El nuevo escenario mundial ocasionado por la aparición de un nuevo coronavirus, SARS-CoV-2 (“Severe acute respiratory syndorme coronavirus 2”), ha cambiado nuestra forma de vida hasta extremos insospechados. El SARS-CoV-2 ha dado lugar a una nueva enfermedad humana denominada COVID-19, que afecta principalmente a las vías respiratorias y ha generado una pandemia mundial que no entiende de fronteras.
Como bien sabemos, los primeros casos de neumonía tuvieron lugar el 8 de diciembre de 2019 en Wuhan, China, relacionándose la mayoría con trabajadores de un mercado donde se comercializaban animales vivos. A este respecto cabe señalar que ya en 2007, se avisaba en un artículo de revisión publicado en la revista “Clinical Microbiology Reviews”, del peligro que suponía el coronavirus SARS para la salud humana ante la demanda de animales exóticos en los mercados chinos.
La emergencia mundial ha provocado que la comunidad científica se vuelque en estudiar el SARS-CoV-2, acordando la publicación en abierto de todos los artículos relacionados, incluyendo versiones preliminares de los mismos.
En este sentido es necesario recordar que la secuenciación completa del genoma del SARS-CoV-2, virus de ARN monocatenario, ha permitido el desarrollo de métodos de detección y cuantificación con la técnica PCR cuantitativa (RT-PCR). Estos se basan en la detección de: diferentes regiones del gen de la proteína de la nucleocápside (N) con el juego de iniciadores/sondas N1, N2, N3; el gen de la proteína de envoltura (E); el gen de la ARN polimerasa dependiente de ARN (RdRP); el gen de la poliproteína ORF1ab y el gen de la glicoproteína “Spike” (S). La técnica de RT-PCR permite estudiar la prevalencia del virus en el medio ambiente, aunque no su infectividad.
De hecho, una docena de grupos de investigadores de todo el mundo (Holanda, Suecia, EEUU, China, España) han comenzado a analizar la presencia del SARS-CoV-2 en aguas residuales con la técnica de RT-PCR. Concretamente en España, investigadores del CSIC (IATA y CEBAS) y de la Universitat de València (Instituto de Biología Integrativa de Sistemas) han evaluado la presencia del SARS-CoV-2 en 9 EDAR, 6 en Murcia y 3 en Valencia. Estos investigadores informan que los tratamientos de desinfección en las EDAR son eficaces en la eliminación de la presencia del virus.
"Una docena de grupos de investigadores de todo el mundo han comenzado a analizar la presencia del SARS-CoV-2 en aguas residuales"
Además, en el primer webinar sobre COVID-19 y el agua “Covid-19: A Water Professional’s Perspective”, organizado por la IWA, Gertjan Medema, del KWR Water Research Institute, comentó que el control de la presencia de SARS-CoV-2 en aguas residuales podría ser una herramienta útil para conocer e incluso predecir la diseminación del virus en la población.
Al respecto, la OMS ha publicado un resumen técnico sobre “agua, saneamiento, higiene y gestión de residuos para Covid-19”, en el que se establece que no son necesarias medidas adicionales en los servicios de agua potable y saneamiento frente al SARS-CoV-2, ya que los métodos de desinfección utilizados son efectivos contra los coronavirus. De hecho, los tratamientos envuelven a estos virus en una membrana lipídica, por lo que se consideran menos estables en el medio ambiente que la mayoría de virus entéricos de transmisión fecal-oral (adenovirus, norovirus, etc.). Sin embargo, todavía no existen estudios sobre la supervivencia del SARS-CoV-2 en aguas, aunque en un estudio sobre la supervivencia de coronavirus humanos (HCoV-229E) en aguas del grupo de Gerba de la Universidad de Arizona, se determinaron valores de T99,9 (tiempo que tarda en desaparecer el 99,9 % del coronavirus) entre 2 a 4 días.
Además, la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) ha acordado una propuesta de medidas a adoptar en las EDAR, que tal y como recoge el documento, las EDAR ya se consideraban de riesgo biológico antes de la aparición del SARS-CoV-2, debiéndose mantener los protocolos habituales y reforzar los hábitos de higiene y utilización de EPI asignados. Por tanto, el uso de equipos de protección individual (EPI) y las prácticas de higiene son medidas protectoras adecuadas contra los coronavirus y otros virus de transmisión hídrica.
Por todo lo expuesto anteriormente, consideramos que la gestión segura del agua y el saneamiento son esenciales para proteger la salud humana cuando aparece una enfermedad como la Covid-19. Los efectos de la pandemia los estamos viendo en estos momentos, ahora tal vez estemos ante la oportunidad de establecer estrategias para mitigar sus efectos y evitar la proliferación del “SARS-CoV-2”, y es en este punto donde la “microbiología del agua” puede ayudar en el control y prevención de esta enfermedad.