Hay que esperar a los años de abundantes precipitaciones para disfrutar de la Presa de Cuevas Blancas con embalse, pero es incuestionable que sin agua cualquier visitante también se estremece ante un paisaje cultural que tiene 80 años de historia. El pasado sábado 25 personas visitaron el escenario cultural de la primera presa pública construida en la isla: fue el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Durante algunas horas los senderistas habituales comprendieron con sensibilidad las características piroclásticas del terreno, la cerrada donde se construyó el muro, la altura visible e invisible de la estructura, la calidad de la cimentación misteriosa, la magnitud del vaso y el resto de las figuras que surgen y desaparecen según la orografía y el decorado: manchas de pinar y matorral. Ahora bien, lo que más asombro causó a los ciudadanos fue la hectárea de escombros que desde la presa se extiende con rotundidad hasta el cauce natural del Barranco de la Caldera [de los Marteles]. La escombrera natural especial de los Marteles tiene historia, es un fenómeno espacial con geografía propia y está protegida. Fue un descubrimiento para todos caminar 160 metros de escombrera pero valió la pena para contemplar el Barranco de la Caldera.
Tras visitar el albergue construido por Entrecanales y Távora S.A. hace 80 años con ladrillos de 85.000 años, los visitantes recorrieron el camino de servicio hasta llegar a la presa. Dentro del museo de Cuevas Blancas los naturalistas urbanos pudieron contemplar y valorar el terreno herido por la cantera, los estribos inacabados del muro, el canal con fábrica o excavado, las cuevas blancas, el coladero [estanque], la belleza de la mampostería careada con el trabajo artístico de sus juntas, los almendrones de la coronación del muro, el paramento de aguas abajo con sus mampuestos salientes y la magna escombrera. Todos entendieron la cimentación ejecutada: obra singular negada por los arqueólogos del Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de la Gran Canaria. Los perfiles tipo de lo ejecutado hace una vida y los datos del Servicio Geológico de Obras Públicas de 1971 dejan claro que los arqueólogos mienten: ideología frente a realidad.
Para poder construir el muro la obra necesitaba agua para los obreros y agua para las hormigoneras. El croquis dibujado hace 80 años lo dice todo:
"En la ejecución de las obras se observarán los principios de buena construcción y todas las precauciones necesarias para la seguridad de los obreros bajo la responsabilidad del concesionario. Los productos de las excavaciones se depositarán en los puntos que se juzguen convenientes para evitar perturbaciones en el régimen de los barrancos y perjuicios a los intereses particulares." Tenemos una gigantesca escombrera protegida en la cumbre de la Gran Canaria que tiene historia: la ejecución de la cimentación de este muro inacabado con paramentos que engrandecen el paisaje. Realidad.
La Presa de Cuevas Blancas tiene utilidad estética y es una de las obras hidráulicas de gran interés cultural de la Gran Canaria. Que los arqueólogos no te confundan con su ideología porque Gran Canaria tiene obras hidráulicas propias con informes y dibujos técnicos que tratan de la realidad. La cimentación ejecutada en Cuevas Blancas no es una quimera. Aquí les dejo el perfil tipo firmado en 1945 por un ingeniero hidráulico especializado en diseño y ejecución de presas que deja bien claro la cimentación ejecutada por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para construir una presa con 24 m de altura sobre cauce. La Corporación Insular no tiene alma: expediente BIC 03/2011. Justicia.
Agradecimiento a Cartográfica de Canarias S.A. (GRAFCAN) por la cesión de la fotografía aérea de 1961 donde se aprecia el cauce excavado por las aguas tras la puesta en carga de la presa en febrero de 1956. La presa inacabada de Cuevas Blancas cumplió entonces con su función, sigue en explotación y está relacionada con la magna ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Cuevas Blancas presa es una obra útil -paisaje-, sólida y bella.
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Expresión personal.
