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El jefe de planta de una EDAR

Sobre el blog

Jorge Chamorro
Ingeniero especialista en tratamiento y depuración de aguas y en desalación.
  • jefe planta EDAR

Cada vez que visito una estación depuradora de aguas residuales (EDAR) suelo manifestar al jefe de planta mi respeto y admiración por el trabajo que realiza.

No es comparable con ninguna otra actividad. Tal vez se parezca algo al jefe de obra o al jefe de una fábrica. Pero, tan solo, es una mala comparación.

Un jefe de obra es responsable de realizar la construcción de obra pública que, cuando se termina, suele recibir felicitaciones por el trabajo bien hecho. Un jefe de fábrica, responsable de la producción de uno o varios productos, suele recibir felicitaciones por la producción y su calidad.

El jefe de planta de una EDAR es responsable no solo de la producción sino también del mantenimiento y conservación (M&C) y rara vez, recibe una felicitación por el trabajo bien hecho. Más bien, suele recibir frecuentes broncas y, en muchos casos, por hacer muy bien su trabajo: producir lodos.

Creo que hay muy pocos jefes de planta a la que sus jefes, administraciones o políticos les hayan llamado para felicitarles por su trabajo continuado. Solo reciben llamadas desagradables, cuando, por causas la mayoría de ellas ajenas a su trabajo, se producen incidentes en la gestión de la EDAR.

A mí me gusta definir al jefe de planta como: “persona que opera y mantiene una instalación que ni la mayoría de sus diseñadores ni ninguno de sus constructores consideran como una fábrica sino, simplemente, como una obra civil”

Basta con recordar que una EDAR es:

  • Una fábrica de lodos.
  • Su funcionamiento es continuo: 24 h/d, 365 d/año y durante 25 años mínimo.
  • Materia prima:
    • No rechazable.
    • No acumulable.
    • Cambiante continuamente.
  • Debe de ser:
    • Fiable.
    • Flexible.
    • Robusta.

Casi nadie se acuerda de estas características de una EDAR ni en la etapa de diseño ni, mucho menos, en la de construcción, donde las tensiones económicas suelen sacrificar el último punto del anterior apartado, en aras de una optimización de costes mal entendida.

De todas ellas es consciente el jefe de planta y muchas veces tiene que suplir, con ingenio y mucho esfuerzo, la falta de fiabilidad, flexibilidad y robustez de las instalaciones a su cargo.

Suerte que, generalmente, cuenta con unos colaboradores entregados, en cuerpo y alma, a su trabajo: los operadores de planta y el personal de mantenimiento.

Hay muchos jefes de planta que se enfrentan solos a los retos que supone:

  • Operar los procesos e instalaciones de la EDAR.
  • Dirigir el M&C.
  • Dirigir, y a veces, realizar el control analítico (laboratorio).
  • Controlar el consumo de insumos: energía, reactivos y agua potable.
  •  Controlar la gestión de la producción: lodos.
  • Controlar la producción de subproductos: agua depurada, residuos sólidos, arenas y grasas y sobrenadantes.
  • Gestionar la seguridad y salud de sus trabajadores.
  • Cumplir el plan de vigilancia ambiental.
  • Optimizar los costes.
  • Etc.

Y, a veces, hasta barrer su propia oficina.

Y luego dicen que el agua es cara.

PD: Iba a añadir que el trabajo que se parece más al de un jefe de planta es el de ama de casa (mucho más estresante). Pero después de poner lo de barrer (que es verdad), no me he atrevido.

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