de la Aldea se realizó para dictaminar acerca de las condiciones del terreno donde se iba a construir una presa de embalse que iba a convertirse en un ejemplo bien claro de los beneficios indirectos y cuantiosos que producía en un país una obra bien concebida de aprovechamiento hidráulico. Con la construcción de la presa no sólo se pretendía extender notablemente las tierras de cultivo y mejorar las comunicaciones de la Aldea de San Nicolás con el exterior, mediante la construcción posterior de un “puertito” o el “acondicionamiento o sustitución de la pista del Andén Verde”, sino las del efectivo saneamiento del pueblo al regular y atenuar las avenidas impetuosas del barranco. La situación sanitaria era verdaderamente lamentable debido a que las charcas del barranco eran la causa de un paludismo endémico y la propagación de las infecciones tíficas. La mortalidad infantil alcanzaba la proporción del 40 por 100. 

Es incuestionable el enorme valor cultural que tiene esta presa en la historia de la Aldea de San Nicolás y en la historia de la construcción de grandes presas en las Islas Canarias. A pesar de lo dicho en el parágrafo superior, los arqueólogos del Cabildo de Gran Canaria emitieron un informe desfavorable para evitar que esta magna obra del pasado pudiera ser declarada Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Canarias. Simplemente escribieron que 'NO'  porque sus características modernas en su diseño, construcción y materiales la alejan de las ingenierías históricas o de carácter etnográfico. He aquí, pues, que el Gobierno de la Nación (ESPAÑA) puso todo su empeño en la construcción de esta gran presa de embalse porque la mortalidad infantil en la Aldea de San Nicolás en 1950 era del 40%, además de extender las tierras de cultivo, etc. Y la ejecutarón con esas características modernas porque era la primera construcción de una gran presa en un barranco principal y de hormigón mamposteado, lo que incrementa aún más su valor cultural y técnico.


Visita a las obras en 1953 (FSM)

¿Dónde acaban las ingenierías históricas o de carácter etnográfico en Gran Canaria y empiezan las que no son históricas ni tienen carácter etnográfico? No se puede dejar al exclusivo juicio de un sólo funcionario, por muy ‘experto’ que sea, decir lo que le da la gana en los informes porque no le gustan las obras hidráulicas. Es incomplensible que hasta la fecha no se haya declarado Bien de Interés Cultural a ninguna obra hidráulica de almacenamiento, captación o trasvase, con miles de construcciones que van desde la Mina de Tejeda (500 años de antigüedad) hasta la Presa de Soria (1972). 

Quisiera recordar aquí lo que escribió el investigador y periodista Yuri Millares en su magnífico reportaje LAS PRESAS, ‘JOYAS DE LA CORONA’ SIN RECONOCIMIENTO (2018): Las islas Canarias siguen sin promover a la categoría de Bien de Interés Cultural ni un solo elemento de su rico y numeroso patrimonio hidráulico. Jaime González lo ha intentado como ciudadano entre la incomprensión de los técnicos de varios cabildos. Empezó en 2011 proponiendo como BIC la primera presa de embalse pública construida en Gran Canaria entre 1936 y 1945: la de Cuevas Blancas. La respuesta fue un informe desfavorable del técnico con el argumento de que no está comprobada la construcción de la cimentación. Y ello pese a que aportó como documentación informes técnicos públicos y un sondeo mecánico del SGOP (Servicio Geológico de Obras Públicas) que demuestra la construcción de la cimentación. También aportó un perfil tipo dibujado por la propia constructora de la presa Entrecanales y Távora. A esa le siguieron hasta ocho nuevas solicitudes para otras tantas presas de esta isla, la mayoría de ellas igualmente rechazadas con argumentos peregrinos o poco justificados (San Lorenzo, Soria, Caidero de la Niña, Salvia India y Granadillar). Sí tuvo éxito con sus dos últimas propuestas, las presas de Pinto I y Pinto II, en Arucas, incoadas en 2017 por el Cabildo de Gran Canaria como conjunto, “Las Presas del Pinto”, con la categoría de Monumento. 

Hay que decirlo con todo rigor: los arqueólogos del Cabildo de Gran Canaria incoaron las Presas del Pinto en 2017 porque se había presentado una queja en el Diputado del Común un año antes y lo hicieron tras agotar todo el tiempo que se les concedió para responder, lo que dice mucho del exclusivo juicio del 'funcionario arqueólogo' y del Cabildo de Gran Canaria.   


Presa del Caidero de la Niña (SGOP).

Un poco de historia. La Comunidad de Regantes de la Aldea de San Nicolás le encargó al ingeniero Luis da Casa el diseño de una presa en el Barranco de la Aldea. La cerrada escogida fue en el sitio denominado 'Caidero de la Niña'. El Proyecto, con fecha de 1940, era el de una presa de gravedad de 46 metros de altura con cimientos (40 m sobre cauce), con planta curvada y de mampostería. El acta de reconocimiento y confrontación sobre el terreno y, posteriomente, el acta de replanteo de las obras, tuvieron lugar en 1941. Para acceder a la cerrada bastaba con la construcción de una pista de tierra de tres kilómetros para trasladar obreros, maquinaria y materiales. 


