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Agua y cambio climático en Colombia: El paradigma entre el exceso y la escasez

Sobre el blog

Jhoanna Cifuentes Gómez
Comunicadora de la Agencia Joven Internacional de Noticias y facilitadora internacional para la Región Andina de Red+vos. Investigadora en Klimaforum Latinoamérica Network-KLN y fundadora de la ONG ClimaLab.
  • Agua y cambio climático Colombia: paradigma exceso y escasez

Lluvias torrenciales, sequías extremas, inundaciones, deslizamientos, falta de acceso a recurso hídrico, son evidencia del paradigma existente entre el exceso y la escasez del agua

Colombia es considerado uno de los países más vulnerables al cambio climático cuyas características físicas, geográficas, económicas, sociales y ecosistémicas, contribuyen a que contemos con muchas ventajas pero también con varias amenazas relacionadas con el recurso hídrico.

Muchas de las consecuencias asociadas al cambio climático y al aumento de la temperatura global tienen una estrecha relación con el agua, que en el caso de este país se refieren principalmente a: disminución o aumento de las lluvias, incremento de sequías y desertificación, inundación y deslizamientos, aumento en el nivel del mar, derretimiento de nevados y retroceso de páramos.

Por ello, resulta de gran importancia producir información y conocimiento sobre los efectos del cambio climático a nivel nacional donde encontramos que diversos estudios se han enfocado a este propósito entre los que se destacan: el Mapa de Riesgo e Inundaciones de Colombia, los Nuevos Escenarios de Cambio Climático para Colombia 2011-2100 y el Análisis de Vulnerabilidad y Riesgo por Cambio Climático en Colombia.

De acuerdo al Mapa de Riesgo e Inundaciones, 22 Departamentos y 27 municipios del país presentan vulnerabilidad ante estos fenómenos estando el 28% del territorio nacional (79 municipios) en riesgo por inundaciones y 31 % expuesto a amenazas alta y media por movimientos en masa, asociados a crecientes súbitas.

Por su parte, el documento de ‘Nuevos Escenarios de Cambio Climático para Colombia 2011-2100’ muestra la forma en que el país se vería afectado por el aumento de la temperatura y la variación en los regímenes de lluvia en los distintos departamentos y a nivel nacional, en tres periodos de tiempo: 2011-2040, 2041-2070 y 2071-2100.

Según este informe, para fin de siglo (año 2100) se espera que:

  • La temperatura media anual aumente en 2.14°C a nivel nacional, encontrando los mayores aumentos en los departamentos de Arauca, Vichada, Vaupés y Norte de Santander.
  • La precipitación media disminuya entre un 10 y un 30% en cerca del 27% del territorio nacional, viéndose más afectados los departamentos de Amazonas, Vaupés, sur del Caquetá, San Andrés y Providencia, Bolívar, Magdalena, Sucre y norte del Cesar. Si el valor llega a 20% unas 18’210.345 hectáreas se verían afectadas a causa de la sequía.
  • La precipitación media aumente entre un 10 y un 30% en alrededor del 14% del territorio nacional, especialmente en Nariño, Cauca, Huila, Tolima, eje cafetero, occidente de Antioquia, norte de Cundinamarca, Bogotá y centro de Boyacá. Si el valor llega a 20% unas 10’535.436 de hectáreas se verían afectadas a causa de las inundaciones.

Adicional, el ‘Análisis de Vulnerabilidad y Riesgo por Cambio Climático en Colombia’ presenta resultados a nivel departamental y municipal, revelando que el 100% de los municipios de Colombia son vulnerables y tienen algún nivel de riesgo por cambio climático. Los valores más altos se encuentran en los departamentos de San Andrés y Providencia, Vaupés y Amazonas.

Algunas cifras indican que el 21.3% del territorio presenta condiciones no favorables para afrontar la amenaza de cambio climático, el 15.5% de los municipios están en los rangos de Vulnerabilidad Alta y Muy Alta y la mayor parte del territorio tiene una baja capacidad adaptativa, lo que significa que tendrán dificultades para ajustarse y recuperarse ante los efectos negativos del cambio climático, donde el uso y disponibilidad del recurso hídrico es uno de los componentes de análisis.

Así mismo, se resalta la amenaza relacionada con el ascenso del nivel del mar, que a nivel global se espera que en el peor escenario sea de 18 cm para el 2040 y de 40 cm para el 2100. Los departamentos de San Andrés y Providencia, Magdalena, Atlántico, Bolívar, Chocó y Valle del Cauca son los que presentarán mayor compromiso de pérdida de parte de su territorio a causa de este fenómeno.

Los anteriores datos demuestran que el aumento de la temperatura y el comportamiento de las lluvias no será el mismo en todas las regiones de nuestro país, pero sí provocarán efectos negativos relacionados con el exceso y escasez de agua en todo el territorio, por lo que las medidas para hacer frente a sus consecuencias deben ser diferentes para cada región.

