En mi post anterior escribía sobre algunos de los retos que deberían marcar la agenda sobre agua, saneamiento e higiene en los próximos años, es decir, sobre algunas de las cosas que quedan por hacer. Para no centrar siempre el discurso en lo negativo, también hay que decir, que en los últimos años se han conseguido bastantes logros en esta materia (esto significa que sí se puede). En la siguiente imagen recojo algunos de los alcanzados entre 1990 y 2015:

No está de más llegados a este punto recordar las metas del objetivo de desarrollo sostenible número 6 (Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos):
- Para 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable, a un precio asequible para todos.
- Para 2030, lograr el acceso equitativo a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones vulnerables.
- Para 2030, mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación, la eliminación del vertimiento y la reducción al mínimo de la descarga de materiales y productos químicos peligrosos, la reducción a la mitad del porcentaje de aguas residuales sin tratar y un aumento sustancial del reciclado y la reutilización en condiciones de seguridad a nivel mundial.
- Para 2030, aumentar sustancialmente la utilización eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua y reducir sustancialmente el número de personas que sufren de escasez de agua.
- Para 2030, poner en práctica la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza, según proceda.
- Para 2020, proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos.
- Para 2030, ampliar la cooperación internacional y el apoyo prestado a los países en desarrollo para la creación de capacidad en actividades y programas relativos al agua y el saneamiento, incluidos el acopio y almacenamiento de agua, la desalinización, el aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos, el tratamiento de aguas residuales y las tecnologías de reciclaje y reutilización.
- Apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento.
Volviendo a la visión positiva con la que iniciaba este post, los logros a los que hacía referencia anteriormente no hubieran sido posibles sin toda una serie de movimientos a todos los niveles (nacional, regional, internacional,…). En la siguiente imagen os dejo algunos momentos que creo que creo que hay que destacar por su contribución a la generación de la voluntad política necesaria para alcanzar el acceso universal al agua y el saneamiento:
