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Carta a una pareja de extraterrestres en 2090

Sobre el blog

Jorge Castañeda Pastor
Activista multi-causa. Aquí me muevo por los derechos humanos al agua y el saneamiento
  • Carta pareja extraterrestres 2090

Muy extraterrestres míos:

Permítanme, ya que es posible que dada la fecha de su llegada yo ya no esté por aquí o no esté en mi mejor momento físico y mental, que imagine su nombre. Les llamaré señora y señor Blef. Si no pillan la broma o el enlace anterior no funciona, busquen a mis hijos (sin asustarles, por favor). Seguro que se acordarán del cuento.

Les escribo esta carta 72 años antes de que puedan leerla. Y lo hago en iAgua por dos motivos. El primero por el tema del que les quiero hablar, el agua y el cambio climático. Y segundo, porque, conociendo cómo ha ido creciendo y renovándose desde sus inicios la que hoy conocemos como la plataforma referente en relación al H20, estoy seguro de que, para cuando ustedes lleguen, seguirá en plenas facultades comunicativas.

Mentes privilegiadas como las suyas, que han conseguido llegar a través del espacio hasta nuestro planeta, habrán deducido fácilmente que les escribo desde 2018. Estamos en mayo (si no saben qué es, -y para otras dudas sobre este mundo- les recomiendo Wikipedia o Google o sus sucesores) y ha habido una buena tormenta esta tarde. Olía a tierra mojada, un olor que me devuelve a mi infancia. Cuando era pequeño las tardes de truenos y relámpagos eran habituales por estas fechas. Ahora ya no tanto, de hecho hacía años que no teníamos una primavera tan tormentosa (o al menos eso me ha parecido a mí).

Las tormentas sólo son uno de los ejemplos de que el clima está cambiando. Y no es algo que nos pille de sorpresa. Como les decía, les escribo casi cumplidas las dos primeras décadas del s. XXI. y desde hace mucho venimos hablando como sociedad del cambio climático. Pero no parece que estemos haciendo todo lo que deberíamos, pese a que las señales de alarma y los avisos empiezan a ser más que preocupantes.

Por más vueltas que le he dado, no logro entender el por qué de nuestra inacción o de nuestra acción insuficiente, relativa. Es posible -podría ser una teoría válida- que no seamos tan sapiens como creemos. A lo mejor deberíamos llamarnos homo “egoistens” u homo “cómodens”. Lo digo porque parece que nos importa muy poco lo que le ocurra a las generaciones futuras y preferimos seguir con nuestro modelo de vida pese a que nos han dicho una y mil veces que es totalmente insostenible.

O quizá no es que seamos cómodos, sino que nuestro comportamiento sea más propio del… ¿Homo “borreguens”? Permítanme una breve explicación: aquí decimos que alguien es un borrego cuando se deja llevar fácilmente por cualquier corriente. Lo somos. La mayoría vamos por la vida siguiendo el dictado de empresas y marcas, sin cuestionar a dónde nos lleva el sistema y ni siquiera si este modo de vida nos hace felices. Pensándolo bien puede que homo “borreguens borreguens” sea el nombre más adecuado, porque a todo lo demás hay que sumar que nos dedicamos a elegir como gobernantes a negacionistas del cambio climático como Donald Trump o Mariano Rajoy.

Sí, señor y señora Blef, así estamos, así que el futuro, cuando ustedes visiten el planeta, pinta negro. Parece que en 2050 alrededor de 3.000 millones de personas sufrirán escasez de agua, no sabemos cuántos serán en 2090 pero previsiblemente bastantes más. Es decir, que cuando pasen por aquí verán grandes espacios en los que millones de personas vivirán muy poco dignamente.

Si se dejan caer por la Península Ibérica, la zona del planeta en la que vivo, verán que su mitad sur, todo por debajo de Lisboa, es un desierto. Es casi seguro, por tanto, que cuando vengan, no puedan darse un baño en La Caleta, en Cádiz, después de una buena ración de pescaíto frito con una cerveza bien fría. Vayan ustedes a saber por dónde estará el nivel del mar en 2090. Tampoco podrán bañarse en el agua helada de la Poza Honda del Río El Bosque, ni podrán visitar el pinsapar unos kilómetros más allá. En Sierra Nevada no podrán hacer una guerra de bolas de nieve y no podrán deleitarse con la imagen del agua en los aljibes de la Alhambra. Cuatro o cinco ejemplos de las maravillas que ustedes no disfrutarán.

Deberían haber sido más rápidos. O quizá no sea necesario. Puede que nos demos cuenta de que el señor y la señora Blef somos cada uno de nosotros y nosotras, nuestros hijos e hijas o nuestros nietos y nietas. Quizá entonces pensemos que definitivamente tenemos que tomar las riendas del asunto y cambiar.

Como siempre el futuro está en nuestras manos. Lo que vean ustedes, sean extraterrestres o nuestros descendientes, dependerá de lo que hagamos hoy, mañana y pasado.

Muchos y muchas estamos intentando que sea parecido a lo que hoy conocemos. Ustedes verán quién ganó la partida.

Un saludo si su cara es verde y un abrazo si son mis familiares