Las políticas de aguas en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Andalucía estarán muy influidas en 2015 por el cumplimiento taxativo de la Directiva Marco del Agua. Los factores que condicionarán su cumplimiento estarán marcados por la evolución de la depuración de aguas aún pendiente, de las demandas en el abastecimiento urbano y la reutilización, de los requisitos normativos de calidad y el fomento de la eficiencia, por la demanda de participación y transparencia en la gestión y, por las tendencias de los organismos competentes hacia un modelo de sostenibilidad y gobernanza.
En Andalucía, los servicios de aguas municipales vienen poniendo su acento en el cuidado y gestión de este bien común, con objetivos de sostenibilidad económica, social y ambiental del ciclo integral del agua. En el plano económico, el agua es elemento clave en los dos principales motores económicos de Andalucía. Por un lado, la agricultura, con una demanda media de recursos superior al 80%. Y por otro, el sector turístico, de mayor incidencia en el PIB. La gestión adecuada de los recursos hídricos es por tanto, una pieza fundamental en el crecimiento económico de la comunidad.
Impulsar la coordinación y aunar criterios son pasos decisivos para superar las brechas de gobernabilidad multinivel en las políticas del agua
Sin embargo, y a pesar de los grandes avances en la gestión de los servicios de aguas, el panorama institucional no es el más apropiado y hay que reconocer aún queda mucho por hacer para superar un marco regulatorio tan disperso.
Impulsar la coordinación y aunar criterios son pasos decisivos para superar las brechas de gobernabilidad multinivel en las políticas del agua. Uno de los retos que habría que afrontar con urgencia es la creación de un marco estable para la gestión del recurso con la representación de todos los actores pertinentes. La gestión de agua debe pensarse desde el servicio a la ciudadanía del presente y para las generaciones futuras. Desde la Asociación de Abastecimientos de Agua y Saneamientos de Andalucía, apostamos por ello y seremos el motor para impulsarlo.
No obstante, hay que reseñar que la depuración de las aguas residuales urbanas está en una situación crítica. A pesar de los esfuerzos de inversión de los municipios andaluces, el panorama es más que preocupante con pequeños servicios con amplias carencias y numerosas aglomeraciones urbanas sin infraestructuras de depuración. Bruselas, ya ha sancionado a España en tres ocasiones por incumplimiento de la normativa vigente. Si no se toman medidas estas sanciones pueden llegar a ser millonarias.
A pesar de los incontestables avances en la construcción de infraestructuras, es un reto por culminar y, nos exige trabajar más que nunca. Se trata de una preocupación compartida porque sólo la conservación y mejora del agua y de sus ecosistemas son garantía para de un ordenado desarrollo económico y social.
En este marco de actuación, ASA-Andalucía, que representa a las empresas que abastecen al 95% de la población andaluza, se ha puesto a disposición de la Administración mediante un proceso de participación activa, sin titubeos, para impulsar las infraestructuras que permitan a las entidades locales ejercer sus competencias.
En Andalucía, los servicios de aguas municipales vienen poniendo su acento en el cuidado y gestión de este bien común
Y en este sentido, dado que la financiación pública de esta infraestructura con el canon de depuración, no está dando los resultados esperados, habrá que investigar en otras fórmulas de financiación, público-privada, que permita hacer frente con garantías a las exigencias de la Unión Europea.
La experiencia acumulada en los avances en el abastecimiento debe servirnos de estímulo para la consecución del gran reto de la depuración. Fuimos capaces de cambiar de modelo de gestión sustituyendo uno original basado en la oferta por otro fundamentado en la gestión de la demanda.
En este sentido tenemos que seguir insistiendo en impulsar un nuevo cambio de percepción ciudadana donde tan importante como el ahorro y la eficiencia sea el compromiso de que el agua vuelva a la naturaleza en un estado de calidad suficiente y satisfactorio.