Redacción iAgua
Connecting Waterpeople
GS Inima Environment
Molecor
Sivortex Sistemes Integrals
Amiblu
Confederación Hidrográfica del Segura
TecnoConverting
IAPsolutions
Filtralite
DATAKORUM
Catalan Water Partnership
Fundación Biodiversidad
FLOVAC
Baseform
Hach
AMPHOS 21
Lama Sistemas de Filtrado
Sacyr Agua
Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
Red Control
FENACORE
Fundación Botín
SCRATS
Hidroconta
Grupo Mejoras
HRS Heat Exchangers
Laboratorios Tecnológicos de Levante
ISMedioambiente
J. Huesa Water Technology
Likitech
Cajamar Innova
Centro Nacional de Tecnología de Regadíos (CENTER)
Minsait
Agencia Vasca del Agua
AGS Water Solutions
ADECAGUA
KISTERS
ICEX España Exportación e Inversiones
RENOLIT ALKORPLAN
Idrica
Rädlinger primus line GmbH
Global Omnium
Xylem Water Solutions España
Almar Water Solutions
Fundación CONAMA
Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia
CAF
TRANSWATER
TEDAGUA
ACCIONA
Vector Energy
Asociación de Ciencias Ambientales
Innovyze, an Autodesk company
LACROIX
Aqualia
s::can Iberia Sistemas de Medición
Ingeteam
Schneider Electric
Barmatec
ESAMUR
Saint Gobain PAM
AECID
ONGAWA

Se encuentra usted aquí

Hablemos del Tajo

  • Hablemos Tajo

Hay dos Tajos: el que llega hasta Aranjuez, escaso y relativamente limpio, y el que algo más abajo nace en el encuentro de aguas con el Jarama, mucho más caudaloso, que aporta agua sin oxígeno y contaminada con nitrógeno y fósforo.

Los 6 metros cúbicos por segundo que el río tenía garantizados en Aranjuez se van a convertir, paulatinamente, en 7 (este año), 8 (en 2026) y 8,6 en 2027.

El Tajo ya tiene lo que quería: una garantía de más agua a riesgo de una reducción del trasvase. ¿Va a resolver eso los problemas de la cuenca? No lo creo. Eso requiere medidas internas de las que apenas se ha hablado. Y tampoco he leído argumentos sólidos que justifiquen ese incremento de caudal, pues a partir de Aranjuez el Tajo es otro río, al que no le falta agua.

El Plan Hidrológico del Tajo, recientemente aprobado y con vigencia hasta el 2027, dice que, entre el Tajo y el Tajuña, las demandas en cabecera del río son de 800 Hm³/año, que incluyen los 320 del trasvase a la cuenca del Segura. La zona regable con agua concedida en esa zona con una dotación anual de 12.000 m3/Ha es la del canal de las Aves, con una superficie de 3.571 Has y se prevé duplicar la superficie regable con la concesión de agua a las zonas de la Real Acequia del Tajo y Caz Chico Azuda también con dotaciones de 12.000 m³/Ha.

En su conjunto, el Tajo tiene 90.000 Ha de regadío con dotaciones de agua superiores a 8.000 m³/año. El propio plan reconoce que hay que reducir las dotaciones, pero sus previsiones son las que son, y solo en cabecera, regar esas zonas, supone 84 Hm³ anuales de agua, de las que la mitad ya están concedidos. Si se considera que un caudal constante de 1 m³/seg equivale a 31,5 Hm³/año, los 6 m³/seg de caudal suponen 183 Hm³ anuales de garantía que se van a convertir en 265 Hm³ que deberá aportar la cabecera del río en 2027.

En el Alto Tajo dicen que no tienen nada en contra de Murcia, pero que ellos también necesitan el agua. Sucede que la dotación de agua por hectárea en el Tajo es, en promedio, tres veces mayor que en el Levante, y su productividad muy inferior.

Si se tiene en cuenta que el agua es un recurso público del Estado y no una propiedad de las cuencas o de los regantes, hay mucho trabajo pendiente para poder hablar en términos de autoridad moral.

Dicho de otra manera, no es lo mismo pensar en el río que en la aplicación eficiente del agua. Es de suponer que ese será el espíritu con que se aplicaran los planes de mejora de regadíos previstos en la Ley de Aguas de Castilla-La Mancha.

Pero vayamos al trasvase. Hasta la actualidad, el volumen medio transferido ha sido de 320 hectómetros cúbicos anuales. Eso equivale a un caudal constante de 10 metros cúbicos por segundo, es decir, menos de una tercera parte de la aportación media habitual del Jarama, cuyos caudales suelen pasar de los 30 metros cúbicos por segundo.

¿Qué significa elevar el caudal ecológico en 1 m3/seg? Supone una garantía adicional para el río -no para la agricultura de la cuenca- de 31,5 Hm³/año. Ese es el riesgo para los agricultores del Levante. En la perspectiva temporal del Plan hasta el 2027, la elevación progresiva del caudal circulante en el Tajo hasta 8,6 m³/seg supone un riesgo máximo de 82 Hm³/anuales que no se trasvasarían en el año horizonte. Hablo en términos de riesgo, no de reducción real del agua trasvasada, que bien podría ser cero si la lluvia acompañara, como ya ha sucedido en enero. Es decir, el trasvase real va a depender de la pluviometría en la cabecera del río. También de que en esa zona se mejore la eficiencia del riego sin aumentar la superficie regada. Si debe haber competencia entre territorios, lo equitativo sería que lo fuera en términos de igualdad.

En mi opinión, el riesgo real para la agricultura levantina está en el límite establecido para la cantidad de agua embalsada en Entrepeñas y Buendia: si el agua embalsada en el sistema es inferior a 400 Hm³, no se va a trasvasar agua. Ese es el foco del problema, que estratégicamente nos enfrenta al cambio climático: la rapidez con que se va a manifestar en la pluviometría y la capacidad de adaptación de nuestra agricultura a los nuevos escenarios.

A partir del Jarama, el trasvase queda relativizado como problema. Allí la gran cuestión de la cuenca es el correcto tratamiento de las aguas residuales de la Comunidad de Madrid para asegurar la vida del río y una calidad adecuada del agua para los usos previstos.

En el contexto actual me parece que el coste del agua no es el mayor de los problemas de nuestra agricultura ni para ningún negocio. Está estudiado, los problemas son muchos y algunos muy superiores al coste del agua que recibe la presión porque, eso sí, es el único recurso público en juego. Los demás, energía, agroquímicos, semillas, tecnología, comercialización, etc., son recursos de mercado. Sus precios se han movido mucho y se han trasladado sin más a los precios de los alimentos.

El discurso político que se ha generado como respuesta ha sido lamentable: ratonero y chato, basado en supuestas normas comunitarias, en sentencias que no vienen a cuento de nada y en agravios comparativos. Las decisiones de asignación de agua pertenecen estrictamente al ámbito de la política y es ahí donde deben resolverse con claridad y sentido estratégico. Es una simple cuestión de equidad y eficacia en la administración de un bien público.