Nevados y páramos en peligro

El derretimiento de los nevados y el retroceso de los páramos representan una especial amenaza frente a la disponibilidad y suministro de agua, encontrando además que ambos ecosistemas pertenecen a la Alta Montaña, considerado uno de los territorios más vulnerables al cambio climático.

Según el IDEAM el aumento de la temperatura global en el último siglo provocó la pérdida de ocho nevados en Colombia, quedando sólo seis en la actualidad, cuya superficie ha disminuido significativamente, siendo el volcán nevado Santa Isabel el más afectado con una pérdida del 65%. Los nevados cumplen el papel de indicadores del aumento de la temperatura global, ayudan a regular la temperatura de ecosistemas anexos como los de páramo y realizan un aporte hídrico para una parte de la población que, aunque en el caso de Colombia es bajo (entre el 3 y el 5% del aporte total de la cuenca de alta montaña), su pérdida representaría una amenaza para algunas comunidades que dependen de ellos.

En contraste, los páramos abastecen de agua al 70% de la población colombiana, lo que es posible gracias a su capacidad de almacenamiento y regulación, lo cual se evidencia en que durante los episodios de precipitación son capaces de retener entre el 80% y el 90% del agua, que posteriormente se libera lentamente durante la época seca dando origen a un gran número de lagunas, quebradas y ríos, siendo de especial importancia ante los eventos de aumento y disminución de las lluvias. Incluso se estima que cada metro cuadrado de páramo puede producir 1 litro de agua por día, convirtiéndolos en ecosistemas indispensables para la vida.

Las principales amenazas para estas fuentes de agua son que a consecuencia del aumento de la temperatura global la zona de páramo ascendería perdiendo gran parte de su extensión, su suelo y vegetación se podría secar y sumado a esto, se han visto altamente afectados por actividades económicas como la ganadería, la minería, la agricultura, las plantaciones forestales y la expansión urbana.

La afectación de estos ecosistemas podría contribuir a intensificar el estrés hídrico y limitar el acceso a dicho recurso en un país donde a pesar de ser considerado el sexto con mayor oferta hídrica en el mundo, el 50% del recurso hídrico es de mala calidad y sólo el 60% de la población tiene acceso a agua potable.

Exceso vs. Escasez

Lluvias torrenciales, sequías extremas, inundaciones, deslizamientos, falta de acceso a recurso hídrico, son evidencia del paradigma existente entre el exceso y la escasez de agua en Colombia, reflejado en algunos hechos que hemos vivido en los últimos años.

A inicios de este año en Mocoa luego de una torrencial lluvia, tres ríos se desbordaron provocando la muerte de 316 personas y la desaparición de al menos 173, siendo considerada una las peores tragedias naturales en la historia reciente del país. En abril de este mismo año, la ciudad de Manizales sufrió varios deslizamientos de tierra ocasionados por las lluvias que dejaron 17 muertos, 79 viviendas colapsadas y decenas de damnificados. Además, hoy por hoy el municipio de La Calera (Cundinamarca) se encuentra en alerta de avalancha por las fuertes lluvias por lo que al menos 35 familias han sido evacuadas.

Además, podríamos recordar otros sucesos alarmantes como:

  • La ola invernal 2010-2011 que dejó más de dos millones de damnificados, miles de víctimas mortales y desaparecidas, además de daños económicos innumerables.
  • La fuerte sequía en el departamento del Casanare en el 2014 que provocó la muerte de miles de animales, arruinó cultivos y afectó el abastecimiento de agua de la región.
  • Los más de 5000 niños Wayuu que han muerto en los últimos años en La Guajira a causa de la fuerte sequía y la dificultad de acceso al agua.

Varios expertos coinciden en que los fenómenos meteorológicos extremos sumados a la afectación de los ecosistemas (principalmente al cambio en el uso del suelo) fueron los principales causantes de estos eventos trágicos, que sin duda nos dan un mensaje de alerta.

¿Estamos preparados?

El anterior panorama no es diferente en muchos países de Latinoamérica, lo que implica la necesidad de que nuestros países fortalezcan sus acciones para enfrentar los efectos del cambio climático, en las que se destacan aquellas relacionadas con la gestión del agua, la protección de las fuentes hídricas y de ecosistemas estratégicos como los páramos, el mejoramiento de los mecanismos de prevención, atención y gestión del riesgo de desastres, y las estrategias de adaptación al cambio climático.

Además, se debe continuar generando información y conocimiento sobre la relación entre el agua y el cambio climático, que permita apoyar la toma de decisiones de las instituciones, los sectores, las regiones y demás interesados.

Pero para lograr mejores resultados, será indispensable la inclusión de las comunidades locales, quienes deben ser reconocidos como actores fundamentales para la construcción de una visión de territorio donde el agua juega un papel fundamental para enfrentar los desafíos que el cambio climático, los eventos climáticos extremos y las actividades humanas, traen consigo.


Publicado originalmente en Las2Orillas