La apuesta por la reutilización de las aguas regeneradas (RAR) , (a mí me gusta más un término que acuñe hace varios años: bioagua) se ha convertido en un mantra de cara al cambio climático y las consecuencias de escasez de agua que se van a producir en el futuro.
Con el objetivo de aclarar ideas, permitidme unas reflexiones sobre una situación ideal de un municipio de 250.000 habitantes con una dotación de 250 l/hab/d (incluyendo todos los usos: particular, industrial, Zonas verdes, limpieza de calles, etc.) y que registra unas pérdidas en su red de abastecimiento del 10 % y en la red de saneamiento del 20 %. El municipio se abastece de un río con un caudal medio de 3 m³/sg.
Situación sin reutilizar aguas regeneradas.
Como se ve, con una gestión ideal, el río del que se abastece el municipio solo pierde 0,2 m³/s. lo que significa que el consumo de agua real sería de 17.500 m³/d (70 l/hab/d). Aunque la dependencia del municipio respecto a la fuente de agua es alta (250 l/hab/d): Necesita el 24 % del caudal medio del río.
Situación reutilizando el 50% de las aguas regeneradas.
Como se ve, la situación para el río no cambia mucho, aunque hay más caudal circulando por el tramo urbano. Al municipio, esta forma de gestión, le ha supuesto un mayor coste económico tanto por inversión en la EDAR (Tratamiento terciario) y en redes (no se pueden utilizar las existentes en esta etapa) y por incremento de los costes de operación y mantenimiento (O&M) (regenerar agua residual es más caro que potabilizar agua en condiciones normales). Como dato positivo, la dependencia del municipio, respecto a la fuente de agua, ha bajado hasta los 160 l/hab/d. Necesita el 16 % del caudal del río.
Situación reutilizando el 100% de las aguas regeneradas.
En este caso, todo mejora, a cambio de unos costes de regeneración más elevados (el agua regenerada se utilizaría incluso para consumo: la tecnología lo permite). La dependencia del municipio, respecto a la fuente de agua, sería mínima (25 l/hab/d): Se necesita el 2,3 % del caudal circulante.
Todo esto en un escenario ideal. Si nos vamos a la realidad muy probable donde las perdidas en las redes de abastecimiento están por encima del 20 % y las de saneamiento en el 30 % estos son los escenarios:
Situación sin reutilizar aguas regeneradas.
La dependencia del municipio respecto a la fuente de agua es alta (250 l/hab/d): Necesita el 24 % del caudal del rio. Aguas abajo, el rio pierde 0,32 m3/s. lo que significa que el consumo de agua real del municipio es de 27.500 m³/d (110 l/hab/d).
Situación reutilizando el 50% de las aguas regeneradas.
La dependencia del municipio, respecto a la fuente de agua, ha bajado hasta los 180 l/hab/d. Necesita el 17,33 % del caudal del río.
Situación reutilizando el 100% de las aguas regeneradas.
La dependencia del municipio, respecto a la fuente de agua, ha bajado hasta los 75 l/hab/d. Necesita el 7,33 % del caudal del río.
Corolarios:
- La RAR reduce la dependencia de los municipios de las fuentes de agua.
- La RAR mejora la calidad del medio receptor.
- La RAR para regar zonas verdes o agricultura permite, con economía circular, aprovechar los nutrientes de las aguas residuales y ahorrar coste en su depuración.
- Las membranas jugarán una parte importante en la RAR.
- La RAR unida a la desalinización de aguas de mar es la mejor alternativa frente a la sequía.
