Un día mi sobrina Inés, a la vuelta del cole le dijo a sus padres que estaba preocupada por la situación del medioambiente, que en el colegio le habían dicho que en 2030 la situación medioambiental se iba a complicar mucho. Le dijo a sus padres que para entonces tendría 19 años y que todavía le quedarían muchos años de vida y que ella quería disfrutar de las maravillas de nuestro planeta igual que todos nosotros estamos haciendo. Desde entonces, toda la familia hemos intentado tomar conciencia de que pequeños gestos individuales suponen un gran impacto positivo para el planeta. Pero sin duda es ella, con su inocencia y su mente desintoxicada y brillante, la que nos sorprende día a día con ideas y propuestas que jamás se nos hubieran ocurrido.
A Inés le encanta que le cuenten historias, pero sobre todo le gusta pensarlas y contarlas. El mini-cuento navideño que os presento es una idea original de ella, una lección más de las futuras generaciones hacia el cuidado de nuestro planeta. Espero que os guste:
"Era Navidad, un copo de nieve caía despacio sobre el pico alto de una montaña. Se llamaba Eco. Acompañado por el empujón de una suave brisa Eco cayó encima de un montoncito de copos como él, que apenas cubrían un pequeño recoveco de una gran roca. Miró a su alrededor, estaba entusiasmado. Por fin había llegado el gran día! Hacia tanto que no nevaba que había perdido la cuenta del tiempo que llevaba esperando a que llegara ese momento. Eco miró a su alrededor no había más nieve y además, rápidamente comenzó a salir un sol radiante que brillaba con fuerza. Hacía demasiado calor, tanto que el pequeño copo empezó a sudar... más bien se estaba derritiendo...
No muy lejos de allí Olivia, una pequeña pelirroja de 8 años, correteaba buscando nieve entre las rocas. Su abuela le había contado que 80 años atrás las montañas se llenaban de nieve y ella y sus hermanos las recorrían enteras con trineos de colores:rosa, rojo y el favorito de la abuela que era el amarillo.
- La encontré!!! - grito Olivia - Nieve!!
Eco se emocionó al escuchar a la niña, nunca antes nadie se había alegrado tanto al verle. Olivia fue corriendo a buscar un cubo para llenarlo de nieve quería hacer un muñeco como esos de los que tanto le había hablado la abuela.
- No llegará a tiempo - le dijo otro copo de nieve que dormitaba muy cerca de Eco. En menos de 5 minutos nos habremos derretido por completo. Solo la magia de la Navidad podría ayudarnos...
Eco se puso muy triste no podía imaginar la cara de aquella niña tan adorable al ver que la nieve ya no estaba. Pero cada vez se sentía más débil, poco a poco sus fuerzas se iban apagando y sentia como cada parte de él se deshacía. Cerró los ojos y desapareció deseando que aquella magia de la que hablaba su amigo llegara...
Un grito despertó a Olivia empapada en sudor... Tranquila mi amor solo has tenido una pesadilla - le dijo su mamá. Olivia suspiró ahora lo entendía todo y no, no era la magia de la Navidad lo que Eco necesitaba para salvarse... La magia estaba en sus manos, en las de su familia, en las de sus amigos y en las del mundo entero, con pequeños gestos podemos salvar el planeta...solo hace falta soñarlo, desearlo y abracadabra... entre todos, hacerlo realidad!"
Feliz Navidad y feliz 2020