Planta y perfil del proyecto de 1940.

Tras redactarse en 1943 el proyecto del camino de servicio hasta la cerrada Caidero de la Niña, del Ingeniero de Caminos Rafael Ynzenga (autor de la Presa de Tamadaba en el Cortijo de Samsó y del estanque de bóvedas múltiples del Maipez en el Barranco Guiniguada), la constructora Entrecanales y Távora S.A. ejecutó el camino de servicio hasta la cerrada. En 1945 el Director General de Obras Hidráulicas le encargó la redacción urgente de un proyecto de embalse en el Caidero de la Niña al ingeniero Rafael Ynzenga, de la Jefatura de Obras Públicas de Las Palmas. La presa proyectada en 1948, de gravedad, planta recta y de hormigón mamposteado, tenía una altura sobre el cauce de 40 metros y una longitud de coronación de 120 m. El vertedero era de labio fijo y se eligió la zona central del muro de presa. La presa no disponía de desagüe de fondo, proyectandose en su lugar unas galerías taponadas aguas arriba por losas de hormigón armado que habrían de ser voladas en el caso de que se quisiera limpiar de acarreos el vaso o aligerar las cargas sobre la estructura. Esta práctica estaba muy extendida en la isla, no sólo por la escasez de agua, sino porque la tendencia de los diseños y construcción de presas desde principios de siglo había sido esa, la de no diseñar ni construir desagües de fondo, aunque si amplias galerías de limpieza. La Sección de Estudios y Proyectos de la Dirección General de Obras Hidráulicas del MOP hizo modificar algunas partes del proyecto y obligó a realizar un reconocimiento geológico del terreno. El proyecto modificado fue enviado en 1949. El 1950 se redactó el informe geólógico de la cerrada y vaso por parte de la Asesoría Geológica de Obras Públicas, pero sin llevar a cabo sondeos ni prospección alguna. El proyecto fue aprobado definitivamente en octubre de 1949. Las obras fueron adjudicadas a la constructora Cimentaciones y Obras S.L. en 1950. Al iniciarse las excavaciones del cimiento se comprobó que era necesario profundizar más de lo previsto para alcanzar la roca sana. Las excavaciones, el incremento de hormigón, las estructuras auxiliares, etc., hicieron que en 1954 se redactara por Rafael Ynzenga un Proyecto Reformado.


Perfil tipo Caidero de la Niña.

Los inviernos de la primera mitad de la década de 1950 fueron muy lluviosos, y al igual que en las obras de las presas de Chira y Ayagaures, en Caidero de la Niña hubo daños provocados por las avenidas que retrasaron las obras. La Presa del Caidero de la Niña se terminó de construir en febrero de 1957. Su puesta en carga tuvo lugar en 1960. 

Caidero de la Niña en construcción (FGV).

En 1960 el ingeniero José Luis Fernández Casado redactó una nota informativa acerca de la Presa del Caidero de la Niña donde añadió que la presa tiene 40 metros de altura, es de gravedad, planta recta, aliviadero central y dispone de 3 galerías de inspección situadas en un plano vertical próximo al paramento de agua arriba. Y que la presa presentaba acusadas filtraciones por las juntas longitudinales, a través del hormigón (especialmente por las juntas de trabajo) y algunas de menor importancia por la ladera izquierda, en las proximidades del estribo. En enero de 1964 el ingeniero de Vigilancia de Presas de Canarias, Manuel Alonso Franco, visitó la Presa del Caidero de la Niña por primera vez y en su nota informativa comentó que Caidero de la Niña era una presa de construcción reciente, que se apartaba de la construcción clásica de presas de las islas, y que respondía a una concepción más moderna. 


Caidero de la Niña con embalse lleno y vertiendo (FSM)

Entre las diferentes singularidades que determinan los notorios valores históricos que tiene la Presa del Caidero de la Niña, debemos resaltar su calificación como la primera de este tipo en el Archipiélago por su concepción moderna y construida íntegramente con hormigón mamposteado. No cabe duda de que es una de las presas canarias de mayor envergadura. Otra obra del pasado que genera asombro, admiración, fascinación e interés. Soy de los que postulan que debería de ser declarada monumento de ingeniería por su valor histórico, funcional, cultural, etc. Caidero de la Niña es una presa de titularidad pública gestionada por la Comunidad de Regantes de la Aldea. Cerrar por primera vez en las islas un barranco principal, el más extraordinario de toda Canarias, convierte a la Presa del Caidero de la Niña en una de obra hidráulica de gran interés cultural, diga lo que diga el funcionario arqueólogo del Cabildo Insular de Gran Canaria. Caidero de la Niña es una construcción notable, potente, colosal, grande y extraordinaria. 

Expresión personal.


Relación del hombre con la Naturaleza.

Caidero de la Niña (SGOP).