Caminar desde la Presa de Chira hasta la Presa de Soria no es un espectáculo singular de la Naturaleza, sino una contemplación intelectual de obras hidráulicas de mampostería o de hormigón. De todas las rutas posibles la más sencilla es la que parte desde el camino de coronación de la Presa de Chira y cruzando el Lomo de la Palma acaba en la 'catedral' de la Mesa de Soria. Esta ruta familiar es suficiente para contemplar tres muros de presa diferentes, escombros, estanques, presas de derivación, cuevas, canteras, obras auxiliares, el Chalet y lo demás. Lo único que todavía no se puede observar es la 'ranura longitudinal' estrecha y profunda que hay delante del muro de Chira, bajo los escombros y acarreos del barranco.
Caminar desde Chira Presa hasta la Mesa de Soria supone la contemplación pura de la realidad frente a lo inventado: espacios naturales protegidos, reserva de la biosfera, zonas de especial conservación, etc. Para propios y extraños la imagen del mundo que hay entre la Presa de Chira y la brutal contemplación de la bóveda de Soria desde 'lo alto' es lo que se puede ver: terreno, obras hidráulicas, escombros, canteras y lo demás. El hecho extraño es lo que se crea en la ciudad -las figuras de protección medioambiental- mientras que la contemplación real sucede en el lugar, en el espacio, desde el estribo izquierdo de la vieja Presa de Chira hasta el veril de la sólida Mesa de Soria.
Frente a lo que es artificioso y efímero -los pedantes lo llaman ordenación medioambiental- se impone la geografía de lo construido, su pertenencia al tiempo y su belleza. Si es bello todo aquello que produce agrado o admiración, en 'lo alto' del Lomo de la Palma la contemplación real de un fenómeno espacial nuevo produce desagrado: pista de tierra herida visible del Proyecto Chira-Soria [ahora de REE].
La pista de tierra herida visible del Proyecto Chira-Soria [ahora de REE] parte desde la Presa de Manuel Navarro en Cañada Honda y llega hasta la cima llana de la Mesa de Soria. Contemplar ahora la única presa bóveda de Canarias desde la Mesa de Soria es más fácil con la pista de tierra de una central en caverna que nunca termina de llegar al lugar. Mientras los pedantes de la ordenación medioambiental insular presumen de crear nuevos espacios naturales protegidos y más centros de interpretación del patrimonio arqueológico, la ruta de las presas Chira - Soria nos permite contemplar y poner en valor las presas construidas, las canteras ejecutadas, las obras auxiliares que permanecen, los estanques 'en alto', los canales de Chira y de las Niñas, el 'charco' actual de la Presa de Soria y todo lo demás. La contemplación de lo que es real -muros de Chira y Soria y lo demás- se impone a esa hipótesis de central en caverna: teoría producto de la pasión política más que de la técnica. Con un sentido seguro de los hechos: una concesión otorgada en el pasado garantizando las condiciones actuales de seguridad de la vieja Presa de Chira, cuando no hay vigilancia de presas en Gran Canaria, ¡no es normal! Hasta la fecha tenemos una 'concesión extraña', un proyecto económico [ENDESA], una modificación sustancial del proyecto menos económica [REE], una pista de tierra que se hincó en el terreno para poder llegar con maquinaria hasta la Mesa de Soria y una 'ranura longitudinal' estrecha y profunda a los pies de la Presa de Chira bajo los escombros y acarreos del barranco. Vaya piñata.
Expresión personal.